Como a mucha gente le gustó que hace unas semanas le dedicase un artículo a las canicas, hoy me he propuesto hablar sobre otro de esos juegos de patio de colegio con los que nos entreteníamos durante el recreo, los Tazos.
Los Tazos llegaron a España de la mano de Matutano a principios de la década de 1990, y se podían conseguir como «regalo» dentro de las diferentes bolsas de patatas fritas y aperitivos de la compañía.
Los primeros modelos que aparecieron estaban decorados con los personajes de las series Looney Tunes y Tiny Tunes, muy populares por aquél entonces.
Gracias a una agresiva campaña publicitaria en la televisión a la hora de los dibujos, los que éramos niños por aquél entonces nos abalanzamos sobre las bolsas de patatas como si nos fuera la vida en ello. Necesitábamos los tazos necesarios para poder jugar una partida con los compañeros del colegio.
Tal fue el éxito de estas fichas de plástico que a las pocas semanas el jugar a los tazos se había convertido en toda una institución a la hora del recreo. Incluso muchos supermercados y kioskos se quedaron sin stock de bolsas de aperitivos ante tan grande demanda de bolsas de patatas. Los tazos se podían coleccionar y apostar en las partidas; eran como las canicas y los cromos al mismo tiempo.
Pero como siempre que hay apuestas de por medio, hay gente que pierde con más frecuencia, y los menos diestros en el lanzamiento de tazos tenían que comer más bolsas de aperitivos que el resto para poder afrontar las pérdidas. Seguro que más de uno aumentó de peso y se volvió adicto a los Cheetos durante aquella época.