¿Se acerca la despedida de soltero de algún amigo linuxero? ¡Pues para qué disfrazarlo de torero si se le puede poner este anillo de Windows! Está a la venta en Etsy a 5$ y hace juego con este otro de la tecla TAB.
Vía: Shiny Shiny
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Edwin Tofslie ha resumido en una sola imagen, la evolución histórica de los productos más famosos de Apple de los últimos 30 años. Este resumen no está hecho para ir enseñando uno a uno los modelos que salieron al mercado, si no para mostrar la evolución en los factores industriales y en el diseño.
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Generalmente, las carátulas que se hacen para decorar un CD o DVD tienen un problema, el agujero, que casi siempre se come un trozo del dibujo. Pero en otros casos el propio agujero se puede aprovechar como elemento artístico, dando lugar a diseños tan fantásticos como estos:
Si los adolescentes americanos se preguntaron cómo pasaban el fin de semana los chicos del este, tal vez imaginarían a un grupo de chavales cantando himnos comunistas y discutiendo sobre el socialismo y las glorias de la Unión Soviética. Seguramente se sorprenderían si supieran que en cines, estaciones de trenes y centros de recreo al rededor de la USSR, se agrupaban montones de máquinas de videojuegos.
A finales de los 70 hasta principios de los 90, las fábricas militares soviéticas produjeron unos 70 modelos distintos de máquinas arcade, basándose sobre todo en los primeros modelos japoneses.
Los videojuegos fueron distribuidos, según palabras de un manual militar, para fomentar la hospitalidad y el ocio como también para el desarrollo de las capacidades visuales. La producción de los juegos cesó con el derrumbamiento del comunismo con la llegada de las consolas de Nintendo y de los ordenadores PC, los viejos arcades fueron destruidos o guardados en almacenes y sótanos.
Cuatro chicos de la Universidad de Moscú se pusieron de acuerdo para intentar rescatar estas máquinas del olvido. Han localizado por ahora 32 de ellas y están haciendo todo lo posible para que vuelvan a funcionar. El mes pasado los cuatro abrieron oficialmente el Museo de las Máquinas Soviéticas de Arcade en un refugio de bomba de la era de Stalin debajo de un dormitorio de la Universidad.
Las máquinas están en varios estados, mientras unas funcionan perfectamente, otras lo hacen solo unos minutos y luego pierden el color de la pantalla mientras que otras ni encienden.
Una característica curiosa de estas máquinas es que no tienen un ranking de puntuaciones. «Si consigues bastantes puntos ganas en un juego libre, pero no hay ranking» Según cuenta Alexander Stakhanov, uno de los creadores del museo.
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