Se llama dispositivo periférico (o periférico a secas) a cualquier aparato que permita a un ordenador comunicarse con el entorno exterior, generalmente con el usuario. Tu pantalla, el teclado y el ratón son periféricos, y en tu consola el periférico por excelencia es el pad de control, joystick, palanca de juegos o simplemente el mando.
A lo largo de la historia estos periféricos han evolucionado de una forma más o menos significativa, desde los ortopédicos sticks de la Sega SG-1000 hasta el sofisticadísimo Dual Shock 3 de PlayStation 3, pasando por el revolucionario (para aquellos días) control pad de la NES. Además de mandos, las consolas han recibido diversos aparatos para interactuar con los juegos, normalmente para brindar un control que los pads tradicionales no pueden dar por su idiosincrasia. Algunos son realmente buenos, como la guitarra de la aclamada serie Guitar Hero, pero otros son dignos de mandar a su autor a que lo flagelen, destruirlos junto con sus prototipos y retirar todas nuestras acciones de las compañías fabricantes. Y ahí es donde entramos ahora.