Hayaku es el título de un precioso vídeo «time lapse» que nos lleva de viaje por Japón. Perfecto para relajarse un poco y disfrutar del paso del tiempo a pantalla completa.

Vía: Pink Tentacle

Un mago japonés, a las puertas del Apple Store de Ginza, haciendo magia con el iPad.

Vía: Kirai

Este maquinón de oso, que tiene una habilidad en el uso del bastón que ya quisiera Kilik de Soul Calibur, vive en el zoo japonés de Hiroshima, donde los visitantes alucinan con su particular talento. Por cierto que su nombre es Cloud… habría que verlo con un espadón de metro y medio.

Como siempre habrá quien piense que el video es un fake, o que está a cámara rápida, podéis comprobar que en Youtube hay varios videos de la criatura, incluso os dejo a continuación otro que es un año más antiguo que el de arriba, y en el que se puede comprobar como el oso todavía no tenía una técnica tan depurada.

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Una web japonesa que conocí a través de thebbps ofrece un increíble repaso a mandos de las NES, que incluye más de 30 modelos de diferentes compañías y formas muy variadas, que van desde los clásicos joysticks arcade a pads con curiosos añadidos, pasando por cacharros tan particulares como el mítico Power Glove.

Una pena no entender ni jota, pero aún así vale la pena echar un ojo a este impresionante elenco de accesorios, de los que pocos serían los que se vendieron fuera de Japón, y que están mostrados con imágenes de diferentes ángulos.

Ver la colección completa.

Consola, adaptador de corriente, mandos, sus respectivos nunchuks, mandos clásicos, mandos de Game Cube, juegos, la tabla Wii Fit, el volante del Mario Kart… con tal cantidad de cosas es normal que cualquier fan de la Wii tenga la casa hecha un lío o que recoger demasiadas cosas. Pero ahí están los japoneses para invertarse cosas como esta W-Station, que tiene sitio para todo ello de una manera bastante bien concebida, aunque ya se encargará el Wii Party de fastidiar el invento con algo que no encaje (¿una piñata tal vez?).

En fin, que este cuesta unos 65 euros al cambio, pero si conocéis un carpintero majo seguro que os puede hacer uno igual y haceros precio. Y si no, siempre podéis optar por variantes más simples como la que hay a continuación (o por tenerlo todo guardado durante meses a la espera de un juego que de verdad te llame, como me pasa a mi últimamente…)

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Hay Transformers muy cuidados, los hay normalillos, y luego están éstos, que molan de tan cutres que son. Esto es una línea que incluyó varios juegos de la NES y que Bandai puso a la venta en Japón en los 80. Sin transformar es una recreación de un cartucho de la 8 bits de Nintendo, mientras que transformado es… una recreación de un cartucho de la 8 bits de Nintendo con cabeza, brazos y piernas… la bomba.

Además de la de Mario, hubo otros modelos igual de cutres, con personajes como Sir Arthur o Mega Man, cuyos diseños podéis ver a continuación en un boceto.

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De todos es sabido que los japoneses pueden ser muy efusivos para estas cosas, pero aún así no dejan de sorprendernos. Según he entendido, este es un video oficial, vamos, que la propia Nintendo está detrás. Pero es que aún así, ponerse como se pone esta gente por lo que se puede ver de los nuevos Pokémon Blanco y Pokémon Negro me parece pasarse tres pueblos… ni que los gráficos se vieran como los de God of War III.

Pero bueno, qué mas da, el caso es que el video es una de estas divertidas muestras del frikismo japonés, y de paso veis algo de los nuevos Pokémon, que poco hemos hablado de ellos. Eso sí, cuidado con los subtítulos en inglés, que si bien traducen correctamente alguna que otra cosa, son muy, muy libres.

Vía: Destructoid

Dragon Ball Z regular: Las más comunes, mayormente con fotogramas de la serie de TV

A mediados de la época de los 90, en una de mis habituales visitas a una famosa tienda especializada en cómics, descubrí una pequeña y curiosa maquinita expendedora de lo que parecían ser atractivos cromos de Dragon Ball. En un intento por introducir una moneda y adquirir una de esas preciosas tarjetas, me di cuenta de que la máquina sólo aceptaba yens. Informé de la situación al vendedor y amablemente me cambió 100 pesetas por una pequeña moneda de 20 yenes. Puede parecer que saliera perdiendo con la operación, pero la realidad es que quedé completamente fascinado con esa tarjeta de cartón satinado, del tamaño de una tarjeta de crédito, con una increíble ilustración exclusiva de la última etapa de Dragon Ball Z. La calidad de los materiales era suprema, dejando en pañales las otras colecciones de cromos adhesivos de Panini (míticas, por otra parte), a las que yo era aficionado por aquel entonces.

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