Zombies!!! a la mesa
Es curioso que los zombis, carentes de pensamientos profundos, lentos y desagradables, den para tanto material en cine, comic, televisión y videojuegos; el también conocido como negocio del entretenimiento. Desde su inclusión en el mundo del espectáculo, se han diversificado más que la fauna de las Galápagos. A día de hoy encabezan cintas de serie B sin pretensiones, grandes producciones, videojuegos con enormes presupuestos e incluso alguna serie de televisión. Sin olvidar su participación en uno de los videoclips más memorables de la historia (Thriller, de Michael Jackson). Eso sí que es sacarle jugo al cerebro. Mmm… delicioso.
Los amantes de este subproducto del culto vudú, deberían saber que existen varias alternativas para sentarse alrededor de una mesa, mesita de centro, suelo u otras superfícies mayormente planas, y disponerse a matar muerto vivientes putrefactos con la ayuda de unos dados y algo de imaginación. Los amantes del rol puro y duro disfrutarán de Zombie: All flesh must be eaten, un survival horror de rol, con un extenso catálogo de extensiones, escenarios y otras cosas de las que no puedo hablar porque no lo conozco en profundidad.
Pero el juego que nos ocupa hoy las letras no es otro que Zombies!!!. Así, corto, sencillo, sin tapujos, con tres signos de exclamación, mucho énfasis y directo al grano (probablemente, grano de pus supurante, perteneciente a un oficinista reptante) (bonita rima). Es cierto que hay juegos más complicados, y que se basan menos en el azar, pero la simplicidad de las normas y lo atractivo del escenario hacen que sea un juego interesante y divertido.
La trama nos pone en la piel de unos patanes que a) se han despertado de un coma, b) han dormido demasiado por la resaca, c) son áltamente perezosos o d) son unos frikis sin novia que no salen nunca del ático de casa de sus padres, no miran las noticias y no tienen ningún objetivo decente en la vida. Por lo que nos hemos quedado atrapados en una ciudad infestada de zombis. Comenzamos con 3 vidas y 3 balas. Si nos cruzamos con un humano caducado lanzaremos un dado. De 3 a 6 nuestro descompuesto rival muere, y lo guardamos como trofeo, con 1 y 2 tenemos dos alternativas, gastar marcadores de bala para sumar +1 a la tirada (convertimos un 2 en un 3 por ejemplo) o consumimos una vida y repetimos la tirada. Por el camino iremos encontrando más marcadores de corazoncito o munición, de los cuales podremos guardar un máximo de 5 vidas e ilimitadas balas.
Lo bello y creativo del juego (una partida nunca será igual a la anterior) es que el tablero se va generando durante la partida. Comenzamos en un recuadro de 3×3 casillas (eso hace 9), conocido como la plaza central, y al principio de su turno, cada jugador coge otro recuadro de la pila de mapa y lo conecta a las calles que ya están dispuestas. Siempre de manera que la ciudad sea transitable, las calles no se pueden cortar, como manda el sentido común. Además, robaremos en cada turno tantas cartas de acción/objeto como sea necesario, hasta tener 3. En ellas hallaremos escopetas, monopatines, muchas cartas que entorpecerán a los rivales y distintos modificadores de movimiento y combate.
El objetivo del juego es sobrevivir y escapar, llegando hasta el helipuerto que se encuentra hacia el final de la pila de fichas de ciudad. O, en caso de que la ciudad se acabe y no haya aparecido el helipuerto (es posible cerrar las calles de manera que no se puedan situar más fichas de ciudad) conseguir un número concreto de trofeos (zombis muertos a nuestras manos). ¿Qué pasa si me quedo sin vidas? No te preocupes, sólo perderás la mitad de tus trofeos de zombi (redondeando hacia arriba) y volverás a aparecer en la plaza central, con 3 marcadores de vida y 3 de munición, dispuesto a seguir esquivando o masacrando sacos de carne.
Y ese es el juego. Quizás lo peor que tiene son la poca variedad de figuras de zombi (sólo hay 2 tipos: hombre o mujer), y lo endeble de las fichas de mapa (no pasan de ser cartulinas). Pero lo barato del producto compensa estos flojos aspectos. Lo divertido viene cuando entre de 2 a 6 vivos se ponen a correr desesperados para amasar munición y vidas, intentar no ser devorados por el camino y llegar al helicóptero pateando el trasero de nuestros rivales. Para amenizarlo una vez hemos jugado mucho, tenemos muchas expansiones: la del centro comercial, zombis militares radiactivos, homenajes a Evil Dead, perros zombis, universidades infectadas y alternativas para recorrer el alcantarillado de la ciudad (en el que, no os engañéis, también hay zombis). Los irónicos nombres de las cartas, y las bellas ilustraciones de Dave Aikins (que igual te dibuja una Dora la exploradora que un cadáver en descomposición) acompañandas de la buena ambientación, hacen de este juego una experiencia de tablero sin pretensiones que divertirá a los enamorados de la carne verdosa y entretendrá al público con menos estómago.
¿Mejoras? Los autores son bastante claros al respecto, si alguna norma no te acaba de gustar puedes ajustarla a tu antojo. Y los fans han creado multitud de alternativas de juego aprovechando todo el material, además de las múltiples y variadas expansiones para revivir las mejores películas de este apartado del cine, que mezcla como ningún otro gore, humor y terror sin despeinarse. Cada año salen a la venta (y ya van más de 6, traducidas al español) simpáticas y alegres expansiones para este juego de muertos vivientes, con bastante porcentaje de aleatoriedad (nunca juegues con ese colega suertudo) y sin más objetivo que hacernos odiarnos unos a otros de una forma dicharachera.
Página oficial (en inglés) de los autores:
http://www.twilightcreationsinc.com/en/boardgames/zombies.html
Página de la distrubuidora en españa:
http://www.edgeent.com/v2/edge_tienda_detalle.asp?etidi=456
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