¿Quién inventó los clips y por qué tienen esa forma?
No todos los clips, esos objetos metálicos pensados para sujetar documentos, tienen la misma forma, pero aunque hay mucha variedad entre ellos, seguro que la primera forma que se os viene a la cabeza es la del alambre ovalado que da dos vueltas, la del famoso Clippo de Microsoft, un experto en darnos el coñazo en antiguas ediciones de Office. Pero esa forma es solo una de las muchas posibilidades que hay para usar un pequeño alambre de metal para sujetar folios. Este diseño más conocido recibe el nombre de «Gem», un nombre que deriva de la compañía británica Gem Manufacturing Limited, que no fue su fabricante original pero si la principal responsable de su amplísima difusión.
A finales del XIX se daban las condiciones para la proliferación de clips, que no se habían dado con anterioridad. Se podía producir cable de acero con las propiedades elásticas que un clip necesitaba para funcionar, y se podían hacer en masa a un precio muy asequible para el público. Además, la demanda crecía exponencialmente por el incremento de la burocracia en todos los niveles, que hacía de la organización de papeles una clara necesidad.
Sin embargo, no sabemos claramente quién fue el inventor de los clips tal como los consideramos hoy, y una de las razones es la de la variedad de formas que podrían ser denominadas como clips, lo que hace que podamos hablar de varias posibilidades.
Uno de los más claros candidatos es el noruego Johan Vaaler, que patentó en 1899 en Alemania y en 1901 en Estados Unidos un clip «hecho de un material flexible, como un trozo de alambre, que se dispone como un aro rectangular, triangular o con cualquier otra forma, y cuyas partes finales forman lengüetas unidas en direcciones contrarias». Esta descripción un tanto confusa se acompañaba con un dibujo bastante similar a un Gem.
Como en tantas otras ocasiones, el mérito a Vaaler como inventor de algo tan exitoso no le llegó en vida. Con los años, se fue convirtiendo en una figura muy popular en Noruega, e incluso el clip se convirtió en un símbolo de la resistencia contra los nazis («estamos todos unidos»). Terminada la guerra, varias enciclopedias del país comenzaron a incluir la historia de que Vaaler había inventado el clip, que sumado a las historias sobre la resistencia convirtieron al clip casi en un símbolo nacional, como demuestran hasta los sellos de correos.
En 1989 la Escuela de Negocios de Noruega BI erigió un clip de 7 metros de altura en honor de Vaaler. Curiosamente, esta imagen no tenía la forma del clip de Vaaler, sino que era uno de tipo Gem modificado, lo mismo que con los sellos.
Otros intentos de esa época por crear la lámina de metal perfecta para sujetar papeles dieron lugar a formas como las del clip «Eureka», patentado en 1894 por George Farmer; el «Niagara», patentado en 1897 y que era como dos clips modelo Fay (o Philadelphia); el «Clipper», una versión sin curvas del Niagara patentada el mismo año; el «Weis», un triángulo equilátero dentro de un isósceles y patentado en 1904; el «Owl», que parece unas tijeras cerradas dentro de un rectángulo; y otros muchos, todos ellos patentes diferentes de un mismo concepto que, por su sencillez, es imposible saber cuándo se comenzó a utilizar. De hecho, ya los bizantinos utilizaban una especie de «clips» de bronce para sujetar documentos, pero tenían mayor tamaño y eran artesanales, por lo que resultaban caros y su uso era muy limitado. El verdadero mérito del primer clip fabricado de forma industrial posiblemente haya que dárselo al británico Samuel B. Fay, que patentó el modelo Philadelphia (o Fay), que podéis ver a la derecha. Lo que pasa es que este primitivo clip de 1867 (cuya forma aún se puede encontrar) estaba pensado para sujetar etiquetas en la ropa y, aunque se vendió para papeles, no estaba específicamente diseñado para ellos.
El primer clip de tipo Gem que aparece en un documento de patentes lo hizo en 1899, de ahí las dudas con el de Johan Vaaler. William Middlebrook presentó un formulario como el de la imagen superior para una máquina que automáticamente fabricaba clips para asegurar papeles. Como podéis ver abajo a la derecha, la forma resultante era claramente la de un Gem. Sin embargo, hay constancia de la existencia de clips Gem al menos una década antes de que eso sucediese. El profesor Henry Petroski (autor de The Evolution of Useful Things) cita una referencia en un libro de 1883 (The Home Library, de Arthur Penn) en la que se alude a este clip como mejor que otros similares a la hora de mantener papeles juntos. El problema, como tantas otras veces, es que los registros de patentes es lo que se suele tomar como referencia.
A principios del siglo XX el Gem se consolidó de forma imparable como la referencia, siendo referido a menudo como un «diseño perfecto», y presentándose en las más prestigiosas exhibiciones de diseño de la época. Sin duda, ese éxito ha llegado hasta la actualidad, pues este clip sigue siendo el que se nos viene a la cabeza cuando decimos esta palabra, y continúa vendiéndose por millones. Pero, ¿es realmente tan «perfecto»? Aunque su diseño no ha cambiado un siglo después, lo que prueba lo bien concebido que estaban, los clips Gem se deforman rápidamente si están sujetando una pila de papeles relativamente grande, algo que sucede en menor medida con otros tipos de clips. Aún así, se vendió tanto y su producción era (y es) tan barata que sigue siendo la forma de clip por excelencia.
Fuentes: Gizmodo – Wikipedia – Office Museum – Slate – Inventors
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