Dyna Gear [Pixelbits]
Muchas son las temáticas que rodean los run and gun lanzados para recreativas. De hecho, han ido desde la edad media más oscura en Ghosts ‘n Goblins (CAPCOM, 1985), a un futuro no muy lejano como Mega Man (CAPCOM, 1987) o Strider (CAPCOM, 1989), rozando lo puramente fantástico y mágico en Midnight Wanderers (CAPCOM, 1991), y también a posteriori, en Metal Slug (Nazca Corp., 1996), nos sumergían en una hipotética tercera guerra mundial. Con la intención de renovar el género, Sekarabe en asociación con Sammy, quiso llevar Dyna Gear a la Era Mesozoica o Era de los Dinosaurios, con todo lo que ello supone.
Si adentrarse en el cine para el visionado de Jurassic Park (Steven Spielberg, 1993) ya despertaba una sensación de aversión a los dinosaurios, imagina lo que supone adentrarte entre ellos cuando enfurecidos su única comida eres tú. Un plato que digerido en frío es bastante simple, pero cuando el joystick se cruza en nuestro camino la tarea se vuelve, cuanto menos, peliaguda. La jungla, que a todas luces ya parece un terreno peligroso y casi inexpugnable, nos hace valernos de todo lo que sabemos sobre técnicas de supervivencia y orientación, y que junto a algún aliado —sea lobo o reptil—, haremos del miedo una ligera anécdota que contar en la barra del bar. Ese estímulo de terror hará que el cuerpo humano segregue adrenalina por los cuatro costados ejercitándose por encima de sus posibilidades. Es un instante en el que no da tiempo a pensar si escalar, correr, saltar, agacharnos o responder con un ataque a los animales prehistóricos, da igual si usas hachas, flechas, cuchillos o todo lo que se ponga al alcance, porque al fin y al cabo, nos hemos topado con un colosal bicharraco de sangre fría capaz de mover la mandíbula tan rápidamente que puede sesgar cualquiera de las extremidades de un humano corriente.
La escena jurásica de Dyna Gear nos invita a vivir una aventura cuyo incierto futuro plagado de reptiles la convierte en un viaje descabellado sin parangón alguno. De la misma manera que nos planteaba Cadillacs and Dinosaurs (CAPCOM, 1992), bajo otro estilo de juego, es el jugador quien decide salvar el mundo o si por el contrario, quiere dejarlo consumir hasta la vuelta de un nuevo meteorito que aniquile todo ser viviente.
Pixelbits es una sección destinada a recomendar, de forma breve y concisa, clásicos del arcade que en su día se pudieron disfrutar en los salones, y a los que aún hoy vale la pena darles una oportunidad.
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