Domingos de “vicio variado” Vol. 3
Unos días atrás os presentamos una forma de afrontar el aburrimiento matutino de los domingos. Si nos has hecho caso y sigues sin ir al fútbol, sin sacar al perro o pelártela como un mono, ¡enhorabuena! El emulador MAME puede proporcionar diversión caso ilimitada. Esto depende, claro, de saber elegir el juego. Pues haciendo una nueva edición de Mañanas de domingo, vamos a proponer unos juegos para jugar sin tener que complicarse la vida. Ya sabéis: comienzo rápido, multijugador local y diversión a tope.
En realidad, no importa que sea domingo. Ni siquiera que sea por la mañana, la gracia de estos juegos consiste en que se puede echar un rato divertido sin tener que tragarnos magistrales intros ni tener que desentramar complejísimos argumentos. Mejor incluso si tenemos un colega para jugar.
Sunset Riders
El salvaje oeste no es un escenario habitual en los videojuegos. Konami llevó a los salones recreativos en 1991 Sunset Riders, un run and gun de la vieja escuela similar a clásicos de la casa como Contra.
Tranquilo, este juego no es tan difícil como sus antecesores. En esta ocasión tenemos un desarrollo más cómico, con sprites más grandes y vistosos y un desarrollo que implica menos saltos y piruetas para centrarnos en los tiros, como debe ser. Además, este juego es de los que, para que te maten, tiene que impactarte una bala. Morir por tocar un enemigo es demasiado absurdo.
Como es de esperar en un juego de Konami de esta idiosincrasia, tenemos una jugabilidad altísima, con escenarios muy variados y ambientados como si fueran un manga en el viejo oeste. Cuatro cazarrecompensas a elegir, cada uno con su arma: revólver, rifle o escopeta. El apartado multijugador en esta ocasión no te dejará indiferente: puedes armar el taco con tres amigos más. Forma una banda de cuatro y barre del mapa a los forajidos. Llévate la recompensa… ¡¡y a las bailarinas de can-can!!
Como hemos comentado, el apartado gráfico está a la altura de la jugabilidad. Se ha optado por una estética de dibujos animados japoneses, que al tiempo que le da un aspecto singular al juego también le brinda un lado cómico. Ya sabéis: enemigos aplastados por yunques, rastrillos que al pisarlos te dan en toda la cara y ese tipo de cosas.
En lo que se refiere al sonido, no podremos disfrutar de Enio Morricone, está claro. Pero Masahiro Hikariko se ha preocupado de ambientar el juego con una estupenda banda sonora, que por supuesto estará aderezada con su correspondiente ración de alaridos, gritos, tiros, rebotes de balas, explosiones y el elenco habitual de sonidos propios del oeste americano.
En definitiva, podría parecer en un primer momento que estamos ante un juego del montón, dado que su mecánica parece similar a docenas de juegos. Eso si no fuera porque Konami sabe imprimir calidad a raudales en sus títulos, y Sunset Riders no es una excepción. Cabalga hacia la puesta de sol ahora mismo y empieza a jugar, vaquero. Bueno, hagamos conque no habéis leído esa última frase.
Lo mejor | Características | Puntuaciones | ||
El humor del juego | Jugadores | 4 | Gráficos | 8.5 |
Lo peor | Dificultad | Media | Sonido | 8.5 |
Desarrollo común | Total | 8.5 | Jugabilidad | 8.5 |
Pese a ser un gran juego y un clásico, no ha recibido ni continuaciones ni spin-offs, pero sí una secuela espiritual llamada Cowboys of Moo Mesa, más paródico y protagonizado por… reses.
Truxton 2
Sin mata-marcianos, los salones recreativos serían como un perro sin testículos que lamerse. De hecho, se especula que fue por este símil por lo que el italiano Nicola Salmoria le puso ese nombre al MAME. Humor fino aparte, la compañía responsable del fenómeno ALL YOUR BASE ARE BELONG TO US (Toaplan para los legos) hizo en 1992 uno de los mejores juegos del género, Tatsujin Ō, conocido en occidente como Truxton II.
Es muy injusto recordar a Toaplan sólo por su hilarante traducción del Zero Wing, dado que a lo largo de la década de los ’90 nos regaló juegazos como la copa de un pino. Hellfire, el ya mencionado Zero Wing, Snow Bros., Out Zone… o en concreto la saga que nos ocupa. Un juego de la vieja escuela, de mata-marcianos espaciales con montones de powerups de colores, enemigos que estallan y dejan cráteres en el suelo y jefes de nivel enormes.
Si te gustan los mata-mata, te vas a hartar, empezando por sus gráficos. Éste es un juego de pantalla vertical, algo completamente en desuso pero que con los monitores multifrecuencia de los arcades tenía un resultado genial en el género. Lógicamente el juego tiene todos los elementos canónicos: Bellos fondos galácticos, enemigos robóticos, bases y cañones en el suelo que se destruyen poco a poco, cráteres, misiles destruibles… ¡El juego no se deja nada!
Por supuesto, el juego permite que dos jugadores provoquen el caos simultáneamente entre las fuerzas enemigas. Pero el juego incluye una indeseable característica a extinguir por esos tiempos: los checkpoints. Es decir, que si nos matan no comenzaremos inmediatamente, sino que seremos trasladados al último punto de control. Sin ningún potenciador ni arma adicional, por supuesto, por lo que la frustración puede ser exponencial. Con dos jugadores esto sólo ocurre si matan a los dos al mismo tiempo, así que ten cuidado con lo que haces.
Por si sus detalladísimos gráficos no fueran suficiente, el juego además cuenta con una música genial, como en la mayoría de los juegos de Toaplan. Si te gusta la estética hi-tech japonesa de principios de los ’90, vas a disfrutar como un cochino en el fango con su ambientación, música y gráficos.
Lo mejor | Características | Puntuaciones | ||
Todo, absolutamente genial | Jugadores | 2 | Gráficos | 9.5 |
Lo peor | Dificultad | Alta | Sonido | 9 |
Los $%&#@ checkpoints | Total | 9 | Jugabilidad | 8.5 |
Si no fuera por los checkpoints podríamos estar hablando de uno de los mayores exponentes del género. Cuatro años antes pudimos jugar a Truxton en Mega Drive, TurboGrafx y recreativas, una primera parte que no pasaba de «buenecilla». No hay secuelas del juego, pero si te quedaste con ganas de más se puede recomendar el Thunder Dragon o la saga Raiden.
Saturday Night Slam Masters
Hay cosas que van de la mano. «Juego de peleas» y «CapCom» son dos de ellas. En plena fiebre del Pressing Catch, en verano de 1993 vimos el mejor juego de lucha libre televisiva: Saturday Night Slam Masters.
Ni que decir tiene que este juego permitía hasta cuatro personas partirse la cara al mismo tiempo en equipos de dos. Con esto se alcanzan cotas de diversión estratosféricas, dado que la jugabilidad es uno de los puntos fuertes de este juego de lucha libre. Podemos realizar todos los movimientos clásicos: Supplex, patadas voladoras, agarrones, impulsarse con las cuerdas, subirse en una esquina y lanzarse… ¡Esto sin mencionar a los movimientos especiales de cada personaje!
La inmersión en la parafernalia del mundillo es total. Incluso tenemos la típica payasada de entrar en el ring vestido de fantoche, que lógicamente es distinta en cada uno de los carismáticos personajes. Por cierto, muchos recordaréis el pasado del alcalde de Metro City, Mike Haggar como luchador profesional. ¡Pues aquí le tenéis, repartiendo palos tamaño XL!
No sólo podemos jugar cuatro a la vez, también puede jugarse el modo tradicional de uno contra uno, pero en un ring con dos dimensiones en lugar de una sóla como es el caso de Street Fighter. De todas formas el modo Royal Rumble es mucho más divertido, incluso jugando con una máquina como compañera. Esto permite que, por ejemplo, los dos amigos se ayuden mutuamente, ¡pero también que se endiñen entre sí, así que tened cuidado!
Como se puede observar, los monigotes tienen un diseño excelente. Esto no es casualidad, el creador de los personajes es nada menos que Tetsuo Hara, dibujante del manga El Puño de la Estrella del Norte, todo un deleite para los ojos. Todo en el juego tiene unos gráficos cuidados: Se puede ver el típico dedo gigante entre el público, los espectadores lanzan diversos objetos al ring (que podemos usar para atizar a nuestros contrincantes) y por supuesto, poses extrañas al ganar un combate.
El aspecto sonoro, gracias a la circuitería QSOUND de Capcom, da la talla como ambiente del juego. Sonidos guitarreros y músicas que acompañan al ritmo de la acción dan un fondo apropiado para que el sonido de puñetazos, golpes y patadas variadas hagan más amena la experiencia de moler a palos al rival.
Lo mejor | Características | Puntuaciones | ||
Cuatro jugadores | Jugadores | 2 | Gráficos | 9 |
Lo peor | Dificultad | Media | Sonido | 8 |
Pocos movimientos especiales | Total | 9.5 | Jugabilidad | 10 |
Aunque el juego tuvo una secuela, Super Muscle bomber: The International Blowout. Sin embargo y para desgracia nuestra, transformaron el juego en un one-on-one tipo Street Fighter tradicional, por lo que se pierde la gracia de la lucha en grupo y de correr por el ring. Es cierto, hoy en día hay cientos de juegos del estilo, pero… ninguno como este. Ni de lejos.
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