¿Os suena esta imagen? Tiene ya un tiempo y si sois asiduos de la red seguramente os la habéis encontrado en muchas ocasiones. Además, si sabéis un poco de que va este tipo de publicidad, no les habréis regalado ni un solo clic. Es uno más de los típicos gifs trampa como las encuestas en las que gana la opción menos mayoritaria, las preguntas que emulan en dificultad la del color del caballo blanco de Santiago o las ilusiones ópticas que sólo un 5% de la población es suficientemente inteligente para comprender.
Pues bien, el gif en cuestión se podía encontrar con mensajes diversos, pero en general iba acompañado de la pregunta «¿Hacia qué lado gira?», y una explicación del tipo de que solo unas pocas personas eran capaces de responder correctamente a la pregunta, planteándolo como una especie de test psicológico que sólo las mejores mentes podrían resolver. Como podéis ver a continuación, no es más que una ilusión óptica que realmente puede percibirse perfectamente girando hacia cualquiera de los sentidos.
La levitación cuántica controlada permite cosas tan impresionantes como la creación de esta maqueta a escala y completamente funcional de uno de los niveles del Wipe’Out, obra del Instituto Japonés de Ciencia y Tecnología.
Yo nunca he hecho el famoso experimento de los Mentos y la Coca Cola del que podéis encontrar multitud de vídeos en Internet, que según parece es real y consecuencia de una reacción química, pero hay gente que ni siquiera se conforma con hacerlo con una botella y un caramelo, y tiene que ir mucho más allá. Sí, es un coche con propulsión a Coca Cola y Mentos…
El hotel Kakslauttanen está en Finlandia, nada menos que 250 kilómetros por encima del Círculo Polar Ártico, un lugar tan al Norte que en el solsticio de invierno ni siquiera llega a salir el sol en las 24 horas del día, y debe ser una experiencia verdaderamente única.
Las habitaciones son pequeños iglús, cómodos y bien acondicionados, y poseen una bóveda acristalada que permite ver el cielo en todo momento. Gracias a esto, se pueden observar sin grandes sacrificios (al margen del económico, supongo) uno de los mayores espectáculos de la naturaleza, las auroras boreales, y demás maravillas del cielo ártico.
En otras ocasiones os hemos acercado en Pixfans a ilusiones ópticas, a ver si os gusta la que os traemos hoy. Se trata del conocido como desvanecimiento de Troxler, y lo que tenéis que hacer es mirar lo más fijamente posible y sin parpadear a la cruz que hay en el centro de la imagen, tratando de no distraerse con lo que está alrededor, que, si lo hacemos bien, desaparecerá totalmente y de forma casi mágica, pero no es un truco de la imagen, sino un despiste que hacemos a nuestro cerebro.
Si no os sale intentadlo alguna vez más, pues todas las personas que yo conozco que lo han probado han logrado quedarse con unos segundos de cruz negra sobre un fondo blanco, pero siempre hay alguno al que no le funcionan estos trucos.
Y vamos con la explicación: pues resulta que la combinación de colores suaves y poco definidos que presenta la imagen sobre la que está la cruz facilita fijar la imagen en la clara y bien definida cruz del centro, mientras que lo demás lo hace nuestra visión periférica, que tiene ciertos problemas cuando los ojos no están en constante movimiento, perdiéndose a veces elementos de los márgenes que pueden dar lugar a ilusiones como ésta, en la que nuestro cerebro monta una imagen irreal.
No hablo de ninguna novedad si digo que Internet ha cambiado en gran forma la vida de millones de personas. Lo que antes suponía una larga tarea y continuación de actividades que la misma persona debía realizar, ahora está al alcance de un clic. Todo, desde la compra de un billete de avión hasta la consulta de diversos temas de interés, pasa por la red de redes en la actualidad. Supone una gran serie de bondades para el usuario, producto de lo cual, no conocer su uso supone estar “desconectado” con el resto del mundo. Generalmente se supone que Internet solamente proporciona características favorables y facilidades varias a quienes estén dispuestos a integrarlo en la vida diaria, pero pocas son las veces en donde se le intenta encontrar defectos a este fenómeno; muchas menos, las críticas que se fundamentan de alguna manera. En la publicación número 1806, correspondiente a la primera semana de agosto de 2011, de la revista Noticias de la semana (publicación argentina), tuve la oportunidad de leer un informe bien fundamentado sobre uno de los riesgos que puede suponer la incorporación de Internet en la vida diaria de las personas: sin caer en la paranoia, y fundamentado sobre un estudio científico, este artículo me ha despertado deseos de compartir con ustedes, tanto información como reflexiones personales, sobre un tema que debería hacernos pensar a todos: ¿Qué incidencia tiene Internet en las funciones cerebrales, mas precisamente, en la memoria?
Cada vez que tenemos la oportunidad de presenciar el lanzamiento de una nueva consola o un nuevo periférico que se añade a los ya existentes, nuestro análisis se centra más que nada en las prestaciones que pueda proporcionarnos a nosotros, los jugadores, quienes somos en definitiva el grueso de las personas que van a usarlo. Sin embargo, siempre a la hora de enumerar bondades o errores de las consolas y demás, no tenemos en cuenta un montón de cosas más que rodean su desarrollo y uso, sino que más bien juzgamos por lo que puede ofrecernos en cuanto a la actividad de juego y recreación se refiere. Debo confesar que soy una de las personas que no ven el potencial de los videojuegos más allá de la experiencia directa que pueden proporcionar, lo cual quiere decir que, para mí, los videojuegos sirven y solo sirven para divertir. Este erróneo pensamiento ha comenzado a cambiar luego de leer ciertos artículos relacionados con el uso de los videojuegos y las consolas en diversas actividades complementarias, como la que estoy a punto de contaros.
«Un punto azul pálido» (Pale Blue Dot) es el nombre de una legendaria foto tomada desde el espacio en 1990 por la nave Voyager 1, a tanta distancia de la Tierra que ésta aparecía como eso, como un pequeño punto. El comentario que de esta histórica foto hizo el famoso astrónomo Carl Sagan, parte de un libro que escribió precisamente con el título de Pale Blue Dot, es muy recordado y emotivo. Tomándolo como base, con la voz del gran Sagan, Adam Whinik hizo como proyecto de tesis el vídeo que aquí podéis ver.
La verdad es que, entre lo evocadoras que resultan las palabras del creador de la serie Cosmos (esa con la que muchos soñamos ser astrónomos de pequeños), la música de Hans Zimmer y el buen trabajo hecho con las imágenes, da gusto ver el vídeo. Además, para los que no sigan el inglés, a continuación tenéis la traducción de estas ya famosas palabras, cortesía de la Wikipedia.
Disegnodacoloraremondo.com quiere ser tu portal favorito donde dar rienda suelta a tu amor por los colores, ofreciéndote una amplia y…