Uno de estos maravillosos vídeos que destilan nostalgia a raudales, en este caso con algo tan simple como las típicas animaciones de los personajes de videojuego cuando los dejábamos un rato sin pulsar ningún botón, que eran tan típicas en la época de los 16 bits. También podemos ver las pedazo leches que nuestro personaje se podía llevar por dejarlo parado en un momento inoportuno. Pero lo mejor es recordar tantos y tantos juegos de la maravillosa consola de Nintendo.
Por cierto que el creador del vídeo ha dicho inspirarse en Go Right, uno de mis vídeos favoritos de cuantos he puesto en Pixfans, y que os recomiendo a los que en su día no lo visteis.
El 20 de Mayo de 1993, Bandai, en plena época dorada de Dragon Ball, sorprendía a los japoneses con un impresionante juego de lucha con los personajes de Toriyama como protagonistas -hasta el momento los juegos basados en la franquicia habían tirado más hacía la estrategia/rol-. Era el nacimiento del impresionante Dragon Ball Z Super Butouden, con 10 personajes elegibles (ampliable vía truco), llegando hasta el final de la saga Cell. El innovador sistema Split Screen , que partía en dos la pantalla, permitía recrear los combates de la serie con una fidelidad nunca antes vista en un juego de Dragon Ball, pudiendo volar, ponernos a largas distancias de nuestro contrincante, lanzar ondas de energía… Una gozada para la época, vamos. Ese mismo año, en Septiembre, lo teníamos en España (siendo con Francia los únicos dos países afortunados) donde fue un auténtico Boom.
Una verdadera salvajada visual que condensa la salvaje cifra de 13.000 sprites de juegos de Super Nintendo. Si valoráis la salud de vuestros ojos quizá sea mejor que no ampliéis la imagen, porque yo después del primer minuto empecé a ver raro…
En muchas oportunidades hemos sido partícipes de grandes aventuras, más aún en el mundo de los videojuegos que es el centro de atención en Pixfans. Como todo gamer he disfrutado de géneros de lo más variados, aunque hasta el momento solo he dedicado este espacio para redactar pequeños análisis de juegos plataformeros. Así que hoy, rompiendo un poco con la monotonía que me caracteriza, me enfoco de lleno con la intención de contarles un poco sobre este grandioso juego en el que la sangre y el choque de metales nos sumergen en una atmósfera lúgubre, de la que solo podrá salir victorioso uno: Weaponlord.
Un enorme y semi-humanoide saurio se aproxima por el horizonte. Tiene una manera de andar bastante humana, pero aun así nada nos hace presagiar que se trata de un señor disfrazado. El temible monstruo empieza a destruir una detallada maqueta de la ciudad de Tokyo con su letal aliento radioactivo, con explosiones y chispas a tutiplén, al más puro estilo Power Rangers (diría Ultraman, pero me tacharán de purista…) hasta que sólo quedan ruinas en el plató. Esto es lo que para muchos podría ser una película de Godzilla, el monstruo gigante o daikaiju más famoso de la historia del entretenimiento. Pero para muchos otros, una película de Big G es mucho más: es una inyección brutal de nostalgia y efecto Proust que nos transporta instantáneamente a aquellos cálidos días de niñez. El bueno de Godzilla siempre ha estado entre nosotros, aunque no le hayamos hecho mucho caso, y su influencia en todos los ámbitos ha sido y sigue siendo enorme (ese Monstruoso de J.J. Abrams…), sin olvidarnos del mundillo de los videojuegos. Y es que esta especie de dinosaurio mutado por la radioactividad, víctima de la locura nuclear de mediados del siglo XX, cuenta con una nutrida y variada representación en el mundo de las consolas, desde la época de la MSX o la Nes hasta la actualidad -lo siento pero no hablaré de los pésimos títulos lanzados por Atari en los últimos años-.
Si os pregunto por un juego de la infancia al que le tengáis especial cariño probablemente la mayoría de vosotros me responda por el primer Sonic, o Super Mario Bros, Alex Kidd, Tetris o quizás Super Mario World o alguno similar. Obviamente no es casualidad que coincida tanta gente, vosotros mismos podríais responderme que esto se debe a la sobresaliente calidad de dichos títulos, pero a parte de este aspecto estas míticas obras del ocio electrónico guardan algo más en común, acompañaban a sus respectivas consolas en un llamativo y económico (aunque nuestros padres no pensaran lo mismo) pack.
Los que en su día tuvimos Mario Paint sabemos que era una aplicación muy divertida y que en su día resultó tremendamente novedosa, pero también que era terriblemente complicado obtener resultados buenos de verdad con ella, porque la cantidad de colores era limitada y la precisión del ratón de Super Nintendo relativa. Pero como podéis comprobar, un tal Ruizinen logró una destreza sorprendente con este juego, usando los medios normales, sin trucos.
A continuación tenéis más imágenes y un vídeo con un montón de dibujos, algunos de los cuales son estupendos. La verdad es que me ha traído un montón de recuerdos…
Se puede pulir bastante más el tema, pero la idea, que ya hemos visto otras veces, siempre suele dar lugar a vídeos muy molones. En este caso se cogen sprites de algunos juegos muy conocidos de Super Nintendo, y se mezclan con imágenes reales para un resultado bastante llamativo. Algunos de los niveles recreados dan verdaderas ganas de que fuesen jugables…
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