No es un secreto para nadie que la dificultad de la mayoría de videojuegos actuales es de risa en comparación con los de varias generaciones atrás. Antes la única forma de alargar la vida de un videojuego era con una dificultad infernal, haciendo que fuera un proeza digna de un maestro el pasarte muchos videojuegos, obligándote a conocerlo todo de memoria.
Actualmente, la dificultad ha descendido, y pasarte un videojuego no es apenas un reto, pero se ha compensado esta reducción al tiempo de juego con misiones secundarias y objetos coleccionables o desbloqueables. Estas tareas y misiones son estrategias conocidas por todos, que tienen el objetivo fundamental de alargar la vida del videojuego más allá de su historia principal.
Si nunca has tenido esta sensación, enhorabuena, pero creo que la mayoría de videojugadores hemos notado que nos estiraban la experiencia de juego más que un chicle con esas tareas y misiones.