El consumismo, el capitalismo salvaje, la dependencia de la tecnología, la explotación del planeta o la telebasura son algunos de los temas perfectamente ironizados por el dibujante Steve Cutts en sus trabajos, que invitan a reflexionar sobre el funcionamiento de nuestra sociedad y del mundo que hemos construido, no precisamente idílico.
No toco un videojuego de bomberos desde el The Firemen de Human para Super Nintendo, pero este vídeo de un bombero con una GoPro nos podría dar una idea de cómo podría ser un juego sobre apagar incendios y rescatar a gente de las llamas con una gran potencia gráfica. Se trata de un bombero del condado californiano de San Bernardino, y la verdad es que resulta digno de admiración ver como esta gente se juega la vida para intentar salvar la de los demás.
Este espectacular vídeo muestra una imitación del reciente éxito cinematográfico Mad Max: Furia en la carretera, realizada con un equipo mucho más humilde: karts y armas de paintball. Si le echáis un vistazo seguro que os llama la atención la calidad con la que está grabado, pero no ha sido financiado por cuatro amigos sino que ha puesto dinero Warner Bros, productora del videojuego basado en la película que será lanzado proximanente.
Desde que existen los videojuegos, la piratería ha estado presente de una u otra forma, obligando a los fabricantes a guerras legales y a esforzarse por poner trabas a los diferentes dispositivos, técnicas o trucos que permitían a los jugadores disfrutar de sus productos sin pagar. La última novedad en el tema ha sido el Amiiqo, un sorprendente dispositivo que permite suplantar a las figuras Amiibo de Nintendo, consiguiendo los extras que éstas traen incluidos sin necesidad de pagar por ellos, simplemente descargando los datos correspondientes directamente de Internet al aparato en cuestión, cuyo precio ronda los 60 euros.
La imaginación humana no tiene límites, y la lista de esperpentos que han pasado por Pixfans daría para un buen catálogo, en el que podrían destacar objetos como la sierra mecánica de Hello Kitty, La NES tostadora o el AT-AT carrito de bebé.
A estas creaciones que ponen a prueba el sentido común de la raza humana se añade ahora la Barbie navaja suiza, un compendio de herramientas patriarcales introducido en las entrañas de un paradigma hipersexualizado de unos cánones de belleza alejados de la realidad, vamos, todo un desafío al orden mundial en general, por eso no lo veréis en tiendas, pero podéis haceros una igual…
El hombre lleva coleccionando cosas desde que es hombre. Chapas, llaveros, camisetas, egagrópilas… y videojuegos, por supuesto. No es para menos, ya que un trozo tan importante de la cultura es algo que merece la pena ser preservado, al igual que libros o películas.
De igual modo que lo lógico es coleccionar cosas por gusto, hay quien lo hace por disgusto. Es decir, el coleccionar bodrios por el hecho de serlo. Dentro de la temática, coleccionar bodrios simplemente por ser raros o difíciles de encontrar. De eso va la cosa hoy, de coleccionar por cojones. (para hacernos los listos íbamos a poner «per se» en el titular, pero finalmente el editor accedió a usar la palabra cojones) Videojuegos que no interesaron un pimiento por ser, en el mejor de los casos, del montón… y que por supuesto ahora siguen siéndolo, pero los queremos igualmente. Veamos algunos ejemplos interesantes, para empezar, del Cerebro de la Bestia versión PAL.
El primero debía de ser, por supuesto, Whirlo. Este juego, creado por NAMCO en 1992, tiene como característica más destacable ser más soso que la bandera de Libia. La música podría rivalizar en casposidad con la del telecupón, y los gráficos son igualmente casposos.
Pues el juego de marras suele alcanzar en subastas los 600 mortadelos sin problemas. De hecho, un pollopera lo tiene en venta en estos momentos por 950 machacantes sin despeinarse, sin pasar por la casilla de salida y sin despeinarse. ¿Por qué? ¿Masoquismo? En parte, pero también porque se trata del, probablemente, juego más raro en SNES PAL que se conozca. ¿Lo queremos? Pues no.
Un segundo en discordia es la adaptación en videojuego de la película Cool World, que se llamó Una rubia entre dos mundos en España o Mundo Cool en hispanoamérica. La traducción de los títulos de las películas es algo que está mas que visto que es un imposible, por lo que es un tema que dejaremos de lado por el momento. Lo que es digno de admiración de este juego es… nada en absoluto.
Sprites digitalizados muy «bonitos», y eso es todo. Un juego sin el menor sentido, como lo es que se lleguen a pagar un puñado de cientos de euros por un juego completo. Como ejemplo, sírvase esta subasta, que al tiempo de escribir este artículo va por 122 eurípides y subiendo. Dada la costumbre de los habitantes de EBay de pujar en el último microsegundo, vale la pena ir siguiendo la puja a ver hasta dónde puede llegar la vanidad de los coleccionistas.
Un juego relativamente desconocido, con una temática más bien infantil como es la figura del Papá Noel (viejito pascuero, para los herejes que llaman «Homero» a Homer Simpson). En apariencia con unos gráficos decentes, no pasa de ser una curiosidad que se repite más que un yoghurt de chorizo, vacío cual hospital robao y que, en definitiva, parece un juego a medio hacer.
Aquí un alemán que, planeando invadir Polonia, ha decidido hacer algo peor aún para la humanidad: subastar este juego, y ojo que va por más de 220 euracos. Bueno, podría ser peor: podría llover.
Todos conocemos y, de alguna forma, idolatramos este juego. Lo que no es de recibo para nada es lo cutre que llegó a ser la versión para Super Nintendo. Lejos de aprovechar la potencia gráfica y sonora de este sistema, a algún chalado le pareció buena idea plantar la versión de final de los ’70 tal cual. Naturalmente no vendió una escoba, y ahora es una rareza encontrarlo en versión PAL. (Curiosamente en NTSC hay alguno que otro, se ve que ese día despidieron a alguien)
Lo más barato que se encuentra es un un pinfloi de Australia que, en lugar de tirarlo para que no vuelva (a diferencia de lo que haría un bumerán), lo ha puesto en venta por 53 eurípides… con sólo el cartucho. Para colmo la foto que pone es «orientativa», por lo que es de esperar que el cartucho tenga más mataúras que un borrico viejo.
Por hoy está bien, nuestros estómagos dan para mucho pero mejor reservarlo para filetones y cerveza. Otro día entraremos en otros sistemas o regiones para gusto de todos. No pienso olvidarme de los juegos de Master System brasileños y los de Mega Drive coreanos, que merecen una estatua en una rotonda. Hasta entonces, sed felices.
La ciudad japonesa de Yokohama va camino de especializarse en un evento de lo más peculiar. Un desfile de Pikachus perfectamente sincronizados cuyo paso resulta de lo más simpático. Teniendo en cuenta que los disfraces no parecen los más cómodos, la marcha resulta muy precisa y vistosa. En el fondo quizá se estén preparando para invadir el mundo, y están trabajando su coordinación y disciplina, pero mientras eso no suceda podemos disfrutar, inocentes de nosotros, de sus paseos, sus bailes y su afable aspecto.
Dragon Ball Super ha sido toda una alegría para los fans de Dragon Ball, aunque se respiraba en el ambiente un miedo a que se produjese otro destrozo como el que para la mayoría fue Dragon Ball GT. Yo solo he visto el primer episodio, así que no puedo hablar mucho de la trama, pero lo que ha desatado las iras de muchos fans estos días han sido las animaciones, especialmente por los ridículos dibujos que aparecen en algunas partes del capítulo 5 si vamos viéndolo frame a frame.
Está claro que crear una serie de dibujos da mucho trabajo, pues hay que dibujar y dibujar para completar las animaciones, y a veces las exigencias de las productoras obligan a ir a una velocidad que impide una calidad razonable de cada una de las ilustraciones, pero aún así ciertas imágenes resultan un tanto ridículas y parecen hechas por niños de ocho años, lo que no acaba de resultar muy normal…