¿La existencia de peces en la playa es indicativo de agua limpia?
Una de las grandes preguntas que me atormenta este verano más que el calor es si la presencia de peces en la playa es indicativo de la calidad del agua. Yo era ajeno a estas conjeturas, me dedicaba a bañarme en la playa como acto de descanso sin aplicar al proceso el habitual «ojo crítico» que caracteriza a la (triste) generación tecnófila como la mía.
El caso es que, en el apogeo de mis vacaciones, cierta persona me comentó que la presencia de peces, además de ser relajante, era también síntoma de pureza del agua.
Argumento 1: Si el agua no estuviera limpia, los peces no estarían, se irían o estarían muertos.
Acepté el argumento y lo añadí a mi lista de conocimientos potencialmente inútiles, sin pasarlo por el filtro crítico. Cuando estoy en la playa, no pienso (y cuando estoy fuera, no siempre). Pocas semanas después, lo comenté con otro individuo, que se llevó las manos a la cabeza ante tal ofensa, sentenciando con arrogancia:
Argumento 2: Esos no son peces, son muxes. Los hay en los puertos, precisamente porque comen mierda. Si están, es porque el agua está sucia.
Incapaz de demostrar ni descartar ninguna de las dos vertientes, la duda hizo que perdiese el sueño durante días, hasta que ayer tuve la oportunidad de preguntárselo a una bióloga marina en proceso de titulación:
Argumento 3: Una cosa es suciedad y otra contaminación. Si el agua está contaminada por residuos tóxicos, los peces no están. Y si están, están muertos. Así que el agua con peces no puede estar contaminada. Pero hay peces que soportan un sólo tipo de alimentación, y otros que comen de todo. Entonces los residuos orgánicos, algo por lo que podemos considerar una playa «sucia», pueden convivir con ellos.
En resumen: «ni pa tí ni pa mí».
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