Unos hermanos que no lograron la fama
En el universo de los videojuegos hemos sido participes de grandes relaciones familiares, no solo en el mundo real junto a nuestros hermanos compartiendo horas interminables de diversión, sino también dentro de la pantalla. Muchos hermanos se han hecho famosos en la corta historia de los videojuegos: Bub y Bob de Bubble Bobble, Nick y Tom de Snow Bros o los mismísimos Mario y Luigi, siendo estos últimos los pioneros, comenzando con toda esta revuelta familiar en aquel entrañable Mario Bros (si si, el de las tuberías, ese en que había que golpear las tortugas desde abajo).
Claramente la fama de Mario y su hermano ha crecido en forma desmedida desde el año 1983, cosechando un sinfín de éxitos, protagonizando tanto juegos de forma individual como grupal (vamos, que Luigi también se ha echado sus aventuras, y lo bien que lo hemos pasamos con él).
Pero hoy particularmente no les vengo a narrar las aventuras de estos hermanos, sino más bien la historia de “otros hermanos”, que pese a participar en juegos excelentes no tuvieron la repercusión de los anteriormente citados. Acomódense en su silla, enciendan los parlantes y comiencen a disfrutar de estas obras magníficas de Taito.
Don Doko Don (Taito, 1989)
¿De qué va esto?
El juego en cuestión nos ponía en la piel de los hermanos Bob y Jim, dos enanos calvos y barbudos que debían atravesar todo el Reino de Marry Land con el propósito de rescatar a la princesa y al rey quienes habían sido secuestrados por unos cerdos voladores, que no contentos con su secuestro convirtieron al rey en una vaca del mal (¿con una trama así creo que llama la atención no?). El título en cuestión fue lanzado al mercado en el año 1989 para máquinas recreativas (arcades para los amigos).
Hablemos de la jugabilidad
Nos enfocamos en las posibilidades que el título nos presentaba: consistía en un plataformas al puro estilo Bubble Bobble (de la misma compañía) para dos jugadores, en el que debíamos recorrer toda la pantalla derrotando uno a uno los enemigos que merodeaban la zona. Una vez completo dicho objetivo pasábamos al siguiente nivel, y así sucesivamente hasta alcanzar un múltiplo de diez (aquí en Pixfans también sabemos de matemáticas) donde nos encontrábamos con un Boss que nos ponía las cosas un tanto complicadas.
Hasta este momento del análisis, el juego no presenta ninguna novedad con respecto a lo visto en esa época. Pero donde realmente radicaba su diversión era en la forma de vencer a nuestros enemigos: mientras que en Bubble Bobble los héroes englobaban dentro de burbujas a sus adversarios para luego aplastarlos, Bob y Jim iban armados con unos martillos de madera con los que repartían porrazos a diestro y siniestro contra los enemigos, que una vez alcanzados por su golpe quedaban aplastados (como el Coyote de la Warner), momento en el cual eran totalmente vulnerables, así que solo quedaba juntarlos y tirarlos contra algún borde destrozando todo a su paso, incluyendo a otros enemigos. Si bien no era algo muy novedoso cumplía con su objetivo y hacía que el juego fuese muy divertido, sumado a los Power-ups diseminados por los escenarios y algún que otro obstáculo del terreno que nos complicaba un poco la existencia.
El juego ofrecía 50 niveles con una dificultad moderada que iba en aumento, y para sorpresa de muchos, una vez que liberábamos a la princesa de turno [DANGER AVISO DE SPOILER] nos encontrábamos con la siguiente frase: MY GODNESS! OUR KING IS MISSING! … lo que nos daba a entender que nuestro periplo no había finalizado ahí. Exactamente, si nuestra intención era realmente alcanzar el verdadero final, debíamos ingresar a una zona secreta solo accesible desde el nivel 1 y posteriormente acceder a otra zona secreta donde poníamos un PASSWORD que nos llevaba al nivel 51, pudiendo disfrutar de 50 niveles más, con una dificultad bastante más endiablada y pudiendo finalmente enfrentarnos al mismísimo Final Boss (aunque vamos, estos 50 niveles eran en su mayoría espejos del mundo original, de ahí su nombre: REVERSE ROUND).
Lamentablemente las aventuras de estos dos hermanos no consiguieron la aceptación del público y el juego pasó por los salones sin pena ni gloria. Solamente es reseñable nombrar las conversiones que tuvo el juego en 1990 para NES y TurboGrafx-16, siendo esta última la versión que mejor fue concebida, debido a que respetaba más fielmente la esencia del juego original. Posteriormente el título se hizo presente en el juego “Taito Legends 2”, una recopilación con los títulos más influyentes del universo de dicha compañía lanzado para PlayStation 2, XBOX y PC en 2006 (incluido además en la versión japonesa que fue conocida como “Taito Memories Vol. 1” lanzada en 2005 para PlayStation 2).
Don Doko Don 2 (Taito, 1992)
Se ve que la gente de Taito se levantó un buen día con ánimos de hacer uno de los mejores juegos del NES y decidieron darle una oportunidad a los hermanos del martillo. De esta manera nace en 1992 la segunda parte de Don Doko Don, que nos narraba las aventuras de Bob por las tierras de Marry Land. Nuevamente una fuerza maligna acecha el reino, esta vez durante el casamiento de la princesa, convirtiendo a su futuro esposo en un sapo (esta gente escribía unos guiones magníficos, se merecían un Óscar).
El título en cuestión daba a la franquicia un lavado de cara absoluto: si bien estamos frente a otro plataformas, se cambiaron las fases estáticas por un estilo que era mucho más comercial en consolas, el Side-scroll. Asimismo se aposto por un juego para un solo jugador, así que en esta aventura solamente disponíamos de Bob para repartir mazazos por doquier, dejando de lado la posibilidad multijugador (un punto que a mi entender jugó en contra).
Independientemente de ser un juego creado para disfrutarlo en solitario, esta segunda entrega tenía muchos puntos a favor: una jugabilidad que enganchaba de principio a fin; personajes muy pintorescos; escenarios con una duración adecuada; secretos diseminados por la pantalla, teniendo que recorrer las fases de punta a punta para encontrarlos; jefes enormes que nos invitaban a practicar y practicar hasta encontrar la estrategia más favorable para vencerlos y lo más importante, una música “ochobitera” de las mejores. Si hay algo que es de destacar en esta segunda entrega fue su excelente banda sonora, con melodías que acompañaban muy bien cada momento del juego.
Curiosidades
Si bien la segunda entrega de esta franquicia de Taito no tuvo gran éxito, hubo quienes se tomaron el trabajo de hackearlo creando una obra maestra dentro de los hacks vistos en el NES: Super Bros 8.
Pensándolo bien el juego calza al dedillo: Mario en su primera aparición en Donkey Kong para recreativas (conocido como Jumpman por aquel entonces) utilizaba un martillo para abrirse paso entre los obstáculos, similar al que utilizaba Bob en la segunda entrega. Más aún, seguramente la gente de Taito tomo prestadas algunas ideas del Reino Champiñón, pues la mayoría de los enemigos de las fases eran hongos bípedos (¿goombas?), alguno que otro lanzaba bolas de fuego y todo esto sumado a que el protagonista es un gordo rechoncho vestido con un mameluco rojo.
Conclusiones finales (totalmente subjetivas)
En este apartado me pongo en primera persona y doy una visión personal de mis experiencias como jugador. Don Doko Don y su segunda parte son sin dudas de esos juegos que un amante de lo retro no puede dejar de probar, principalmente el segundo que fue el motivo original que me inspiro a escribir este artículo, pues durante años he visto la poca repercusión que ha tenido siendo como es un gran juego. Muchos pueden ser los motivos que generaron tal destino; yo creo que su salida fue un tanto tardía, pues en 1990 y 1992 ya existían juegos más complejos y con mejor calidad. Aún así, los invito a probar ambos títulos, que le brinden una oportunidad, pues si bien no son los mejores del catálogo de NES, sin dudas van a dejar en ustedes una sensación muy agradable, como me deja a mí cada vez que pongo esa ROM y recuerdo cuando soplaba el cartucho para introducirlo en la ranura de mi Famicom.
Agradezco enormemente a “Pixfans” por darme la oportunidad de publicar este análisis, que para mí ha sido totalmente gratificante, y en especial a @Jimmy que siempre ha sido muy amable al contestar mis incesantes mails. Espero que les guste, pues eso motivara a que escriba más artículos como éste.
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