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Imagino que todas las generaciones creen que la etapa que han vivido es la mejor, y yo no soy una excepción: realmente creo que en los 80 y 90 se hacían mejores cosas que ahora, y seguramente la nostalgia esté distorsionando mi opinión, pero si comparo los juguetes que se comercializaban durante mi infancia y los que tienen ahora mis sobrinitos, no puedo pensar en otra cosa: los nuestros eran infinítamente mejores. Igual que considero que era más divertido ir a jugar a la consola a casa de tu vecinito que jugar online, o que salir a la plaza a jugar a la pelota era más sano que estar todo el día en casa. En fin; me hago viejo. Pero para justificar mi respuesta, como nos enseñaron a hacer en el colegio, voy a repasar unos cuantos de los juguetes que más me marcaron durante mi etapa infantil.

Las Tortugas Ninja

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Mis héroes preferidos por excelencia en aquellos días, en dura competencia con Son Goku y compañía (quienes acabaron ganando la batalla en mi adolescencia, pero ahora hablo de mi más tierna infancia). Los quelonios de Eastman & Laird eran una fiebre total y absoluta a principios de los ’90 (a finales de la decada anterior, ya pegaban fuerte en los USA), y Bandai y luego Playmates supieron aprovecharlo lanzando una extensísima colección de figuras: Estaban las normales, las motorizadas, las disfrazadas, mogollón de vehiculos -tanto los que salían en la serie, como la furgoneta o el zeppelin, como muchos otros de originales o, más concretamente, inventados-. Era una completa locura: la serie de TV (rebautizada en Europa como Teenage Mutant Hero Turtles debido a la famosa legislación alemana que prohibía referencias al ninjitsu en productos infantiles) tuvo tanto éxito que se realizaron tres adaptaciones cinematográficas, decenas de nuevos cómics y todo lo que os podáis imaginar en cuanto a merchandising. Y aun hoy en día continúan en vigor con las actualizaciones de la serie de dibujos, la película con gráficos CGI y las nuevas figuras de Bandai. Como curiosidad, algunas figuras antiguas han sido reeditadas para conmemorar el vigésimo aniversario de la franquicia.

Los Caballeros del Zodíaco

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Uno de los juguetes más deseados de mi infancia, incluso cuando la serie de televisión aun no me gustaba demasiado (más tarde la amé profundamente, pero cuando era muy pequeño la encontraba un poco escabrosa… esos tíos siempre luchando y sangrando a borbotones), pero no llegué a tener más de 4 o 5 figuras ya que mis padres no se las podían permitir, puesto que solían valer unas 3000 pelas, ni más ni menos. Llegaron a salir 27 modelos distintos entre 1990 y 1994, y se vendieron estupendamente. Salieron las 12 armaduras de oro, las 5 de bronce 2ª armadura (la primera no llegó a salir nunca, al contrario que en Francia) junto con Marin, la maestra de Seiya, que fue “degradada” a Águila de Bronce, cuando era un caballero de plata. También salieron unos cuantos santos de Asgard y Poseidón, completando una colección que sólo unos pocos elegidos podían poseer en aquel entonces. Estas figuras fueron reeditadas en España en 2006 debido al clamor popular y la nueva fiebre por los Myth Cloths, pero su embalaje era distinto y los materiales algo peores, más parecidos a la edición Hong Kong. Imágenes procedentes de Saint Seiya Vintage.

TENTE

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El juguete de construcción con piezas de colores creado en Barcelona y que puso en serios aprietos al gigante Lego, quien incluso llegó a demandar a la empresa catalana Exín, aunque perdiendo el juicio (que evitó el monopolio de los daneses, al menos hasta la quiebra de Exín a mediados de los ’90). Tente no se podía considerar una mera copia de Lego, puesto que era un juguete innovador que aportaba nuevas ideas al vasto mundo de los juegos de construcción infantiles. De las numerosas series que salieron al mercado y arrasaron en ventas, recuerdo especialmente los Roblock, robots que podían transformarse en vehículos, claramente inspirados en los Transformers, pero elevando el concepto al máximo exponente, ya que podíamos modificarlos a nuestro antojo e incluso crear nuevos engrendros. Tente además tenía barcos, vehículos, edificios, naves espaciales… Era una gozada.

GIRAYA Ninja

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Genial figura de Bandai, comercializado en 1989, que se trataba de un pegajoso muñeco de goma, que podía adherirse a cualquier superficie, y que además se le podía poner una armadura de ninja, caballero medieval, etc… Fue un auténtico bombazo y recuerdo que, en el colegio, todos los niños suspirábamos por él. Estaba basado en una serie japonesa que nunca llegamos a ver por estos lares, pero los juguetes tuvieron el éxito sufiente para mantenerse en el mercado unos años. Fue la inspiración de los Uaky Taky de Giochi Preziosi.

Uaky Taky

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Respuesta de la juguetera italiana Giochi Preziosi al exito de Bandai. Se trataba de ninjas (aunque estaban tan mal hechos que parecían beduínos) con las manos y pies pegajosas, al estilo la Mano Loca, que si los lanzabas contra la pared o cualquier superficie, iban descendiendo solos, como ninjas que se inflitran en una base enemiga -o al menos eso era lo que querían que nos imagináramos-. El problema es que a la que se les ensuciaban las manos/pies, los tirabas contra la pared y se caían. Aun así, fue un exitazo y esto derivó a la creación de la copia de la copia, un Uaky Taky genérico que se vendía en las tiendas de 100 pesetas de la época.

Super Cinexín

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Mítico proyector de películas mudas de dibujos animados, que tenía la peculiaridad de que estas tenían que ser reproducidas manualmente por los niños mediante una ruedecita que teníamos que ir girando. Primero se compraba el proyector y luego podíamos ir adquiriendo nuevas cintas, de formato 8mm, que ibán comercilizánose por separado. La gran mayoría estaban protagonizadas por personajes Disney, lo que era un triunfo asegurado. Un clásico de las navidades de los niños ibéricos y otro exitoso juguete creado en los 80 por la juguetera barcelonesa Exín, cuya bancarrota es bastante complicada de entender viendo el éxito arrollador que tuvieron sus productos. El Cinexín ha sido resucitado varias veces en esta última década sin repetir el éxito original. Cuantas tardes nos habremos pasado a oscuras en nuestro cuarto reproduciendo una y otra vez la mísma cinta…

Transformers

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Cómo olvidarnos de la serie de dibujos que arrasaba a finales de los 80 basada en la línea de juguetes japoneses Diaclone y Microman, de Takara. Lo que ahora se conoce como “Generación 1″ (entonces era Transformers a secas, porque obviamente las secuelas aun no habían sido creadas) es lo que estaba de moda entre los niños de la época, y las jugueterías estaban llenas de estos juguetes cuya premisa básica era “vehículo que se transforma en robot”. Para la época era toda una innovación, y un éxito que se ha mantenido hasta nuestros días, aunque sin duda me quedo con esa primera generación (en las películas no quiero ni pensar): Optimus Prime, Megatron, Bumblebee, Starscream… Eran más que simples juguetes; tenían carisma para dar y tomar.

Jetfire

Mención especial para este modelo de Autobot, Jetfire, que estaba diseñado nada más y nada menos que por Shoji Kawamori, el mismo diseñador que las Valkyrie de Macross. El tema es que, aunque el muñeco se comercializaba como Diaclone, luego fue el protagonista de Macross, y los yankees responsables de los dibujos de Transformers se vieron obligados a modificarlo por temas legales, quedando infinitamente más feo que antes (y es que los yankees no son Kawamori). Es el único juguete de la serie que difiere completamente de su homónimo animado.

Las Aventuras de Fly

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Dragon Quest: Dai no Daiboken tuvo mucha aceptación en las autonómicas de nuestro país a principios de la década de los 90, y eso no pasó desapercibido por las empresas jugueteras, que tardaron bien poco en traer las figuras de acción a nuestro país, donde han conseguido un estatus de culto, y por las que se pagan verdaderas fortunas en las webs de subastas. Fly, Pop, Iván, Mam, Crocodine, Hadler…(con sus nombres de la adaptación española). Todos los personajes importantes de esta gran serie de Riku Sanjo y Koji Inada estaban disponibles para nuestro disfrute. Y al salir del cole, bocata de nocilla y a ver los dibujos por la tele.

HE-MAN: Masters del Universo

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Otro clásico de la generación de los 80. Aunque a mí, personalmente, ya me pillaron cuando la fiebre iba un poco a la baja, la publicidad de Mattel hizo su efecto y tuve -porque las había pedido insistentemente, claro…- varias figuras (“jimans”, como le llamábamos los niños), entre ellas el prota y su montura, esa que se transformaba en un tigre enorme en la secuencia de introducción de los dibujos. Así pues, pudimos presenciar la batalla de He-Man contra su némesis Skelletor tanto en pantalla (con su correspondiente acento sudamericano) como en la juguetería, y la verdad es que a los niños nos encantaba. ¡Por el poder de Greyskull!

G.I. Joe

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Los muñecos G.I. Joe pegaron realmente fuerte en los ochenta. Raro era el chaval que no tenía de una estas figuras de caliz militar, totalmente articuladas y con sus respectivas armas y accesorios. Eran la bomba, la verdad. G.I. Joe (las dos iniciales, por si tenéis curiosidad, significan Government Issued) tuvo su respectiva ración de cómics, series de animación y demás, para potenciar el éxito del producto, pero nunca le hice mucho caso a los derivados ya que a mi sólo me gustaban los muñecos. Estas figuritas ya eran comercializadas por Habro en los USA desde mediados de los 60, y aunque aquí llegaron un poco tarde, tuvieron un éxito aplastante. ¿Tú eras de G.I. Joe o de Cobra?

SCALEXTRIC

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Scalextric fue otro de los grandes aciertos de la empresa juguetera Exín, que se encargó de distribuirlos por estos lares entre los 80 y principios de los 90, hasta cuando su fallida hizo que la marca pasara a otras manos. No soy ningún entendido de este clásico juego de carreras de coches, inventado por allá por los años 50, pero sí he jugado con varios de ellos de niño (incluso con las múltiples réplicas de otras marcas, por las cuales muchas veces optaban los padres por ser generalmente más baratas) e intento basarme más en mis recuerdos que en documentarme sobre lo que acontece a este juguete en la actualidad, así que si hay algún dato que deba corregir hacédmelo saber. Lo que está claro es que a los niños nos encantaban los coches, y la fórmula de medirnos contra otros coches en un circuito ampliable era un éxito seguro. Y aunque no era de esta marca, recuerdo con un cariño especial La Aventura del Volcán, de Famoplay, la cual me regalaron unas navidades y fui el niño más feliz del mundo.

La Aventura del Volcán

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Esta variante del clásico Scalextric, le daba un giro de tuerca a la fórmula, dándole un toque más aventurero y agresivo (e infantil, quizás), puesto que debíamos superar diversas zonas de peligro que podían desestabilizar nuestro coche. Recuerdo que esos pequeños coches corrían tanto que si no controlabas podían salir disparados hacía la cabeza de algún presente en cualquier curva. Qué GRAN juguete.

Coches Majorette

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Ahora ya estoy retrocediendo muchísimo, puesto que dejé de jugar con cochecitos ya desde muy pequeño, pero recuerdo como me flipaban los coches de Majorette, especialmente el Sprinter; esa cápsula donde metías el coche y salía disparado a lo que mí entonces me parecía una gran velocidad. Esta claro que esta empresa francesa que fabricaba coches a escala 1:64, fue uno de los puntales de la más tierna infancia de muchos.

Winspector

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Cuando las figuras de Los Caballeros del Zodíaco se vendían como churros, los nipones de Bandai aprovecharon para introducir en el mercado otro juguete de las mismas características, basado en la serie que emitían en Telecinco Winspector, protagonizada por unos policías cibernéticos. Los juguetes funcionaron la mar de bien y hoy en día son objectos de coleccionista. La fórmula era la misma que los juguetes de Seiya y compañía: figura y armadura. El éxito fue tal que Bandai se animó a comercializar incluso vehículos, como el coche o la moto.

Mano loca

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Qué decir de la Mano loca. Esa manita de goma pegajosa (disponible en varios colores) que todos tuvimos alguna vez durante nuestra infancia. No recuerdo exactamente dónde la regalaban (creo que inicialmente con los Chupa Chups, y tuvo tanto éxito que luego se vendieron por separado), pero sí que tuve una, hasta que se llenó de mugre y perdió todo su efecto adhesivo ¿Su utilidad? Básicamente, tocar los cojones. Pero qué divertido era coger papeles de los demás a distancia con la mano loca, con el consiguiente cabreo del damnificado.

WWF: Pressing Catch

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Con la llegada de las televisiones privadas en los 90, decenas de programas nuevos que jamás habíamos visto entraron en escena, y los principales beneficiarios fuimos los niños. Telecinco, que en aquella época aun no hacía telebasura, ponía toneladas de series de anime y también… tachán: el Pressing Catch de la WWF. Estos combates basados en quién hace más paripé arrasaron entre los niños, y su correspondiente colección de figuras de acción también. Hulk Hogan, El Último Guerrero, El Barbero, El Hombre del Millón de dólares… Todos nuestros musculados héroes estaban recreados en PVC, y además realizaban su movimiento más característico. Y quien tenía el ring, el cual tenía incluso sonido, era el p*** amo.

Terminator

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Terminator fue un gran éxito, pero su secuela, Terminator 2: El Día del Juicio Final fue un auténtico pelotazo. Los jugueteros americanos Kenner lo sabían, y por eso sacaron una línea de figuras de acción bastante apañada, con un éxito más que notable. Recuerdo especialmente el T-800 al cual se le podía entrever su robótico esqueleto o el T-1000 que explotaba (porque estaba hecha de metal líquido, recordemos). Luego, ya rizaron el rizo recreando el centro de producción de Terminators de Skynet, donde podíamos meter un esqueleto y darle una piel de plastilina, para quitársela acto seguido -lo que no dejaba de ser un pelín sádico-. Era una absoluta flipada.

Los Guerreros de la Basura

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Curiosas figuras que venían dentro de una, literalmente, bolsa de basura, y que para descubrir al muñeco debíamos sumergir la bolsa en el agua, con lo que se deshacía, haciendo aparición el engendro en cuestión. Los muñecos eran algo feos pero no me negaréis que el concepto no era innovador. Como es lógico, a los chavales de la época nos flipó. Había 36 modelos distintos y se dividían en héroes y villanos, como suele ser habitual. El campo de batalla: La Tierra (o más concretamente, el vertedero).

Muñecogomas Bola de Dragón

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Siendo, como soy, un fan enfermizo de Dragon Ball, no podíamos quedarnos sin nuestra ración de Goku y compañía. De pequeño, yo alucinaba con las muñecogomas de Bola de Dragón, que te las daban cuando reunías 4 puntos Matutano (en cada bolsa de patatas o snacks venía un punto, así que teníamos que comer Bocabits a mansalva para que nos dieran una muñecogoma). Estas figuras eran en teoría gomas, pero mejor no intentar borrar con ellas, porque ensuciaban más que otra cosa. Los niños jugábamos con ellas, puesto que entonces Bola de Dragón estaba en plena efervescencia en los colegios. Estaba Goku pequeño y adulto, Krilin, Chichi, Pilaf, Mai, Shu, Piccolo (extrañamente, en SD, mientras los otros lucían aspecto normal… Cosas de la época), Gohan y el Duende Tortuga. No sé si había alguna más, pero estas son las que recuerdo. Eran monocromo, pero había de varios colores. Curiosamente, se usaron estos moldes para fabricar figuras, esta vez pintadas, que se vendían en librerías. Yo al menos recuerdo haberlas visto… En fin, que las muñecogomas eran la caña.

Dioramas Petit Suisse Bola de Dragón

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Seguimos con la época dorada de Dragon Ball ¿Alguien recuerda aquellos dioramas que regalaban los Petit Suisse (antes de ser Danonino) con pegatinas rollo Stick Stack? Eran absolutamente geniales. Había varios modelos distinos: el escenario del Tenkaichi Budokai, Namek, la Kame House y la ciudad del Oeste. Es posible que hubiera algunos más (me suena que también estaba el yermo donde entrena Son Gohan de niño) pero sencillamente no lo recuerdo. Y nosotros a pegar y despegar pegatinas… ¡Qué nostalgia!

Dragon Ball Super Battle Collection

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No podíamos olvidanos de estas figuras de Dragon Ball, que aunque son algo más modernas que lo que estamos tratando (no mucho más; empezaron a producirse en 1994 ¿Qué edad teníais entonces?), fueron objeto de deseo de los niños y pre-adolescentes de la época , que las veíamos en los escaparates de las tiendas que las importaron -no salieron oficialmente en España- y vendieron a altos precios. Era una colección de 44 figuras, que salieron entre 1994 y 1997, englobando DBZ y casi todo GT. No me extenderé mucho más porque tienen un artículo propio.

Las maquinitas

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Otro juguete mítico de los 80 y 90. ¿Quién no tuvo alguna de estas ‘maquinitas’ en algún momento de su infancia? La explicación sobra bastante, pero eran pequeñas consolas con una pantalla LCD y unos pocos botones y con un sólo juego (hasta la Game Boy no hubieron juegos intercambiables). Era lo más parecido a una consola portátil de la época. Las más famosas y probablemente las mejores eran las de Nintendo, las Game & Watch, pero otras marcas como Casio, Bandai o Tiger lanzaron sus propias líneas, a veces con juegos 100% originales y otras veces explotando licencias de dibujos animados, por lo general. Ahora son objectos de coleccionista y su valor crece por momentos. Estos pequeños artilugios fueron la inspiración de las consolas portátiles, tanto en concepto -videojuego que te puedes llevar a todas partes- como en diseño -mirad la Nintendo DS y comparadla con una G&W Double Screen-.

Playmobil

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Este juguete ya era increíblemente popular en los 70, pero nuestra generación también lo disfrutó plenamente. Incluso hoy en día sigue siendo popular entre las nuevas generaciones, y posiblemente no exista nadie en el Universo que no sepa lo que es un click de Playmobil / Famobil. No hace falta explicar que existen miles de modelos distintos de Playmobil, recreando todo lo que os podáis llegar a imaginar. Un juguete de oro que resiste como pocos el paso de años. No voy a profundizar mucho más porque el mundo de los Playmobil es realmente vasto y existen verdaderos expertos en la materia -y no es mi caso, yo sólo tuve unos cuantos cuando era crío y ya-. Este juguete de origen alemán creado en 1975 es una leyenda viva.

Botiboing

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Media esfera de goma que saltaba pocos segundos después de que la hundiéramos con el dedo. Una tontería enorme, pero cuando éramos niños nos parecía extraordinariamente divertido. El Botiboing lo regalaban con los Phoskitos y creo que con algún tipo de yogur o similar -no lo recuerdo con exactitud-. Como es evidente, tuve varios de ellos y pese a lo simple del juguete, los recuerdo con cariño. Está claro que la simplicidad es muchas veces algo positivo.

Frutiñecos y Dedoñecos

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Los Frutiñecos que regalaban con los Petit Suisse eran adornos de goma para ser colocados en un lápiz. Había 4 modelos distintos: limón, platano, pera y fresa, y era increíble lo que me llegaban a gustar. Los tengo grabados a fuego en mi cerebro ¿Alguien los recuerda? También estaban los Dedoñecos, que también regalaban con los Petit Suisse (ya veis que con Danonino, vino la decadencia…), y en este caso eran animales que nos podíamos poner en el dedo.

Numerobots

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En plena fiebre Transformers, la empresa española Innovac-Rima cogió la idea y le dió una vuelta de tuerca educativa: numeros que se transformaban en robots. El resultado: un exitazo. Todos los niños suspirábamos por los numerobots. Había del 0 al 9, y luego también salieron algunos símbolos matemáticos, si no recuerdo mal (suma, resta, multiplicación, división…). Molaban muchísimo.

Los Cinco Samuráis

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La fiebre Caballeros del Zodiaco fue el punto de partida de diversas réplicas más o menos afortunadas, y sin duda una de las mejores fue la colección de figuras basadas en la serie que emitían en Telecino: Los Cinco Samuráis (Yoroiden Samurai Troopers). Esta serie producida por Sunrise en 1988 tuvo bastante éxito por estos lares y se comercializó una serie de figuras bastante chulas producidas por Bandai -la marca que más alegrías nos daba en nuestra infancia-, que contenían a los protagonistas con sus respectivas armaduras de samuráis futuristas. Héctor, Cesar, Jorge, Tristán y Tony, además de sus enemigos, estaban disponibles, aunque el embalaje era diferente según el modelo y la marca que lo comercializó (primero Bandai, y más tarde Giochi Preziosi). Se vendieron algunos modelos en caja al estilo Los Caballeros del Zodíaco y otros más adelante en blísters, como qualquier figura de acción al uso.

Karate Fighters

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Karate Fighters, de MB, era un divertido juguete que consistía en un luchador pegado a un controlador para que lo moviéramos a nuestro antojo, con el objetivo de darnos de tortas con otro. La versión original traía dos luchadores, pero también sacaron una versión con 4, en plan Battle Royale. Era especialmente gracioso cómo se movían los combatientes cuando le dábamos al botón, ya que repartían ostias como panes como si estuvieran poseídos.

Bioman

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A finales de los ochenta, mucho antes de que naciera la serie Power Ranger, ya se pudo ver en Televisión Española una serie de las mismas características: 5 héroes disfrazados con pijamas de colores luchando contra el mal con un robot gigantesco. Es lo que llaman en Japón el género Super Sentai, y los Power Ranger no son más que una americanización de series niponas de este corte. Así pues, en España nos llegaba el Super Sentai Bioman (Liveman en Japón) directamente desde Francia, donde son muy frikis ellos, en versión japonesa original, sin americanizar. Y a los niños les encantó: éxito de audiencia y colección de figuras de Bandai, a quien no se le escapaba ni una.

Turbo Ranger

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Otro caso de Super Sentai que nos llegó antes que los Power Rangers. Otra vez, en Francia, se emitía con éxito la versión doblada al Francés de Gekisou Sentai Carranger, y Bandai, cómo no, lanzó su respectiva línea de juguetes, que obtuvieron muy buena respuesta. Así pues, ni cortos ni perezosos, los comercializaron también en España. Esto causó un poco de confusión, ya que la gente no sabía si los Power Rangers eran una copia de estos o viceversa, y para más inri este Super Sentai fue utilizado como base de la serie de 1997 Power Rangers: Turbo, para empeorar el lío.

Power Rangers

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Ahora sí les llega el turno a los Mighty Morphin Power Rangers, que se estrenaron en los USA en 1993, llegando a tierras ibéricas al año siguiente. Se trata de una americanización del Super Sentai Kyoryu Sentai Zyuranger, donde los protagonistas representaban animales prehistóricos. La serie tuvo un éxito arrollador, y en pocos meses ya se consideraba un icono pop de los 90. El éxito prosiguió con decenas de secuelas que seguían el mismo patrón e incluso un par de incursiones en la gran pantalla. Así pues, Bandai vió como nacía una nueva gallina de los huevos de oro que aun hoy día les da dinero. Los juguetes de los Power Rangers iban desde figuras a robots, vehículos, accesorios, disfraces… Una locura.

Jinete Sable

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A mediados de los 80 pudimos ver en las televisiones españolas la versión americana del anime Sei Jushi Bismarck con el nombre de Jinete Sable, un genial western espacial plagado de robots. Así pues, se pudo ver un limitado pero existente número de juguetes en nuestras jugueterías, que avispados jugueteros trajeron de importación para aprovechar el tirón de la serie.

Robotech

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En los ochenta lo que estaba de moda eran los robots, y las múltiples series que abordaban estan temática se sucedían diariamente por nuestros televisores. Antes que los Transformers entraran en escena, ya se podía ver Robotech, ese popurrí de varias series japonesas (cuya base principal es Super Dimension Fortress Macross) cortadas y pegadas por Carl Macek que tuvo una aceptación impresionante entre los críos e incluso los fans de la sci-fi. Así pues, no podían faltar los juguetes basados en este refrito de series. Escasos, pero existieron.

Tricky Bol

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El Tricky Bol de Bizak era un juguete que me encantaba, además de todo un reto para la inteligencia de un niño. Teníamos que hacer llegar la bolita al final del circuito y no era taera fácil, ya que el recorrido estaba repleto de trampas que ponían a prueba nuestros pequeños cerebros. ¡Genial!

Juegos de agua

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Se trataba de pequeñas ‘consolas’ llenas de agua donde había que realizar alguna acción que requería nuestra habilidad. Normalmente consistía en colocar bolitas o aros en sus respectivos compartimentos mediante un botón que al apretarlo liberaba aire, que iba moviendo las bolas. Un juego simple pero tremendamente divertido, que fue increíblemente popular en los 80 y fabricado por diversas marcas. Uno de los más famosos fueron los fabricados por Geyper; como el que aparece en la foto.

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Muy similares a los juegos de agua arriba comentados pero con otro tipo de funcionamiento, normalmente mecánico o a cuerda, como el que podemos ver en la foto, ambientado en la F-1. Estos juegos datan de principios de los ochenta, y pese a lo limitados y simples que eran, podían divertir sobremanera.

Auto-Cross

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Juguete poco menos que mítico de mediados de los 70, que sobrevivió hasta finales de los 80 prácticamente, ya sea en su versión original o por las múltiples imitaciones y variantes que hubieron. El Auto-Cross consitía en un circuito y su respectivo coche, que se movía gracias a un imán situado debajo de la pista. Después teníamos el logrado cuadro de mandos, con el volante para controlar el coche e incluso la llave de contacto y las marchas. Una auténtica virguería para la época y de lo más divertido que podías encontrar.

Y, simplemente, crecimos…

Y hasta aquí este pequeño repaso a los juguetes que más me marcaron durante mi infancia, o al menos los que con más claridad resisten en mi cabeza. Seguro que me dejo muchos que han sido importantes para vosotros, o alguno que fue importante para mí pero directamente no lo recuerdo. Si creéis que me he dejado algún juguete crucial, escribidme y lo incluyo, ya que me gustaría ir ampliando la lista. No he querido documentarme demasiado para el artículo, ya que quería basarlo más bien en mis propios recuerdos y nostalgia, por eso no he profundizado demasiado en los orígenes o la historia de cada juguete, sino en el recuerdo que guardo de él. Espero que os hayáis dejado llevar por este pequeño viaje a los años 80 y 90, unos años que no volverán y que siempre guardaremos con cariño en nuestro interior. Y es que a veces parece que se cumpla ese famoso dicho de “todo tiempo pasado fue mejor”. A todo esto… ¿qué juguetes te marcaron cuando eras un crío?

Publicado originalmente en ChoGenkidama (R.I.P.)

Hoy en día estamos tan acostumbrados a guardar la partida que los más jóvenes ni saben lo que es esto de los passwords y los videojuegos (comprobado con mis sobrinos), pero en otro tiempo fueron uno de los sistemas más usuales para poder continuar jugando desde un punto determinado en un videojuego. Era una época en la que muchos videojuegos ni siquiera permitían guardado de ningún tipo y había que jugarlos del tirón, a veces en partidas de muchas horas. Pero gracias a las baterías para guardar partidas en los cartuchos y a los passwords pudimos disfrutar de experiencias cada vez más largas y complejas.

En este post vamos a recordar algunos de los tipos más habituales (y también algunos más atípicos) de estos códigos que de tanta utilidad nos sirvieron. Seguro que os salpican algunas gotas de nostalgia.

Leer más

Un gesto que todos hemos hecho alguna vez en nuestra vida. Estábamos entre los años 80 y la primera mitad de los 90, la videoconsola daba un error cuando dejaba de funcionar correctamente la conexión del cartucho. La apagábamos, lo sacábamos y soplábamos el cartucho de NES. Y se arreglaba de forma milagrosa.

Hace un tiempo salió un estudio que contradecía este axioma universal entre los videojugadores. Nos venía a decir que, cuando un cartucho no funcionaba, normalmente era a causa de una mala conexión entre el cartucho y la ranura, que podía ser causada por empañamiento, corrosión, polvo acumulado o clavijas en mal estado, entre las principales causas.

Además, también apuntaba que soplar el cartucho era contraproducente, ya que, al soplarlo, se provoca que este se humedezca con la saliva y, poco a poco, se van deteriorando más las conexiones. El que la acción de quitar el cartucho, soplar en él y volverlo a colocar funcionara, era debido a que se le daba otra oportunidad, y que se obtendría el mismo resultado si no se hubiera soplado.

Para comprobar el deterioro que se provoca en el cartucho, se sopló uno una vez al día durante un mes, y aquí se pueden ver los resultados:

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Imagen A: Cartucho sin ser soplado.

Imagen B: Cartucho soplado una vez al día durante un mes.

Para evitar este deterioro, por ejemplo, Nintendo empezó a vender un kit de limpieza, para ser utilizado cuando el cartucho dejaba de funcionar y así evitar los efectos de los soplidos.

Pero aquí entramos la comunidad Pixfanera para señalar un problema de este estudio, que no ha tenido en cuenta la mística y el espíritu de arreglar la situación del soplador videojueguil. Sabíamos que el cartucho no iba, y si lo soplábamos a todos nos acababa funcionando; así lo arreglábamos y no conocíamos a nadie que no le hubiera funcionado.

Como todo en esta vida, no se puede abusar, pero tampoco era el plan soplar un cartucho 10 veces al día. Pero, adaptando el dicho, una vez al día no lo dañaría, y no podíamos obviar este ritual videoconsolero.

Yo, igual que todos mis amigos, hemos soplado cartuchos en nuestra infancia, y aún cuando vuelvo a conectar mi NES de forma esporádica, siguen funcionando, y si no van, toca soplar de nuevo.

¿Y quien no recuerda los típicos golpecitos al televisor cuando empezaba a hacer el tonto? ¿También sacarán un estudio diciendo que esto tampoco funcionaba…?

Si a fecha de hoy tu edad ronda los 30 años (pongamos con una horquilla de 5 años arriba y 5 años abajo), si te consideras un jugón de la vieja escuela, deberías haber completado diferentes retos que te has ido encontrando en los videojuegos, y si no es así, aprovecha ahora para intentar completarlos, que tal y como se dice, la experiencia es un grado y más vale tarde que nunca.

Hay montones de videojuegos y, por lo tanto, infinidad de retos posibles, de los que hemos elegido algunos especialmente representativos y basados en la propia experiencia, así como algunos retos no tan posibles, pero que igualmente se han hecho famosos y convertido en algo mítico.

Todos estos logros se deben conseguir sin el uso de la opción de save state de los emuladores ni utilizando guías, parches o demás estratagemas, ya que se supone que los verdaderos videojugadores lo consiguen todo con el sudor de su frente. Eso sí, hay algunos logros que son bastante más sencillos que otros…

Lista de logros posibles

A continuación os presentamos una lista de 13 logros posibles (sí, está buscado a posta el número, a prueba de supersticiosos) que se deberían de completar:

1.- Battletoads: Pasarse el nivel de las motos del Battletoads in Battlemaniacs y no enloquecer en el intento, toda una proeza.

2.- Doom: Completar el Doom II en dificultad Nightmare (recuerda que en este modo no sirve el IDDQD, IDKFA y similares).

3.- Final Fantasy: Derrotar a Sephirot en Final Fantasy VII. Uno de los grandes villanos de la historia no puede faltar en vuestra lista de vencidos.

4.- Juegos de fútbol: Marcar un gol de chilena / tijereta por toda la escuadra. Como extra, marcar todos los goles de chilena en un partido en el Nintendo World Cup o el World Cup Italia ’90 y ganarlo. Un poco rebuscado, pero hay que perseguir la excelencia.

5.- Mario Kart: Jugar una partida a cualquier versión del Mario Kart y lanzar un plátano hacia delante a las narices de un oponente humano, que se lo coma, y adelantarlo. Punto extra si es en los últimos metros de la carrera y la acabas ganando.

6.- Mario: Intentar entrar en todas las tuberías que veas. Conocerte de memoria todos los atajos del Mario Bros 1 y la ubicación de las flautas del Mario Bros 3.

7.- Metal Slug: Completar cualquier versión (preferiblemente el 1, 2 ó X) con los créditos iniciales con el nivel de dificultad arcade. Te deseo mucha suerte…

8.- Monkey Island: Disputar todos los combates de insultos con todos los piratas probando todas las respuestas y ganarlos.

9.- Pokémon: Captura a MissingNo. en el Pokémon Rojo o Azul y, por lo tanto, arriesgarte a perder la partida guardada.

10.- Sonic: Hacer los loopings a toda velocidad y rodando en cualquier Sonic de 2D. Punto extra si es en Super Sonic. Cargar un spin dash 200 veces más de lo necesario.

11.- Street Fighter: Ganar un combate a Hadokens contra otro humano con limitación de tiempo infinita. Finalizar un combate con Double K.O.

12.- Tetris: Completar el videojuego de Game Boy viendo todos los bailarines rusos y el cohete espacial.

13.- Zelda: Obtener las 100 Skulltulas doradas en el Zelda: Ocarina of Time.

Lista de logros imposibles

Y, ahora, para auténticos enfermos que busquen retos irrealizables, os dejo una pequeña lista de 5 logros imposibles:

1.- Duck Hunt: Mata al perro.

2.- E.T. de Atari: Sal de agujero.

3.- Final Fantasy VII: Resucita a Aeris.

4.- Polybius: Complétalo activando todas las técnicas de control mental.

5.- Street Figher II: Lucha contra Shen Long y derrótalo.

Como los logros de la segunda lista son imposibles de conseguir, ya que son todos leyendas urbanas, no nos explayamos más con esta lista. Si quieres conocer más logros imposibles y mitos del mundo de los videojuegos, te recomiendo que te pases por Las leyendas urbanas más famosas sobre videojuegos, las Leyendas urbanas y mitos de videojuegos (II) y las Leyendas urbanas y mitos de los videojuegos (III).

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Y a vosotros, ¿que retos de alta dificultad o curiosos se os vienen a la mente que deberían ser completados por todo videojugador (y preferiblemente retro)? ¿Cuántos habéis completado de los propuestos?

Hace unos meses os hablamos de Smooth McGrove, un experto en recrear melodías retro de videojuegos valiéndose únicamente de su voz. A través del montaje sincronizado de varios vídeos, es capaz de obtener resultados impresionantes, con una fidelidad enorme al estilo musical característico de los 16 bits. En la anterior ocasión os mostramos versones de Street Fighter II, Castlevania, Final Fantasy y Zelda. Hoy le toca el turno a Donkey Kong Country, Sonic, F-Zero y de nuevo Street Fighter II. Un fenómeno el tío.

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Imagekind (1)

Hace un tiempo os mostramos una galería de imágenes en las que diversos personajes de videojuegos de la época dorada de las 2D se paseaban por fotografías reales de Mallorca, por obra y gracia de VictorSauron, que además se pasó por Pixfans para comentar. Desde entonces su galería ha seguido creciendo, también con algunas fotos de Barcelona, y ya es hora de mostraros una nueva dosis de estos geniales montajes, aquí los tenéis.

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Macross Pixfans

En 1993 se empezó a emitir en Tele 5 una serie de animación muy vistosa para la época, que mezclaba aviones que se transformaban en robots, alienígenas, y triángulos amorosos. Su nombre era Robotech, y se trataba de tres series de mechas japonesas sin relación alguna entre ellas unidas por un yankee que responde al nombre de Carl Macek. La banda sonora y los diálogos habían sido modificados, así como el guión, pero la serie cautivó a una gran cantidad de público. La parte más recordada de la serie es precisamente la primera generación, que no es otra que la que hoy nos ocupa: The Super Dimension Fortress Macross. Esta serie, creada en 1982 por Shoji Kawamori y Studio Nue, y con maravillosos diseños de Haruhiko Mikimoto, es una de las series más veneradas de la animación japonesa, con una legión de seguidores en todo el mundo. Y como toda serie de éxito, tuvo su representación en el mundo de los videojuegos, y esto es de lo que hoy vamos a hablar en Pixfans.

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sólo dos amores: el amor a dios y a mi terminal; me logueo, luego existo

Tuve la suerte de criarme en un ambiente bastante liberal y permisivo: mis padres nunca tuvieron problemas a la hora de dejarme leer, jugar y consumir casi cualquier cosa que estuviera a mi alcance (he tenido amigos a los que les prohibían ver anime por ser considerado “satánico”, aunque como todos sabemos, las prohibiciones generan más consumo, mucho más cuando uno es niño y quiere ser un superhéroe-doctor-bombero-presidente-et al). También tuve la suerte de tener un hermano siete años mayor que yo, apasionado y amante de la informática. Esto me dio acceso desde temprana edad a las computadoras y consolas (algunos nacen con una pelota bajo el brazo, yo lo hice con una computadora), artefactos preciados de la era moderna que permiten nuevas formas de interactuar y pensar la realidad; pero, también, crean nuevos rituales paganos para alterar y hackear nuestra vida, nuestra cotidianeidad.

Cuando unos es chico, todo le parece más grande, más hermoso y mas fabulantástico. En esa época, recibimos estímulos de todos lados y crecemos minuto a minuto: nuestro organismo se prepara constantemente para llegar a la edad adulta y para eso hay un paso muy importante en la vida de todo niño moderno: la educación y la escolarización (dos cosas totalmente distintas). No voy a hablar de la escuela, cada uno tendrá sus experiencias personales, pero si voy a hablar de algo que siempre se le criticó (injustamente) a los videojuegos, y es su capacidad de ayudar en el proceso de aprendizaje de un niño (o, de al menos, un niño como yo). Hablemos, entonces, de cómo los videojuegos nos han ayudado a formarnos culturalmente.
 

Clases magistrales de Historia Universal:

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