Shin Megami Tensei, uno de los referentes del J-RPG
Hablar de esta saga supone sumergirnos en más de 20 años de historia. Así de prolífica resultó esta serie de juegos, que aún a día de hoy nos sigue sorprendiendo con la numerosa cantidad de títulos que le pertenecen. La sola firma en la tapa de algún juego que rece Shin Megami Tensei (o Megaten, más popularmente conocido) enseguida nos remonta a juegos fantásticos, a aventuras plagadas de ocultismo, demonios y decisiones de dudosa moralidad. Todo un universo, para que el amante del J-RPG se adentre y disfrute.
Megami Tensei significa, literalmente, “Reencarnación de la diosa”, y a pesar de lo que muchos creen, no guarda relación alguna con el nombre del director del juego ni nada por el estilo (como si pasa, por ejemplo, con Sid Meier entre otros). La saga de juegos con este título comenzó sus andanzas allá en 1987, cuando en Japón todavía seguían mareados con las bondades expuestas por el primer Dragon Quest. Toda la saga ha estado bajo la tutela de Atlus, empresa nipona que desde hace años nos hace disfrutar de obras de buen hacer, tanto como distribuidora, o también como desarrolladora. Los orígenes del mundo de Megami Tensei son responsabilidad directa de una novela escrita por Aya Nishitani, que posteriormente (según se cree, nunca fue constatado) vendió sus derechos a la empresa de videojuegos para que pudieran usar el nombre a gusto y placer. Cabe aclarar que todos los juegos de la saga son J-RPG (es decir, orientales), aunque tengan distintas características que los identifiquen.
Uno de los elementos comunes en todos los juegos Megaten, es su ambientación dentro de los límites del ocultismo. Sin excepción, cada uno de sus juegos bebe directamente de demonios, eventos paranormales y demás elementos fantásticos, resaltando sobre todo el primer componente citado. Para la época en la que salió la primera entrega, resultaba totalmente novedosa la temática, ya que la oferta de RPG eran copias burdas del universo de Dragon Quest, es decir, cierto corte y ambientación medieval, ya sea en su entorno como en sus personajes. Al romper con esta temática de manera tan radical ofreciendo entornos situados en un futuro cercano, siempre estuvo en los primeros planos de la crítica desde su comienzo, aún cuando tenía que competir con gigantes de la talla de Final Fantasy (que aunque tenga detractores aquí en occidente, en Japón son palabras mayores). Uno de los elementos que se repetirá de alguna u otra manera en los títulos Megaten, es la utilización de demonios (también novedoso, pues en ese entonces, en la mayoría de RPG hablaríamos de monstruos) tanto como aliados o como enemigos a vencer. En el caso de ser aliados, se podrán “fusionar” para obtener nuevos y mejores demonios. Si creían que la mitología es bien reseñable en el universo Final Fantasy, prepárense para encontrarse con un compendio de mitos, creencias populares y criaturas legendarias en los juegos de Megaten. Y también, la ya citada moralidad adversa que nos presentan sus argumentos, pues en ellos se verán temáticas que difícilmente sean abordadas en conversaciones de otros juegos.
La extensa lista de juegos que alberga este título (aproximadamente 39 videojuegos, sacando algunos que no llevan el nombre de la saga) hace necesario algún tipo de división para su mejor entendimiento. En este caso, ciertos elementos comunes en cada una de sus entregas hacen más factible su clasificación en distintas ramas dentro del mismo universo. De esta manera, el análisis de todos sus títulos quedará subdividido para analizarlo.
Los juegos de la saga principal
Aquellos títulos que beben directamente del argumento del libro de Nishitani, son entendidos como la columna vertebral de la saga Megaten, además de darle inicio allá en el año 1987. En el mismo salieron dos juegos bajo el mismo nombre, pero con mecánicas un tanto diferentes. Digital Devil Monogatari – Megami Tensei sería publicado para MSX y NES/Famicom, difiriendo en sus mecánicas de juego; para la primera, un A-RPG de vista cenital y para la segunda, un RPG por turnos en primera persona. La versión de Famicon tendría su segunda entrega, Digital Devil Monogatari – Megami Tensei II, que junto a su predecesor serían recopilados posteriormente bajo el título Kyuuyaku Megami Tensei para Super Famicom. Luego vendrían los juegos que directamente serían columna vertebral de la saga, directamente denominados Shin Megami Tensei (y su posterior entrega, la segunda) publicados originalmente para Super Famicom (en 1991 y 1994 correspondientemente). Todos estos títulos (exceptuando el primero de MSX) tienen la extraña particularidad de beber directamente del planteamiento dungeon´s crawler que se les imprimía a los RPG occidentales en la década del 80, separándose así del trazado de sus contemporáneos nipones. Todos tienen cierta continuidad cronológica, aunque no necesariamente se debe saber la historia del sucesor para jugar el posterior. Se ambientan en un Japón post-apocalíptico y comenzaban a dar las primeras muestras del característico sistema de combate con demonios aliados, que sería marca registrada de la casa con el correr del tiempo.
La tercera entrega de Shin Megami Tensei original se haría esperar hasta el año 2003, con la negra de Sony, bajo el agregado de Nocturne en el nombre. Posteriormente, sería reversionado en el año 2004 también para PS2 aunque con diferencias en el título para los territorios PAL y NTSC. Para los primeros, sería conocido como Shin Megami Tensei: Lucifer’s Call, mientras que para el resto respondería al nombre de Shin Megami Tensei Nocturne, aunque ambos se trataran de una versión extendida del Nocturne original. Hace un excelente uso de la técnica cell-shading, es un RPG típico por turnos, aunque con la particularidad de introducir la negociación directa con demonios, que se reclutan para los combates aleatorios que devienen en el transcurso de la historia (que sigue el hilo de la historia principal de la saga). Las constantes reminiscencias a la Divina Comedia y a lo dantesco son palpables en todo su desarrollo, aunque su profunda historia merece un artículo aparte. Como único dilema (constantemente criticado no solamente a este juego, sino a toda la saga) es su catastrófica cantidad de combates, y su mecánica repetitiva (aunque se puede disentir en este último aspecto). A pesar de esto, es inmensamente popular y bien recibido por la crítica.
La saga principal también tiene otros juegos involucrados: Shin Megami Tensei Online: IMAGINE para PC, un MMORPG al uso, cuyo sistema de creación de demonios sigue intacto en relación a otras entregas; Shin Megami Tensei NINE, sin dudas el menos popular de la saga (ni siquiera salió de Japón) y Shin Megami Tensei: Strange Journey, un título para DS publicado en 2009, cuya vista en primera persona y sistema de juego es copia directa de los primeros de la saga.
Digital Devil Saga, un acercamiento a las masas
Viendo el excelente recibimiento de las ediciones de Nocturne, Atlus aprovecharía las mecánicas de reclutamiento y desarrollo de demonios, propias de la saga, para realizar una entrega dentro del mismo universo, tendiente a acercarse a un público mucho más masivo. En este intento salió la sub saga Shin Megami Tensei: Digital Devil Saga y su posterior segunda parte, en 2004 y 2005, para la consola PS2. En este juego, nos centramos en una lucha entre facciones militares, con la singularidad de poder convertirnos en bestias (aunque en esencia el sistema es el mismo que el de sus predecesores demoníacos) en pos de exterminar hasta el último humano vivo. El juego implementa un tablero, similar al visto en juegos de la saga Final Fantasy, a fin de mejorar las habilidades correspondientes. El apartado gráfico es similar al utilizado en Nocturne, pero su ambientación es ligeramente pre-apocalíptica y su desarrollo in-game es algo más lineal que sus anteriores entregas, un poco más “pasillero”. Aún así posee un guión envidiable y es un imprescindible de los amantes del J-RPG
Devil Summoner, el diferente
La sub saga Devil Summoner supone un gran cambio dentro de las temáticas propias de Megaten, al menos en cierta cantidad de aspectos. Como regla general, se aleja bastante de la ambientación post (o pre) apocalíptica que se imprime en las primeras entregas, para ofrecernos entornos mucho más realistas (a pesar de las limitaciones propias de la máquina de turno). La serie comienza en 1995, bajo el nombre de Shin Megami Tensei: Devil Summoner, para la consola Sega Saturn. Posteriormente, se publicaría una segunda entrega del mismo, Devil Summoner: Soul Hacker, que además de ser publicado para Sega, haría su debut en 1999 para la consola PSX. Estos dos juegos seguían el planteamiento de los primeros de la saga principal: RPG por turnos en primera persona y un arcaico sistema de reclutamiento de demonios. A pesar de los planteamientos iniciales de la sub saga, no sería hasta el año 2006 que se haría mundialmente conocida, con la entrega Shin Megami Tensei: Devil Summoner: Raidou Kuzunoha vs. The Soulless Army para la consola PS2, y su posterior secuela, Shin Megami Tensei: Devil Summoner: Raidou Kuzunoha vs. King Abaddon, adquiriendo sus juegos la singularidad de pertenecer al sub género A-RPG.
Diferente en varios aspectos a la saga principal, se centra en Japón de los años 30, dejando de lado la estética meramente apocalíptica. La invocación de demonios es palpable, pues es la habilidad del protagonista, y se corresponde al sistema de evolución de las criaturas ya visto en los demás juegos, aunque en este título se centre mucho más en la acción directa (al tratarse de un A-RPG). Los turnos no existen, esta vez la habilidad para apretar botones será algo fundamental para el desarrollo del juego. Las invocaciones de demonios pasan a ser producto de la pericia del jugador para capturarlos en el campo de batalla, no como en otras ediciones en que se hacía uso de la diplomacia a tal fin, aunque la fusión de criaturas sigue en vigencia. Un juego fundamental de la eterna negra de Sony.
La vuelta de tuerca del universo Megaten
Seguramente, la gran mayoría de los que se hallan leyendo este artículo, se han visto alguna vez en la situación de jugar al que quizás haya sido uno de los mejores RPG de la pasada generación: Persona 3. Claro que esta peculiar sub saga no comienza con este juego, pues sus inicios se remontan a la época de la primera PlayStation. Persona salió en 1996, como uno de los primeros intentos de dotar de masividad al fenómeno Megaten (popularidad que ya poseía en Japón). Desaparecen los combates aleatorios, ahora seremos capaces de iniciarlos nosotros mismos o de eludirlos sin que los oponentes nos alcancen. Hay cierta noción de realismo que quiere imprimirse en la pantalla, ya que se trata de un juego que ocurre en un futuro muy cercano, aunque dicho realismo se viera limitado por la consola en cuestión. Una de las características que se mantendría en posteriores juegos, es que las criaturas que usaremos a nuestro favor ya no son demonios: son manifestaciones de nuestra propia personalidad, conocidos como “Personas”. Tendría su reversión en 2009 para la portátil PSP.
La inmersión y el constante contacto con NPC´s y entorno se harían patente a partir de la segunda entrega, Persona 2 Tsumi: Innocent Sin, y su posterior continuación, Persona 2 Batsu: Eternal Punishment, en 1999 y 2000 respectivamente. En las mismas, se profundiza aún más el sistema de Personas (a las cuales, al igual que a los demonios de los otros juegos, se pueden fusionar para obtener mejores) y la interacción con el entorno, aunque aún las ideas principales necesitarían cierto pulido. El salto generacional de consolas supuso la potencia suficiente para desarrollar el que sería el juego más recordado (y quizás el mejor) de la serie: Shin Megami Tensei: Persona 3, publicado en 2006 para PS2, el punto máximo del sistema que se quería plasmar en la saga Persona. Hay un excelente análisis del mismo en esta página por lo que no me voy a explayar demasiado. Simplemente, recalcar el realismo de situaciones sociales que nos propone el juego para mejorar nuestras Personas, y el excelente dilema moral que conlleva la magnífica historia planteada, llena de detalles reseñables.
Este juego tendría una continuidad en Shin Megami Tensei: Persona 3 FES, de 2007, aunque se trate de agregados en ciertos aspectos y nada más. La última entrega de la familia tendría lugar en Shin Megami Tensei: Persona 4, publicado en 2008 para PS2 (sí, aún se seguían haciendo juegos para PS2 en ese año) y que bebe directamente de las características del anterior, tanto en su planteamiento argumental como en su mecánica de juego. Aunque nos entrega una historia tan magnífica como la de Persona 3, se hace difícil olvidarse de este último y no tomarlo como todo un referente, no solo para los juegos de Megaten, sino para todo J-RPG que se precie. Cabe aclarar que todos los juegos de la subsaga persona, se tratan de RPG de turnos puros.
Otras entregas reseñables
La saga Megaten trató en algún momento de ser competencia del eterno Pokémon de Nintendo, dotando a la saga de cierto aire “infantil” en juegos como Shin Megami Tensei: Devil Children – Aka no Sho para Game Boy Color, tomando elementos de la saga principal (la recolección de demonios para su uso en combate) aunque apuntando específicamente a un público de menor edad, en contraste con sus entregas más resonadas. De más está aclarar que nunca llegó a ser competencia seria del juego de la gran N.
Así mismo, tuvo una leve incursión en el sub género de los T-RPG, aunque con menos réditos que el cambio de subgénero producido en Devil Summoner. Se trató de entregas como Majin Tensei: Rond, para Saturn (1997), que sin duda, son el punto más flojo de toda la saga.
Megaten es todo un universo a descubrir. A pesar de que sus detractores hagan notar la constante repetición de formulas en toda la saga, hay quienes pensamos que es una de las mejores franquicias de J-RPG, aún por encima del siempre citado Final Fantasy. La variedad de planteamientos filosóficos que encontraremos en sus diálogos es única, y me quedo con este aspecto en relación a juegos similares: la capacidad de generar pensamientos encontrados y poco comunes en el jugador. Shin Megami Tensei se ha ganado, al igual que Atlus, un nombre propio y un prestigio inigualable en el mundo de las consolas.
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