Riot [Pixelbits]
La década de los ochenta supuso un cambio en la concepción del cine de acción, de repente los héroes se convirtieron en tipos violentos y malhablados que corrían sucios y sudorosos de acá para allá, asesinando de mil y una formas a terroristas, bandas callejeras y ejércitos de pequeños países sudamericanos. Por supuesto, los videojuegos fueron permeables a esta nueva corriente del cine palomitero, dando como fruto cientos de juegos que imitaban, o incluso rallaban en el plagio, las películas más taquilleras de acción. Dentro de esta fiebre ochentera de acción, tenemos Cabal (Tad Corporation, 1988), Blood Bros. (Tad Corporartion, 1990) y por supuesto Riot, que inauguran un subgénero de acción mismo.
Sentirse un superhombre, no como idea del filósofo Friedrich Nietzsche, sino el más macho, el que puede contra un batallón de enemigos si se lo propone, estaba a la orden del día. El personaje ficticio de John James Rambo, aparecido por primera vez en la novela First Blood (M. Evans, 1972) de David Morrell y del que se llevarían a cabo varios filmes, había hecho mella en la sociedad a base de «carnography culture» y eso, como no podía ser de otra manera, tarde o temprano llegaría al ocio digital. La cuestión era saldar la deuda con el cine de acción por todos los medios: consistía en poner un titán, de cuerpo atlético y facciones muy duras, experto en técnicas de supervivencia y guerra de guerrillas, amarrado a su ametralladora, y dado que su mejor dote no era el diálogo, resuelve cada trance con un disparo de bala. En esos sucesos transcurre Riot (también conocido como Kaminiari Kishi Riot en Japón), con la fórmula indiscutible de Cabal, al que se le añade la posibilidad de matar primero al enemigo que está delante, al que nos da la espalda, o esquivarlos para aniquilarlos segundos más tardes. Tras la barricada, el olor a carne fresca y la fanfarria bélica azota los sentidos de nuestro particular Rambo.
NMK quiso otorgarnos a los enamorados del salón recreativo un título dispuesto a codearse con los mejores celuloides de tiros protagonizados por Arnold Schwarzenegger, Chuck Norris, Sylvester Stallone y Bruce Willis, que reuniendo todos los tópicos de este género cinematográfico, para el jugador supone una hazaña harto complicada desde que empieza hasta que acaba.
Pixelbits es una sección destinada a recomendar, de forma breve y concisa, clásicos del arcade que en su día se pudieron disfrutar en los salones, y a los que aún hoy vale la pena darles una oportunidad.
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