Rick Moranis, Ídolos dorados.
Cuando Frederick Alan Moranis se mira al espejo por la mañana, ve un a nerd (o geek). En España lo calificaríamos como friki y, sobre todo, como mito de los 90. Entre el populacho lo conocemos como Rick Moranis, protagonista del clásico Cariño, he encogido a los niños (Honey, I shrunk the kids, 1989), que desembocó en una trilogía de calidad irregular. O por su papel en las estupendas Los Cazafantasmas (Ghostbusters, 1984).
Aunque siendo justos, entre el público más geek, cuando más nos ha hecho reír de este canadiense, es interpretando a «Casco Oscuro» en la magnífica La loca historia de las Galaxias (Spaceballs, 1987) de Mel Brooks, con esa frase que todos hemos usado alguna vez: «Veo que la tienes tan larga como la mía».
Las carreras de los humoristas que acabamos viendo en los filmes hollywoodienses suelen ser, de hecho, muy similares en su origen. Como el Señor Moranis, muchos suelen pasar de actuar en clubes como monologuistas, a las televisiones regionales, más tarde a las nacionales, y finalmente acaban en la gran pantalla. Con lo que, a ojos del resto del mundo, da la impresión de que los actores de comedia norteamericanos brotan del suelo como las setas. Es probable que la mayor parte del material audiovisual que crean éstos, no llegue al publico hispanohablante. Con lo cual, estoy casi seguro de que muy pocos de nosotros sabía de la existencia de los 3 álbumes de estudio de Rick Moranis, todos de música humorística, el último de los cuales: El Cowboy Agorafóbico (The Agoraphobic Cowboy, 2005), fue incluso nominado a un Grammy.
Entrando en su faceta musical, algunos lo recordaréis su papel protagonista en La pequeña tienda de los horrores (Little Shop of Horrors, 1986), adaptación cinematográfica de la (a su vez) adaptación musical de la homónima película de serie B sesentera, famosa (la original) por ser uno de los filmes más rápidos en ser rodados, y por incluir en su reparto a un jovencísimo Jack Nicholson.
Pero hace años que casi no sabemos de él, a parte de aportó su voz a las dos partes de «Hermano oso» (Brother Bear, 2003 y 2006). Claramente, todas nuestras esperanzas se centran en volver a verlo en la piel de Louis Tully, y así completar el elenco original, en la inminente nueva entrega de Los Cazafantasmas. Tristemente para el público, el señor Moranis dejó el mundo del espectáculo hacia 1996, debido en parte al fallecimiento de su esposa, en 1991, su desencanto con la industria, y la responsabilidad de tener que criar a sus dos hijos él solo. Lo que iba a ser un par de años sabáticos, se convirtió en un lustro, y al final en un status vitalicio, al darse cuenta de que no echaba de menos su trabajo.
Realmente dejó un hueco, en mi humilde opinión, como el arquetipo de hombrecillo pequeño, encorvado y honrado, que conquistaba el corazón del público por su espíritu y su coraje, pese a su poco nutrido aspecto y sus torpes maneras, que a todos nos despierta un cariño y una simpatía casi instintiva. Os animo desde aquí a que volváis a ver alguna de sus películas, de aquella época en que los pantalones de pana nos picaban y nuestras madres nos ponían rodilleras en los tejanos. Como comienzo, Moranis cantando… abstenerse aquellos que odien los musicales. Los demás, buscad «velociad absurda» en Youtube.
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