La popular expresión «tiran más dos tetas que dos carretas» parece tener una buena aplicación en los videojuegos, como hace poco reflexionábamos respecto a los juegos de lucha. Pero sinceramente, el último juego en el que esperaba ver algo así era en Monkey Ball. Sin embargo, parece que los inocentes monitos de SEGA han dejado su inocencia y de la mano de la modelo nipona Yuki Kawamura se han sacado unos mapas de lo más peculiares para Super Monkey Ball Banana Splitz, de PSVita.
Parece que será descargable (así que en principio los niños van a poder seguir jugando con los monos), pero lo de llenar un juego de estas características con fotos de chicas ligeritas de ropa e incluso aprovechar los pechos de la modelo para sinuosos saltos de las bolas de los monos (la cosa suena peor de lo que es, lo sé) me parece de traca. Más imágenes y vídeo a continuación.
También conocida como Alpha Denshi y de la mano de SNK, la compañía ADK había dado vida a juegos tan destacados en su día como Magician Lord (1990), Blue’s Journey (1990), Trash Rally (1991) o Ninja Commando (1992), que figuran entre los grandes clásicos de la Neo Geo. Plataformas, velocidad, acción… un poco de todo, pero también se atrevió con el género que más dominaban sus aliados de SNK, la lucha, y lo hizo con un juego cuyo mayor atractivo era un plantel de luchadores más esperpéntico de lo habitual, World Heroes (1992), cuya secuela, World Heroes 2, es a la que dedicamos este post.
Hace ya muchos años que Vanillaware lleva dándole vueltas a Dragon’s Crown, juego que pretende ser un beat’em up a la antigua usuanza, pero con el despliegue visual que caracteriza los juegos de este estudio que ha dado vida a grandes obras como Grim Grimoire, Odin Sphere o Muramasa: The Demon Blade, juegos todos ellos caracterizados por la maestría en la creación de un unos personajes y escenarios en 2D, que lucen a las mil maravillas.
Ignition Ertentainment, que estaba produciendo el juego, terminó por abandonar el proyecto, lo que podía poner en peligro el definitivo lanzamiento de un Dragon’s Crown que había sido concebido hace más de una década. Por suerte, la adquisición de los derechos por parte de Atlus ha asegurado que lleguen a buen puerto, y el juego debería ver la luz definitivamente en 2013, con la incorporación además de algunos elementos más roleros.
Echad un vistazo al vídeo a continuación para que veáis la buena pinta que tiene el asunto.
Anatael Pérez nos envía desde Canarias un trailer que nos muestra cómo se vería Evangelion si fuese adaptado a la gran pantalla con actores de carne y hueso. Para obtener este resultado, Anatel se ha valido de varios fragmentos de películas y videojuegos.
Mitchell Moffit, un fan de la saga Zelda, ha tenido la osadía de sacarse de la manga un musical protagonizado por el propio Link, que rompe su habitual silencio para cantar sobre la música de algunas famosas melodías de la saga. A él se van incorporando un buen número de personajes del elenco de Ocarina of Time que forman parte de un vídeo de casi cuatro minutos en el que la música se combina con buenas dosis de sentido del humor. Vale la pena echarle un vistazo.
Hace unos meses os hablamos de un proyecto del dibujante Zac Gorman en el que invitaba a los usuarios a enviar dibujos de Sonic corriendo de las formas más ridículas posibles. Por entonces ya os pusimos un buen puñado de divertidos montajes, pero en estos meses la gente ha seguido dejando correr su imaginación, y aquí os dejamos otra variada muestra de los resultados.
Hace unos meses habíamos puesto un vídeo de la violinista Lindsey Stirling, en el que homenajeaba musicalmente a Zelda, caracterizada como Link y recorriendo bellos parajes naturales muy acordes con el juego. En esta ocasión la música interpretada corresponde a Skyrim, y se ha acompañado de Peter Hollens para hacer los coros y contribuir a la puesta en escena.
Ellos dos han grabado todo, ensamblando hasta 120 partes para que la melodía parezca interpretada por una orquesta, y con el entusiasmo que le ponen, el vídeo les ha quedado que da gusto verlo.
Me niego a creer que los que llevamos tantos años en esto alcancemos tales extremos de inocencia, al punto de aplaudir como memos, kleenex en mano, ante cualquier melodrama genérico. Últimas historias conozco unas cuantas, y sin ir más lejos un buen puñado de ellas pertenecen al mismo Sakaguchi que firma ésta que hoy sometemos a análisis. La tónica es siempre similar: un grupo de jóvenes, un protagonista parco en palabras y/o víctima de una infancia atroz. Un poder que sobrepasa lo imaginable. Una forma de mal que pone a prueba la testarudez del grupo, alguna atractiva doncella de voz aterciopelada y poderosa magia, y por supuesto la guinda en forma de romance plagado de altibajos y amor pagahidromieles de manual. Y así todo.
Con todos los elementos en su lugar, queda relajarse y disfrutar de los ¿mejores? combates cuadriculados, embutidos con más o menos tino en un mundo mágico, preferiblemente si se trata de un mundo cuyo nombre acabe en -ia, como Symphonia o Gaia (alejaos de nombres patológicos como Diplopia o Ataxia, de ser posible). La idea es que estas jaulas/pasillos/guatevah sirvan de escenario para que nuestros andróginos actores y bellísimas actrices den vida a una llamativa pero igualmente cutre novela de folletín oriental. Escuece, porque bien sabéis que es cierto.
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