Los típicos problemas del videojugador
Los que somos videojugadores desde que éramos pequeños siempre hemos tenidociertos problemas derivados de nuestro pasatiempo favorito, estando la mayoría relacionados con lo mal visto que estaba jugar a las “maquinitas”, con los compañeros de vicios que no compartían nuestros gustos, o derivados propiamente del videojuego en sí. En la gran mayoría de casos no pasaban de ser anécdotas o “problemillas”, pero otras veces podían llegan a cabrear bastante.
Dicho esto, voy a exponer varios de estos problemas que recuerdo haber sufrido en algún momento. Alguno me dejaré, pero estos son algunos de los que se me vinieron a la mente y que podéis ayudarnos a completar:
-Si te preguntan tu videojuego favorito, estar obligado a tener uno: Típica pregunta que te hace alguien que espera que la respuesta sea un videojuego o saga en concreto. ¿Qué pasa, que no puedo tener varios videojuegos favoritos a la vez o no saberme decidir sólo por uno? Que yo sepa, los videojuegos no son una monogamia…
-Que critiquen tu videojuego, videconsola o personaje favorito: En el caso de que tengas uno/a, a nadie le gusta que critiquen sus gustos. La discusión está servida.
-Que no entiendan que te fascine un personaje de un videojuego: Si es que no se entiende cómo te puede gustar un personaje ficticio del mundo de los videojuegos, si nunca va a ser real. Eso sí, no hay problema si te fascina Batman, Terminator, Tyrion Lannister o cualquier otro personaje ficticio fuera de nuestro mundillo.
-Que se burlen de ti por jugar a ciertos videojuegos o tener una videconsola en concreto: Juegas a Mario, “ese es un videojuego para niños“. Juegas a Minercraft, “ese es un videojuego para niños rata“. Juegas a un videojuego indie, “los indies son una mierda, si no es triple AAA no merece la pena”. Tienes la Wii, “esa es una videoconsola para casuals o chicas“, etcétera. En definitiva, si no juegas a la que todo el mundo juega (o simplemente a lo que juega la persona que te increpa) puedes ser un blanco fácil para burlas y mofas.
-Cuando alguien te cae bien y tiene muchos gustos en común, pero los videojuegos no es uno de ellos: Si disfrutas de los videojuegos día sí día también, es un problema que a esa persona que te cae tan bien no le provoquen ni frío ni calor, ya que no vas a poder disfrutar de horas y horas de diversión en multijugador, además de que probablemente habrá alguna que otra discusión sobre si es un buen momento para que te pongas a jugar…
-Que te cuenten el final o partes importantes del videojuego: Si estás rodeado de amigos videojugadores y cabrones, tienes grandes posibilidades de que te arruinen elementos decisivos de la trama del juego que tienes a medias si ellos van más avanzados o se lo han pasado. En cambio, si se cumple el punto anterior, no vas a tener este problema nunca, siendo una de sus pocas ventajas.
-Que destrocen tu videojuego favorito con la versión en película: Será por ejemplos en el mundo de los videojuegos que han sido adaptados al mundo del cine y han sido un despropósito, pero creo que uno de los que se lleva la palma es lapelícula de Mario Bros. Los experimentos con gaseosa.
-Las interrupciones y distracciones en los peores momentos: Un clásico, cuando necesitas estar más concentrado o estás en un momento crítico, nada mejor que te interrumpan, por no hablar de las típicas distracciones al jugar.
-Perder horas de sueño por seguir jugando: Aunque mañana te tengas que levantar a las 6 de la mañana para ir a trabajar, si estás enganchado a esa última novedad o a un videojuego que te gusta mucho, van a pasar las horas y no te vas a dar ni cuenta, provocado, por ejemplo, por la droga de los turnos.
-Tu personaje favorito muere: Te has encariñado con cierto personaje y, en cierto punto de la historia se muere. Pues nada, a escoger otro o a recordarlo con cariño (o insultar a los creadores del juego hasta cansarse, pero los beneficios de esta práctica son mínimos).
-Las curvas de dificultad desproporcionadas: Tanto si bascula hacia una mayor o menos dificultad. No hay nada más frustrante que una curva de dificultad desproporcionada, donde pasa de ser un simple paseo a de golpe ser imposible de completar la siguiente misión. Y mención especial para gran parte de losvideojuegos modernos en los que, en la mayoría de casos, es un paseo donde no te tienes que preocupar por hacerlo mejor o peor, ya que lo vas a completar de todas formas sin apenas esfuerzo.
-Esperas eternas para recibir una secuela: Unas veces no se sacan secuelas porque el videojuego en cuestión no tuvo el éxito comercial deseado y otras porque los desarrolladores no están por la labor. Sea por lo que sea, la espera de una secuela de un videojuego que te encantó en su momento es un problema, ya que siempre cuesta encontrar un sustituto que te llene tanto.
-Quemar tu saga favorita por exceso de secuelas: Vendría a ser el caso opuesto al anterior. Te gusta mucho una saga de videojuegos, pero debido a la saturación la acabas aborreciendo y pierde todo el encanto que tenía al principio por repetitiva y las pocas novedades y diferencias entre las distintas versiones, lo que Amorin Uzuki definió como devaluación por exceso. Y la cosa puede ir a más si hablamos de refritos y ediciones claramente enfocadas a saquear nuestra economía doméstica.
-Que tu saga / compañía favorita cambie de plataforma: Disfrutas de las dos primeras partes de una saga en una plataforma, y la tercera entrega sale en una de la competencia, pues me parece muy bien. Y aún peor si se llevan a una compañía entera con todas sus sagas. Si a esto le añades lo comentado en el punto anterior, se crea un efecto multiplicador.
-Que se corrompa la partida, se estropee la videoconsola o se vaya la luz: Siempre coincide que pasa en los peores momentos. La partida se va a corromper cuando lleves un 99% completado, la luz se va a ir justo cuando estés en el jefe final o se van a acabar las pilas del mando en medio de una partida online. Va a pasar siempre en estos momentos, y lo sabes.
-No saber que videojuego comprar: Viva la cantidad y variedad, pero entre tanta abundancia, entras a la tienda de turno, y si no tienes claro tu compra, te puedes volver loco con tanta variedad acabando sin saber que comprar.
-Esperar mucho de un videojuego y acabar siendo una mierda: Aquí el hype puede hacer mucho daño, pues es una gran decepción comprar un videojuego esperando que sea una obra maestra o tenga determinadas virtudes, y encontrar totalmente lo contrario a lo esperado. La cosa se agrava si lo combinamos con una decisión de compra combinada con el punto anterior.
-Las bajadas de precio de los videojuegos: No hay nada que cabree más que comprar el videojuego que llevabas tiempo deseando a un precio y, casualmente, al día siguiente sale una promoción con un descuento de un -50% o similares. El problema de las prisas por comprar y por jugar.
-No tener suficiente dinero para comprar los videojuegos que quieres: O aún peor, tenerlo y que no haya ningún videojuego en el catálogo que te llame suficientemente la atención como para comprarlo.
-DLCs o microspagos en cantidades industriales y a precios desorbitados: Pagas los 60€ de rigor por un videojuego, y ni a la semana ya han salido 10 DLCs de pago con contenido exclusivo y/o que dan ventajas respecto a otros competidores mediante el free-to-pay. Si las quieres, implica doblar el precio invertido en un principio. Y, para colmo, al cabo de un tiempo, sacarán el “ultimate-final-definite-box-set-de-la-muerte“, para que aún te sientas mejor contigo mismo.
-Comprar más videojuegos de los que nunca vas a poder jugar en tu vida: Parece ser que la mayoría de videojugadores tenemos el síndrome de diógenes, ya que nos encanta coleccionar la máxima cantidad de videojuegos posibles, aunque nunca vamos a tener tiempo para jugarlos. Y aunque nuestra biblioteca aumente junto a la lista de títulos pendientes por completar.
-Tener LAG: Entre las típicas excusas al perder, el LAG es la más problemática, ya que es un problema de difícil solución si no te llega una conexión mejor, por lo que la experiencia de juego se resiente bastante.
-Que te critiquen por jugar demasiado: Si estás jugando horas y horas, siempre habrá un amigo / familiar / etc. que te critique que te pasas horas y horas con la “maquinita”, pero cuando ellos se pasan las mismas horas delante del televisor viendo cualquier programa, no los puedes criticar, ya que no es lo mismo.
-Dedicar gran cantidad de horas para obtener un objeto y perderlo en 5 segundos: Estás horas y horas para derrotar a un enemigo y una vez obtienes ese objeto tan preciado, mueres al cabo de un rato, y pierdes todo lo obtenido, ya sea por mecánicas del videojuego, por no haber guardado la partida, porque alguien te lo haya robado o mil y una razones. Menuda gracia.
-Dónde c… está el mando?: Anteriormente conocido como “Cómo c… se han enredado los cables“, ha evolucionado gracias al control inalámbrico y ha obtenido la característica de camuflarse mejor que un camaleón entre nuestro mobiliario, apareciendo en los lugares más insospechados.
[divider]
Y dicho todo esto, que levante la mano quien no haya sufrido alguno de estos problemas.
Deja tu huella
Crea tu avatar