Los salones recreativos virtuales
La PSP Go es una videoconsola adelantada a su generación, no por su tecnología sino por su concepto. Un sistema de videojuegos que se nutre únicamente de contenido descargable. Quizás haya gente que piense que la consola es un fracaso, por culpa de sus escasas ventas, pero en esta dirección van a tender las futuras generaciones de los sistemas actuales. Así pues, a nadie debería sorprenderle que Microsoft, Nintendo o Sony optasen por eliminar la clásica unidad de almacenamiento de sus sistemas y quizás, cualquier sistema de conexión que no sea inalámbrico.
Las grandes compañías nos quieren hacer creer que es el futuro, pero firmemente espero que no lo sea ya que los usuarios finales quedaremos en una situación de clara desventaja.
¿Será el fin del coleccionismo? Probablemente los “originales” no luzcan como tales en forma de ristras de ceros y unos plasmados en un disco duro. Se acabará el apilar los juegos en la estantería y desempolvarlos un tiempo después para rejugarlos o para prestárselos a nuestros amigos.
Tampoco podremos vender los juegos o cambiarlos, ya que estarán atados a nuestras máquinas o a nuestras cuentas de jugadores. Y esto sólo será el comienzo, lo preocupante llegará después con la aparición de los juegos en streaming, donde volveremos a pagar por jugar como hacíamos en los salones recreativos sólo que esta vez en plan virtual. No dispondremos a nuestro antojo de los juegos en sí, sólo podremos jugar partidas conectados a un servidor al que le mandaremos los comandos y éste nos responderá con las pertinentes imágenes en alta definición. El juego no se almacenará al completo en nuestro sistema.
Las compañías son las grandes beneficiadas en todo este asunto. Se libran de los intermediarios –cadenas de distribución y tiendas- y venden directamente sus productos desde la web obteniendo así unas ganancias mayores. ¿Podría repercutir este ahorro sobre el precio final de los juegos? La lógica dice que sí, que a menor coste el producto se vuelve más barato, pero sólo hay que ver como los juegos de la PSP Go cuestan exactamente lo mismo que los de la PSP “normal”. Y sin caja, sin UMD y sin manual de instrucciones. Sólo hay que pasarse por una tienda de contenidos de descarga y ver que hay juegos clásicos, por ejemplo de la NES, que valen más que el precio actual que tienen los cartuchos de segunda mano en eBay.
Las compañías también pueden incrementar sus ingresos vendiendo publicidad e insertándola en los juegos, por ejemplo, en vallas publicitarias de los juegos deportivos y de paso se libran de la piratería. Si una consola no dispone de unidad lectora, no se podrán introducir juegos, y si éstos son disfrutados en formato streaming ni siquiera dispondremos de ellos de forma completa para poder copiarlos. Y aunque se copiasen, las máquinas quizás no dispondrían de las características necesarias para ejecutarlos ya que parte o la totalidad de la ejecución de los mismos estaría a cargo de máquinas remotas. No defiendo la piratería, pero sí la posibilidad de ejecutar Homebrew.
¿Cómo podemos evitar este panorama desolador? Pues a dos niveles. Si eres usuario, no compres videoconsolas que no dispongan de una unidad lectora, y si eres dueño de una tienda o de una cadena de distribución, no aceptes distribuir sistemas que no dispongan de ella.
Nosotros somos los dueños de nuestras máquinas desde el momento en el que las compramos y la elección de lo que se ejecuta o no en la misma debe ser una decisión nuestra y no de las compañías que sólo buscan incrementar sus ganancias perjudicando nuestros intereses.
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