Goldeneye y las sillas
Corría el año 1997, y la fructífera Rare, en su década dorada, decidió sacar Goldeneye 007 para Nintendo 64. Por si hay algún despistado en la sala, uno de los shooters más bien paridos de la historia y que mejor utilizaba el mando de la Nintendo 64. Tenía misiones variadas, multiplayer que te daba horas y horas de diversión y un apartado gráfico excelente para la época, aunque no exprimía la consola al máximo como otros títulos posteriores sí que hicieron.
En el juego se representaban las mismas localizaciones que en la película más alguna exclusiva, y en los escenarios te podías encontrar con atrezo tal como mesas, sillas, cajas, archivadores y ordenadores. Vamos, lo normal.
Cambiando de tema, un explosivo es una sustancia que por alguna causa externa (un roce, una subida de temperatura, un golpe, etc.), se transforma en gases, liberando calor, presión o radiación en un tiempo muy breve, lo que provoca la reacción que conocemos como explosión.
Llegados a este punto, podéis estar pensando 2 cosas: que se me ha ido la pinza o que ya sabéis por donde voy. No se me ha ido la pinza, todo tiene una explicación, pero parémonos un momento a analizar la siguiente ecuación:
El juego estaba muy bien parido, no lo vamos a negar, pero hay un detalle que no logré entender de ninguna manera (ni pasados los años): la extrañísima costumbre de los objetos de Goldeneye de estallar al recibir un par de disparos. Nunca he disparado a una silla o a una mesa en la realidad, realmente nunca he disparado a nada en la realidad, pero si lo hiciese dudo que la silla / mesa / ordenador que recibiera el impacto, acabase explotando.
Entonces, ¿qué pasa en el Goldeneye de Nintendo 64, los muebles están cargados de pólvora, dinamita o nitroglicerina? Porque tras recibir el impacto de un disparo, los muebles explotan (incluyendo fuego y humo) y quedan chamuscados, y lo peor es que disparar a una silla desde cerca puede herirte. Es algo raro que no sé como se les pasó a los chicos de Rare, la verdad, aunque hay que decir a su favor tuvieron el detalle de que las explosiones están bien logradas, dan bastante sensación de realistas. Y que podías hacer carambolas muy graciosas, matando a varios soldados solo con hacer explotar una simple silla…
Por todo esto, no tardamos en empezar a hacer coñas sobre el tema después de jugar horas con los amigos y probar a disparar a cualquier parte del decorado a ver qué pasaba, surgiendo las siguientes hipótesis:
- a) Los de Rare son unos cachondos y le gustan los explosivos: No sé en qué estarían pensando para que todo explotara en Goldeneye. Es posible que hubiera algún programador o alto cargo con predilección por los explosivos y decidió incorporarlo.
- b) No se va a dar cuenta nadie: Los programadores debieron pensar que a nadie se le va a ocurrir disparar a una silla o caja para ver que pasa, que no hay tanta curiosidad en los jugadores, por lo que ponemos que todo explote al dispararle y así nos pegamos unas risas mientras hacemos los test.
- c) Es una forma de tener al personal en tensión: Riéte tu de la presión de trabajar sobre objetivos imposibles de alcanzar o un examen final de carrera que el temario son 5.000 hojas, lo que ahora se lleva es tener dinamita en tu silla o pantalla del ordenador.
- d) Es James Bond, tiene que ser todo espectacular: El juego tiene que ser acción pura, y en las películas de James Bond hay impresionantes explosiones por todos lados, por lo que todo tiene que explotar para darle espectacularidad.
- e) Es una organización criminal y esconden documentos secretos por todas partes: Y por esto se aseguran que si fallas un tiro y le das a una silla explote, así se eliminan todos los documentos ocultos en ella de forma efectiva.
«Disparo a un ordenador y, sorpresa, explota! Así es como se destruyen documentos comprometidos y lo demás son tonterias!»
No he encontrado una imagen de una silla o mesa explotando, pero os aseguro que pasaba lo mismo.
Tampoco se porque razón decidieron que explotaran ciertos elementos del juego que en la realidad no lo hacen, y nunca llegamos a una conclusión con cierto peso, por lo que cada uno piense lo que quiera. Hagan sus apuestas!
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