God of War
- De: SCE – Santa Monica Studio (serie God of War, Flow, Fat Princess)
- Nos lo trae: SCEE (en exclusiva para Playstation 2)
- Género: Acción espartana
- Localización: Voces y textos en castellano
Alcanzando el Olimpo
A casi todos nos gusta la mitología ¿cierto? Bellas historias o grandes hazañas, traiciones, Atenea, Zeus, el Hades y toda la pesca. Nada más que la propia naturaleza humana, reflejada en seres divinos para disfrute del pueblo llano.
God of War no es mitológicamente demasiado preciso, pero no lo necesita. El que quiera mitología de calidad que se busque un buen libro, porque aquí lo que abundan son los litros de sangre vertida cuanto más brutalmente, mejor. Y otras cosillas afines.
Adentrémonos entonces en la triste historia de un espartano que se convirtió en esclavo de su propia violencia. Un fantasma de Esparta, cautivo del horror y marioneta de unos Dioses dolorosamente caprichosos. No, Leónidas, te equivocabas. Mira a ese soldado color ceniza, y a sus espadas encadenadas a la piel. ESTO es Esparta.
Tollinas de kilo
Y es que Kratos (y por extensión, su juego) puede ser etiquetado de muy diversas maneras, pero no es “sutil” una de ellas. Arrancamos la consola y en segundos comienza un espectáculo sangriento, en un acertadísimo juego de acción de los que marcan una época. Parece casi impensable que este programa gaste ya nada menos que cinco añazos, y se conserve fresco como el primer día. Visualmente es impactante, pero a nivel jugable es aún mejor.
No queda duda de que esto es de lo mejorcito que nos dio la plei dos. Ha llovido mucho desde entonces, sí señor. Déjenme que les confiese algo. Hasta hace tres días, no había probado este God of War original. Como lo oís. Todo un amante del mata-mata sangriento, como quien dice. ¿Y sabéis qué? Que no he podido disfrutar más esta intensísima clase magistral, que me ha mantenido pegado a una añeja PS2. El caso era no acalorar en demasía a mi frágil Xbox 360, y he acabado recordando por qué en Pixfans (y en Metodologic) amamos al videojuego retro, o no tan retro.
Un armonioso baile de vísceras y muerte
God of War es un juego de acción pura y dura, con anecdóticas fases plataformeras y puzzles bastante asequibles en su mayoría. Como no podía ser de otra manera, el protagonismo a nivel jugable se lo lleva un maravilloso sistema de combate, fluido y espectacular a partes iguales. Pese a que no dispone de un sistema tan amplio de combos como el más reciente Bayonetta, pero aún así la sencillez inicial se va complicando conforme desbloqueamos nuevas armas y poderes. Como digo, no muy numerosos, pero sí extremadamente útiles y característicos, sin duplicación de ninguna clase.
Por otra parte, el buen uso de las mismas es crucial para salvar el pellejo ante toda suerte de variopintos enemigos. Desde las resbaladizas y puñeteras arpías hasta los enormes cíclopes y minotauros, la estrategia de combate varía (o debería variar) más que sustancialmente. Casi tan importante como el tipo de ataque que usamos es el buen uso de la esquiva, que nos sacará de más de un apuro, o nos meterá en ellos, según la habilidad del portador.
Equis..círculo… giro y…¡zasca! En todo el ojo
Además de el combate en sí mismo, es llamativo el uso (y a veces abuso) de los famosísimos Quick Time Events. Esto es, cumplir a rajatabla una secuencia de botones para distintos fines. En la mayor parte de los casos, destrozar violentamente al enemigo, o condenarnos a recibir el mismo caballeroso tratamiento de su parte, en caso de error.
Gustos hay tantos como colores y tal y cómo si se hablara de culos, cada uno tiene el suyo. En mi caso, los QTE no son santo de mi devoción, y preferiría mil veces disfrutar de la carnicería, embelesado, antes que quemarme las pestañas con objeto de no perderme un inoportuno frame que pueda mandarme al último punto de control. Sin embargo, los QTE no son demasiado exigentes, y suelen acabar con un verdadero festival de vísceras bastante atractivo. Además, podemos ignorarlos en muchas de las ocasiones, y rematar al enemigo de manera normal o con QTE, según el culo.
El descanso del guerrero
Pese a que este Kratos suele hacer la mayor parte del tiempo lo que mejor hace (que es matar), también hay un pequeño lugar en la aventura para pensar. Unos puzzles facilones pero no por ello carentes de atractivo. Otro cantar son las zonas “de saltos”, infernales secciones plataformeras plagadas de pinchos y cuchillas.
Y es que Kratos no es Mario, y el salto podría ser un pelín más preciso. Pero que no se desanimen los más belicosos, estas zonas son minoría, y además, dan una pequeña vuelta de tuerca a una dificultad asequible, según se mire. Pocas veces ha muerto en combate un servidor, mas no tiene importancia pensando en las veces que he acabado en un abismo o trampa al gusto. Gajes del oficio.
Conclusión
No sé si ha quedado suficientemente claro: ¡Obra maestra! Inconmensurable calidad, un más que decente doblaje, gráficos cañeros (para la época, claro está) y una historia más que interesante son razones de peso. Y qué decir de la música, épica, oportuna, atronadora. Genial.
Deja tu huella
Crea tu avatar