Gargoyles
Era mediado de los noventa, y quien les escribe era un enano que consumía todo tipo de series en la televisión. Siendo el más pequeño de tres hermanos, vi durante toda mi infancia como la influencia del anime y principalmente de Akira Toriyama se introducía en lo más profundo de mi subconsciente. Los combates interminables y los poderes capaces de romper planetas eran cosas fabulosas, lo que provoco que tanto mis hermanos como yo seamos reacios a un estilo de dibujo diferente, que era adorado por el resto de los pequeños de mi edad: el Maravilloso mundo de Disney.
Disney fue desde siempre sinónimo de excelencia, con animaciones sobresalientes, llevando las obras literarias al mundo del cine con una fidelidad impecable. Pero para nosotros, acostumbrados a los violentos y sangrientos combates vistos en el estilo japonés, las series y películas de Disney no generaban grandes ilusiones: comenzábamos a mirar una película y ni bien aparecían en escena los primeros musicales ya estábamos apagando la televisión.
Pero todo esto fue refutado un domingo de 1998 cuando llego a la pantalla de mi televisor una nueva serie que rompía indudablemente mis esquemas: “Gargoyles”. La misma fue transmitida por el canal TE-LE-FE teniendo una sola emisión semanal los días domingo, conociéndose en nuestras tierras como Gárgolas (en otros lares del globo la denominaron Héroes Góticos o Héroes Mitológicos). La historia se centra en la figura de las gárgolas, estatuas de seres mitológicos creados en la edad Media durante el auge del arte Gótico, caracterizadas por poseer un aspecto grotesco y cuyo propósito era el de adornar las fachadas de las estructuras edilicias, siendo la representación de los guardianes del sitio.
La historia gira en torno al clan de gárgolas dirigidas por Goliath, quienes eran los guardianes del castillo Wyvern en las costas de Escocia en el siglo X (año 994 D.C.). Producto de una traición, Goliath y su grupo se convierten en piedra siendo muchos de ellos sacrificados durante su letargo. Para romper con esta maldición el castillo debía ser elevado encima de las nubes. No fue hasta 1994 (mil años después) cuando el multimillonario David Xanatos adquirió el castillo y lo traslado a la terraza de su enorme edificio en Manhattan (no me pregunten cómo hizo para trasladarlo… quizás fue ladrillo por ladrillo).
Con el castillo por encima de las nubes finalmente la maldición de las gárgolas se rompe, volviendo a la vida después de varios siglos. Durante el día seguirían siendo de piedra, pero regresarían a su forma natural por las noches. Una vez que el clan despierta comienza su periodo de inducción, teniendo que acostumbrarse paulatinamente a la realidad contemporánea que los desborda. Como era de esperarse, la nueva ciudad tiene muchos encantos pero también es un sitio peligroso, motivo que lleva al clan a convertirse en los guardianes nocturnos que velan por la paz y seguridad. A simple vista la serie se enmarca en los clichés de los noventa, y no me extrañaría que las gárgolas se topasen un día con unas tortugas ninja adolescentes mutantes (se ve que Nueva York es el sitio ideal para las criaturas antropomórficas, por algo Sinatra cantaba “in a city that never sleeps”).
Volviendo al eje central del artículo para no descarrilarnos del tema, la serie giraba en torno a las aventuras del clan y la figura enigmática de David Xanatos. En el comienzo el multimillonario era un personaje neutral, pero mediante avanzaba la serie se iba develando su lado oscuro y sus maléficos planes, que desembocarían en una constante rivalidad con el líder de las gárgolas. Goliath es sin dudas un personaje extraordinario, reúne todas las cualidades para ser líder: es valiente, muy culto, no le teme a nada, tiene capacidad de estratega, vela por la seguridad de sus aliados y posee una fuerza incalculable, lo que determinó que en el pasado sus antiguos protegidos lo nombraran Goliath, como el gigante Bíblico (justamente su rival se llama David). Físicamente es una criatura enorme, robusta y musculosa, con grandes alas similares a la de los murciélagos, de tez grisácea-morada y de larga melena negra.
Al igual que todas las series americanas de los noventa, el argumento se centra en torno a dos bandos bien definidos que se renuevan a medida que avanza la historia. En la primera temporada Goliath está acompañado de sus antiguos compañeros de batalla: Hudson, Broadway, Brooklyn, Lexington y Bronx, gárgolas de diferentes contexturas físicas que se apodan con el nombre de ríos, barrios y puentes de la ciudad (en el pasado, Goliath era la única gárgola que poseía un nombre). Estos miembros aportaban variedad al argumento, dándole color a una trama cargada de seriedad y dramatismo.
Un personaje que se convierte en elemento principal de la trama es Elisa Maza, una agente de policía que acompañará al protagonista durante toda la trama (físicamente por cierto es muy parecida a Jazmín, la princesa de Aladdin). El vínculo que une ambos personajes es muy fuerte y la presencia de Elisa brinda el toque romántico que toda serie debe tener, empero de que este amor sea imposible por ser de especies diferentes (haciendo un guiño a la historia de “la Bella y la Bestia”).
La serie se desarrolló en tres temporadas, con un total de setenta y ocho episodios. La última temporada llamada “Las crónicas de Goliath” fue llevada a cabo sin la intervención de su creador Greg Weisman (salvo el primer episodio), por ende en el comic lanzado con posterioridad no se reconocen oficialmente los sucesos acaecidos. La serie tuvo su última emisión el día 15 de febrero de 1997 (siempre las fechas caen para mi cumpleaños) y posteriormente fue cancelada. No fue hasta 2006 cuando se lanzo al mercado el comic de Gárgolas, que narra los hechos sucedidos a partir del final de la segunda temporada, disponibles únicamente en ingles, algo que nos tiene bastante sin cuidado a los hispanohablantes.
Gargoyles (Buena Vista Interactive, 1995)
¿De qué va esto?
Aprovechando la popularidad que tuvo la serie animada en su primer año de vida, la compañía desarrolladora de videojuegos de Disney «Buena Vista Interactive» se decanto por trasladar a las gárgolas al mundillo videojueguil. Llevando por nombre Gargoyles como la serie (no fueron muy creativos con los nombres), era un plataformas lanzado en 1995 para la ya vetusta Sega Genesis. El juego en cuestión aprovechaba solamente algunos aspectos aislados de la historia original, realizando un recorrido desde los orígenes de Goliath en el castillo Wyvern hasta su despertar en la Manhattan del siglo XX. La trama se centra en el Ojo de Odín, uno de los artefactos mágicos más poderosos creados por los hechiceros vikingos, capaz de ampliar las facultades de quien lo posea. Sin embargo, el artefacto exagera los aspectos negativos de la personalidad de su usuario, convirtiéndolo en un sujeto peligroso (seguro que en la actualidad lo tiene alguno de los políticos que nos gobiernan).
De todos los personajes vistos en la serie, solamente Goliath y su antiguo amor Demona hacían gala de presencia. Demona fue durante toda la trama una de las gárgolas más influyentes, manteniendo una vinculación amor odio con Goliath que atravesaba las barreras del espacio-tiempo, hecho que sin dudas motivó a los desarrolladores a plantear la historia en torno a esta rivalidad.
Hablemos de la jugabilidad
El titulo se caracterizaba por poseer una duración reducida, contando con apenas cinco niveles que podían ser terminados en aproximadamente una hora. Obviamente que pese a su escasa duración, muy pocos eran los jugadores que poseían las habilidades y la paciencia suficientes para hacer frente a este juego endiablado. Los escenarios eran bastante difíciles y estaban cargados de lugares con elementos puestos a propósito que nos dificultaban el avance. En este punto hay que comentar que no eran extrañas las zonas donde había que avanzar verticalmente, y para empeorar la situación era común encontrarnos de repente con algún obstáculo que nos enviase de nuevo al principio, eso sí, si debajo había suelo en donde apoyarse, pues de lo contrario perderíamos inevitablemente una vida. Este tipo de situaciones ponían hasta al mejor jugador con los pelos de punta, y solo aquellos cargados de paciencia estaban en condiciones de plantearse terminar este juego. Para dificultarnos más las cosas, el juego no tenia sistema de PASSWORD, por ende cuando perdíamos había que comenzar nuevamente desde el comienzo.
Cada fase tenía una duración moderada, llevándonos durante el transcurso histórico por ambientes de lo más variado: desde los castillos medievales hasta localidades de la actualidad, como una fundición, un tren o enormes rascacielos. Cada escenario estaba repleto de ítems, muchos de ellos escondidos en lugares únicamente accesibles trepando por las paredes o destruyendo muros con la embestida. La barra de vida se regeneraba recolectando unos ítems con forma de cáliz dorado, que no solo estaban desperdigados en el escenario sino que además eran arrojados tras la muerte de un enemigo para recobrar un poco la salud. Otros objetos de interés eran los escudos y martillos, que servían para brindarnos inmunidad y mayor poder de ataque por un periodo limitado de tiempo.
En cuanto al juego, aprovechaba bien las posibilidades técnicas del sistema, mostrando unos gráficos bastante definidos, melodías que acompañaban correctamente siendo algunas extraídas directamente de la serie animada y los sprites para los personajes que eran una maravilla. Eso sí, donde el juego realmente brillaba era en el despliegue de movimientos que era capaz de realizar el protagonista: poniéndonos en la piel de Goliath, podíamos ejecutar todo tipo de ataques cuerpo a cuerpo utilizando las garras, agarrar enemigos y lanzarlos al aire o caer desde un salto con las garras (este era uno de los más efectivos y poderosos); además utilizando las alas se podía realizar un Air jump para ganar algo de altura y mantenerse más tiempo en el aire. El sigilo también se hacía presente, y en muchas situaciones había que trepar por las paredes y techos. Las animaciones del protagonista estaban perfectamente realizadas, simulando estar pintadas a mano y los efectos de sonido acompañaban de forma correcta (los gritos de Goliath y los de las victimas cuando morían eran fantásticos).
Conclusiones totalmente SUBJETIVAS
Gárgolas ha sido sin dudas una de las series que más he disfrutado en toda mi existencia. Presenta una trama madura y oscura en comparación con todo lo visto en Disney, algo que sin dudas marcó su escaso éxito, pues estaba orientada a un público diferente. Uno de los aspectos más interesantes de su argumento es la conjunción de influencias, tomando elementos de las obras de William Shakespeare y otros hechos muy dispares como las leyendas medievales (historia escocesa, mitología Nórdica, los relatos del Rey Arturo por citar algunos). No en vano Greg Weisman, su autor, quiso integrar en la historia la mayor cantidad de mitos y leyendas que fuese posible, manteniendo un hilo argumental formal y relativamente coherente.
Solo resta decir que el juego me resulta hasta hoy en día un título desesperante, con un nivel de dificultad bastante elevado, más aun si lo intentamos en HARD donde recibir de los enemigos apenas tres o cuatro golpes serán suficientes para que la barra de vida llegue a cero. Por suerte carece de CHECKPOINTS y en su reemplazo se utiliza una reanudación automática de la posición, así que cuando perdemos una vida nuestro personaje aparecerá en las cercanías. Como era de esperarse, si un enemigo nos derrota, aparecerá nuevamente cerca de éste, lo que muchas veces nos lleva a perder otra vida si no reaccionamos con velocidad, hecho que a más de uno saca completamente de quicio y que hace del título un juego de esos que solo con mucha práctica podremos superar y que hoy en día escasean.
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