De zombis y hombres
Nada hay mas útil y que se quede bien pegado a la memoria que un símbolo, un icono, un tópico. Los hay en todas partes, mires donde mires ves iconos. Ya sea de la sociedad de consumo, como cuando miras en tu cartera y ves tu tarjeta de crédito, o bien de la revolución, como aquella famoso foto del Che Guevara. Hay iconos que aglutinan esperanza, otros que representan lo mas bajo de nuestra sociedad, y hay otros, que simplemente, nos muestran casi como somos realmente. Y ese icono, es el zombi. Ese monstruo salido de nuestras peores pesadillas que saca a relucir cómo es el ser humano realmente.
Todo el mundo conoce a los zombis. Los hay de todas clases, listos, tontos, feos y, bueno, no recuerdo ahora mismo ningún zombi guapo. Yo prefiero el zombi clásico, el que es fuerte, tonto, lento, y que se cuentan por millones.
Han sido retratados de muchas maneras en diversos medios, literatura, cine, televisión, cómic, videojuegos. Este último bastión es donde, digamos, más juego se le ha dado, valga la redundancia. Pero, ¿por qué es un icono? Porque representa todos nuestros miedos. Si analizamos al zombi clásico, nos encontramos ante un ser, que, de momento, no duerme. Nunca se cansa, no necesita comer, que siempre está alerta, que como te pille a destiempo puedes ir despidiendote de todo, pero, sobre todo, porque antes fue una persona con su historia detrás. Y ante un apocalipsis zombi, ¿cómo habría que actuar? Para empezar, un evento de tales características supondría el fin de nuestra “civilización”. Ya que hoy en día no dependemos tanto de nosotros mismos como antaño. Muy poca gente sabe trabajar la tierra para conseguir comida, y hay mucha gente que se ve perdida sin su teléfono móvil.
Así que imagínate tu, querido lector, que sobrevives. Te has encerrado en tu casa, solo o con unos cuantos compañeros, y pasa el tiempo. ¿De dónde sacarías la comida? Tendrías que ir a un supermercado, pero salir implica enfrentarse a la muerte. Habría peleas a ver quién va y quién no. Podrías ir en coche, pero harías ruido, y dependerías de la gasolina, y las gasolineras hace tiempo que están vacías. Luego, ¿de dónde sacas el agua? Las botellas se acabarán tarde o temprano, y un ser humano no dura mucho sin agua. Comenzarían las peleas por el agua. Tu amigo de toda la vida puede darte una puñalada por la espalda si ve que tienes más agua que él. Si vives en una ciudad o pueblo costero puedes desalinizar agua, pero, ¿cómo se hace?
Lo peor de todo es el pensamiento a largo plazo. La vida se cuenta por horas y si eres optimista por días. Y lo mejor de todos es que ellos, están siempre fuera, esperando, sin dormir, comer, descansar y sobre todo, gimiendo. Emitiendo su gutural canto que te recuerda a cada segundo que están ahí. ¿Qué haces?, ¿te pones el mp3?, ¿dónde lo cargas?, o ya me contarás de donde sacas las pilas una vez se hayan acabado todas.
Hay libros muy buenos sobre zombis. Hay series muy buenas sobre zombis, pero, ¿hay buenos juegos de zombis? El más inmediato que se le viene a uno a la cabeza es el Resident Evil, que últimamente ha tomado unos derroteros un tanto, extraños. Pero que en las primeras entregas producía una angustia que hoy no se encuentra fácilmente en los juegos que hay actualmente en el mercado. La angustia de contar cada bala, y de ir con cuidado porque andabas escasos de hierbas verdes y amarillas. Luego se me viene a la cabeza la serie de Left 4 Dead. Pero esos zombis no son clásicos, hasta Zoey lo decía. De acuerdo, eran muchos, pero no suponían un desafío. Uno se agobiaba cuando aparecía un Tank o un Smoker, pero poco mas. El juego es gratamente frenético, y es de agradecer, ya que hay veces que el cuerpo te pide liarte a tiros con todo lo que se mueva por la pantalla, pero para eso también está el Serious Sam.
Hubo intentos de intentar llevar a cabo esta transmisión de sensaciones al terreno del videojuego con el fracasado Fort Zombie, pero hoy en día, se le exige mucho a un juego en terrenos tan nimios como son gráficos que no salió adelante.
Falta angustia, desesperanza. Como soñar es gratis, uno siempre tiende a imaginar sus juegos perfectos. Un juego de supervivencia zombi, en el que tus dedos en el mano bajo las ordenes de tu cerebro, te digan lo que es mejor para sobrevivir. Si atrincherarte en un séptimo o en una nave industrial. Sería gracioso un juego estilo Animal Crossing, en tiempo real, que puedas apagar la consola, pero encontrarte con alguna desagradable sorpresa al volver a encenderla. Entonces te dirás, debería haber puesto más tablas en aquella puerta. Y lo mejor de todo, sin fin. Ver los días pasar sin la esperanza de que venga alguien a rescatarte. Luego mezclas todo con hacer que tu personaje no haga ruído, y le metes los QTE de Heavy Rain para coger objetos. Si lo haces demasiado deprisa y se caen, tienes lío asegurado. ¿Y qué tal algunos toques de rpg?, así decides que arma vas a usar más a menudo. Si un práctico bate de béisbol o una ruidosa pistola (dime tú donde vas a encontrar un silenciador). ¿Y qué pasa si te encuentras a gente?, podrías matarla y quedarte con sus cosas o intentar ayudarlas.
Todavía estoy esperando sentado a que algo así aparezca, pero mientras seguiré disfrutando de las películas, series y libros sobre el tema, esperando a que algún día salga un juego que transmita esa angustia que se viviría en una situación como esa. Y no es complicado, de nuevo cito a Heavy Rain como emblema de transmisor de emociones. No quiero poner ningun spoiler, pero seguro que muchos de los que leéis estas líneas, lo pasásteis mal en algún momento. Así que, seguiré esperando a que llegue el día.
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