Un enorme y semi-humanoide saurio se aproxima por el horizonte. Tiene una manera de andar bastante humana, pero aun así nada nos hace presagiar que se trata de un señor disfrazado. El temible monstruo empieza a destruir una detallada maqueta de la ciudad de Tokyo con su letal aliento radioactivo, con explosiones y chispas a tutiplén, al más puro estilo Power Rangers (diría Ultraman, pero me tacharán de purista…) hasta que sólo quedan ruinas en el plató. Esto es lo que para muchos podría ser una película de Godzilla, el monstruo gigante o daikaiju más famoso de la historia del entretenimiento. Pero para muchos otros, una película de Big G es mucho más: es una inyección brutal de nostalgia y efecto Proust que nos transporta instantáneamente a aquellos cálidos días de niñez. El bueno de Godzilla siempre ha estado entre nosotros, aunque no le hayamos hecho mucho caso, y su influencia en todos los ámbitos ha sido y sigue siendo enorme (ese Monstruoso de J.J. Abrams…), sin olvidarnos del mundillo de los videojuegos. Y es que esta especie de dinosaurio mutado por la radioactividad, víctima de la locura nuclear de mediados del siglo XX, cuenta con una nutrida y variada representación en el mundo de las consolas, desde la época de la MSX o la Nes hasta la actualidad -lo siento pero no hablaré de los pésimos títulos lanzados por Atari en los últimos años-.
La década de los ochenta supuso un cambio en la concepción del cine de acción, de repente los héroes se convirtieron en tipos violentos y malhablados que corrían sucios y sudorosos de acá para allá, asesinando de mil y una formas a terroristas, bandas callejeras y ejércitos de pequeños países sudamericanos. Por supuesto, los videojuegos fueron permeables a esta nueva corriente del cine palomitero, dando como fruto cientos de juegos que imitaban, o incluso rallaban en el plagio, las películas más taquilleras de acción. Dentro de esta fiebre ochentera de acción, tenemos Cabal (Tad Corporation, 1988), Blood Bros. (Tad Corporartion, 1990) y por supuesto Riot, que inauguran un subgénero de acción mismo.
Super Counterfeit Gaiden es la acción pura en forma de juego para navegador. Un sencillo y cortísimo shooter de inspiración ochobitera y excelente factura, de esos que devuelven la fe en los videojuegos directos. No requiere más explicaciones, comienza a jugar cuanto antes.
Atentos a este trailer de Heroes & Generals, un FPS online masivo (y Free2Play) que en estos momentos se encuentra en estado de beta. En este original vídeo los creadores dan a conocer la mecánica del juego, y de paso demuestran que con pocos recursos y un buen puñado de colegas sin sentido del ridículo se puede hacer algo GRANDE. Elige el bando de los Héroes e intenta sobrevivir en las trincheras, o bien el de los Generales si prefieres ganar la guerra desde la sala de operaciones.
La estética de Tron, una mecánica tipo Smash TV, y un buen puñado de mechas por reventar. O en otras palabras, un adictivo juego de navegador con el que despachar la mañana del jueves bien a gusto. Gare: Sapphire Mechs tiene ese punto de juego clásico (me recuerda poderosamente a Alien Breed, de hecho) así como 10 niveles, y un sistema de juego bastante profundo. Dale fuerte al título de Prexen Studios.
Irem (con la licencia de Hudsoft), 1992 / Acción / 1 – 4 jugadores (co-operativo)
Tras dos intentos Hudsoft dió en el clavo con la franquicia que los encumbraría. La primera intentoma sería con Eric and the floaters (1983), el desaparecido padre espiritual de Bomberman (1987). Pero sería con este segundo con el que Hudsoft alcanzaría la Gloria. Esta segunda venida, y rompiendo el mito de no ser profeta en tu tierra, tuvo un exito instantáneo en Japón. Varios juegos lanzados al mercado y el futuro del personaje se presentaba como una auténtica mina de oro; en 1991 Hudsoft prestó su licencia al estudio Irem con el fin de reiniciar la saga, una nueva subsaga que en Europa se conocería como «generación Dyna Blaster».
La verdad es que no me gusta jugar con mi Smartphone. Quizás soy demasiado clásico o chapado a la antigua, pero encuentro (y seguro que no soy el único) que la pantalla táctil es extremadamente incómoda para juegos que requieran un mínimo de habilidad. Además, no me gustan las jueguecitos del estilo Angry Birds o Cut the Rope -o sus respectivas decenas de copias/clones-, ya que los encuentro totalmente insulsos. Por lo tanto, no juego demasiado con mi dispositivo móvil. ¿A qué viene este artículo entonces? Pues que últimamente, como por arte de magia, he encontrado algunos títulos interesantes en el Android Market (ahora Play Store), de géneros que me gustan bastante más: beat ‘em ups, matamarcianos , lucha VS… Títulos de corte arcade que quiero compartir con vosotros y que harán las delicias de la generación que aun recuerda lo que es ir a jugar a un salón recreativo. Vamos allá pues con una selección de juegos arcade para Android.
Desde que arrancó la historia de los videojuegos, hemos sido testigos de diferentes cambios en la forma de realizarlos, que tendieron tanto a la novedad como a intentar captar al jugador insatisfecho. Una de las más notorias incursiones en este modo de operar se da en los juegos de sigilo, en donde la inteligencia y la planificación son más importantes que la acción directa, para beneplácito de quienes nos gusta usar la cabeza un poco más. Muchas veces la prensa especializada (yo también odio este término) intentó tomar a los juegos de sigilo como un genero aparte, con sus propios parámetros establecidos y su propia mecánica de juego. Pero los años han delimitado al stealth como una simple mecánica accesoria en los juegos de acción, relegando a un segundo plano lo que antaño fue una especie prolífica. ¿Son los juegos basados en sigilo un género por sí mismo? La respuesta puede darse si logramos identificar tanto las mecánicas de juego que lo delimitan, así como también las raíces y los juegos que la implementaron por primera vez. Ese es exactamente el objetivo del presente artículo.
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