El hype y la actualidad misma de la industria videojueguil hacen que cada vez más nos preocupemos por temas bastante más triviales que la diversión pura que debiera ofrecernos un buen juego. Así, podemos encontrar discusiones varias con respecto a los gráficos, la jugabilidad “realista”, la física del juego y otras tantas cuestiones, sin primar en la puja lo que realmente debería importar de un videojuego: que divierta antes que todo. Y si de esto hablamos, el género deportivo (y no tanto) de conducción, ya sea de coches, motos u otros bólidos, es uno de los más duramente criticados en el sector. Esto se debe, en gran parte, al canon establecido hace ya mucho tiempo (que no a todo el mundo le parecerá el correcto) de lo que un juego de conducción debe ofrecer: la saga Gran Turismo. Es por ello que, a la salida de cada nuevo juego de este género, aparecen diversas discusiones que distan bastante de determinar las horas de diversión que nos pueden proporcionar: que el nuevo Forza Motorsports no trae los Porsche dentro del catálogo de coches (prescindible, pero bueno); que si el nuevo Need For Speed va a mandar por tierra las carreras ilegales y el “tuning” de los coches, para ofrecer una experiencia más centrada en la carrera profesional; que si el Need For Speed World es una castaña llena de capullos que priman el dinero para los DLC antes que la conducción depurada… En fin. Pero aquí, en Pixfans, nos preocupamos por el lector que sufra de este tipo de problemitas de la actualidad, y le damos un consejo más que útil: desconecte por un momento esa PS3 o la XBOX 360, suelte por un instante ese teclado gastado, y vaya a buscar esa máquina de antaño que está empolvándose en el rincón de la habitación. Especialmente en el género de la conducción, se pueden encontrar grandes juegos, realmente divertidos, lejos de los motores gráficos actuales, del hype desproporcionado, de las físicas “realistas” y demás bastiones tras los que se esconden las desarrolladoras contemporáneas. Desde aquí, le recomendamos una serie de juegos de nuestra querida Megadrive, para deleite y disfrute de las carreras de antaño.
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