http://youtu.be/CUg8pArZbCs
Erik Roner, un profesional de salto base, ha querido emular a Carl Fredricksen, el anciano protagonista de Up, elevándose en el cielo con montones de globos de colores. Sentado en una silla de jardín y con 90 globos, para llenar los cuales hicieron falta 50 tanques de helio, Roner subió a las alturas armado con una escopeta para controlar la altura. A la hora de bajar fue a lo fácil, empleando un paracaídas en lugar de ir disparando globos para caer poco a poco, pero bueno, eso último probablemente hubiese sido innecesariamente peligroso…
Vía: Gizmodo
http://youtu.be/_bXHLznnQmY
Los halcones están entre las aves más veloces, de hecho el halcón peregrino es el ser vivo más veloz del planeta al poder superar los 300 km/h en un vuelo picado. En este espectacular vídeo podéis ver a un halcón atravesando un bosque gracias a una pequeña cámara que lleva colocada, y que permite ver la agilidad con la que esta criatura se mueve y la facilidad con la que sortea los árboles.
Seguro que os trae recuerdos de múltiples situaciones similares en videojuegos, como por ejemplo este clásico de Star Wars.
Vía: Gizmodo
Que los videojuegos son de lo mejor que hay para no aburrirse tenemos pocas dudas, lo que pasa es que según nos vamos haciendo mayores y el tiempo libre va brillando cada vez más por su ausencia nuestras percepciones de algunas cosas van cambiando. ¿Os sentís identificados con esta viñeta de Dorkly?
El manga y el anime han evolucionado mucho con los años. Basta echar un vistazo a las principales series de la actualidad y las principales de hace unos años para darse cuenta de que el estilo y las tendencias generales han cambiado bastante. Pero incluso si nos vamos al mismo manga o al mismo anime, en casos que hayan tenido un largo recorrido o que hayan dado lugar a remakes, se puede ver cómo los mismos personajes también sufren una transformación considerable.
La viñeta que podéis ver a continuación, sacada de Kotaku, recoge algunas de estas tendencias generales que, si bien no se han seguido en todos los casos, sí se han cumplido en bastante buena medida.
Para completar esto, a continuación lo que os mostramos es una serie de imágenes en las que se comparan diversos personajes del manga en un momento antiguo de su publicación (izquierda) con una más reciente (derecha). En algunos casos apenas se perciben diferencias, mientras que en otros parecen personajes distintos. Tampoco se cumplen en muchos casos las generalidades de la imagen anterior, pero aún así resultan interesantes y representativos de la evolución de la estética manga.
Aunque este personaje de Marvel tiene más de medio siglo, seguro que si la mayoría conocéis a Groot es por su reciente aparición en la película Guardianes de la Galaxia, en la que está generado por ordenador pero es interpretado por el actor Vin Diesel. Este héroe de madera se presta especialmente para ser esculpido en dicha materia prima (o imitación), y por ello a alguien se le ocurrió que podría dar un excelente columpio para decorar un jardín y al mismo tiempo ofrecer un entretenimiento para los niños. Su autor es James Gunn.
Vía: NerdApproved
El belga Vadu Amka es un viejo conocido de Pixfans por algunos de sus mods de consolas, caracterizados por un acabado excelente y por la original de sus ideas. Su última creación se ha inspirado en la saga Crash Bandicoot y sobre la consola que lo hizo famoso, la primera PlayStation. Parece sacada de una de las junglas del famoso juego.
Vía: Kotaku
“Un turno más y lo dejo”. Seguro que esta frase ha pasado más de una vez por vuestra boca o al menos por vuestra cabeza jugando videojuegos, y es también bastante probable que haya tenido alguna consecuencia como que vuestra madre os echara la bronca por sentaros tarde a la mesa, hayáis dormido menos horas de las debidas, hayáis llegado tarde a algún sitio o incluso hayáis tenido el baño ocupado durante demasiado tiempo, por eso de llevarse la consola portátil…
Y es que los juegos por turnos, una característica adaptada de los tradicionales juegos de tablero, pueden llegar a ser una de las experiencias más adictivas del mundo de los videojuegos, siempre y cuando su mecánica esté bien planteada y jugar sea divertido. Son muchos los videojuegos que enganchan, de eso no tengo ninguna duda, pero personalmente casi siempre he sido de partidas cortas y de parar cada no demasiado tiempo. En la mayoría de juegos no he tenido mayor problema para ello, y para cumplir la típica idea inicial de “voy a jugar hasta tal hora”, pero algunos juegos por turnos han sido de los que más dificultades me han planteado a la hora de plantarme a la espera de retomar en otro momento.
En mi caso particular, la saga con la que más me he enganchado turno a turno ha sido la de estrategia Total War. Una vez que le has cogido el gusto a las campañas, ese mapa de gestión es una cosa verdaderamente difícil de dejar. Cuando nuestros dominios territoriales son enormes hay que ir repasando las diferentes provincias para ver si necesitamos más tropas, los impuestos están en su sitio, se respeta nuestra autoridad, el comercio funciona o nuestros enemigos nos dejan en paz. Bien, lo hemos hecho, hemos terminado, ya está bien por este turno. Es el momento ideal para grabar la partida y dejarlo para la próxima vez. Pero en la interfaz, abajo a la derecha, existe un pequeño botón que nos comienza a llamar sutilmente. Se llama finalizar turno y su atracción en ese momento en que tenemos todo en su sitio es extremadamente poderosa. Somos conscientes de que era un momento idóneo para dejarlo, incluso lo somos de las terribles consecuencias que pueden existir tras ese botón, pero nuestro ratón parece tener vida propia y nuestro cursor avanza hasta la posición determinada… un clic, un único y sencillo clic, y cual caja de pandora que se abre, la hemos vuelto a montar.
Porque claro, ahora empezamos a ver los movimientos del enemigo, y es bastante probable que en algún lugar hayamos recibido un ataque. El tema es que no habría problema en guardar antes de comenzar una batalla, pero claro, nos han desafiado y no vamos a esperar para saber si somos o no capaces de vencer, por lo que la batalla hay que jugarla, y vamos a rezar porque ese tuno no tenga dos, o tres, o cuatro, porque igual van todas una detrás de otra, y si hace falta alguna facilita se resuelve automáticamente para agilizar. Entonces acaba el turno de la máquina, otro excelente momento para dejarlo, pero claro, qué mejor momento que justo después de las batallas para reponer los ejércitos, tomar ventaja de nuestras victorias o poner los parches para nuestras derrotas, y antes de que nos demos cuenta ya tenemos otra vez todos nuestros movimientos hechos y volvemos a sentir la llamada del reloj del “finalizar turno”. Un proceso cíclico que puede repetirse muchas veces, y que pone a prueba nuestra fuerza de voluntad para poder decir “hasta aquí hemos llegado”.
Otros juegos de estrategia en tiempo real también me encandilaron, como los Age of Empires, Starcraft o Sim City, pero en estos casos, aunque recuerdo largas partidas y horas y horas de diversión, no me era tan difícil dejarlos por la mitad. Obviamente no me apetecía parar en el Age of Empires en medio de una batalla, pero al no haber turnos era mucho más fácil encontrar un momento tranquilo en el que decir “aquí lo retomo mañana”.
Otro caso de turnos que recuerdo con nostalgia son los del PC Fútbol. Puede que el juego de gestión de Dinamic tuviese muchos defectos, tanto porque había aspectos económicos que eran surrealistas como porque el simulador era una patata, pero pocas veces recuerdo que me fuese tan difícil despegarme del ordenador, y ya no te digo jugando alternativamente con un amigo, porque se podía ir una tarde entera antes de darse cuenta.
Se trataba de turnos bastante cortos, nada que ver con los larguísimos que caracterizaban a los Total War cuando nuestros dominios eran amplios, pero eso los hacía todavía más enganchantes. En el ISS me decía “voy a jugar tres partidos y me acuesto” y no tenía mayor problema, pero decir en el PC Fútbol “voy a jugar x turnos y a dormir” solía ser más de difícil de cumplir. Y es que cuando se ponía la directa era un turno detrás de otro con algunas gestiones que ya se hacían casi mecánicamente, a toda prisa especialmente cuando había un objetivo especialmente atractivo en el horizonte (una eliminatoria de Champions, el final de liga, el mercado de fichajes…), y cuando lo alcanzábamos no solía ser difícil pensar en el siguiente y volver otra vez. Jugando con un amigo, cada uno con su equipo y alternándose en el ordenador la cosa era aún peor, porque al enviciamiento propio del juego había que añadir el pique con nuestro compañero de partida, que incrementaba todavía más las ganas de seguir. Lo malo es que con dos las posibilidades aumentaban de que uno tuviese que irse antes, con lo que al otro, que hubiese seguido encantado un turno, y otro, y otro, no le quedaba más remedio que esperar a la próxima reunión, pero podía ser el momento ideal para retomar esa otra partida que habías emprendido en solitario.
También me puedo referir a modo de ejemplo a los Advance Wars, con diferencia la saga que más me ha enganchado en una consola portátil. Las batallas a veces podían durar mucho tiempo, pero los turnos eran muy rápidos, y claro, cuando acabábamos nuestros movimientos queríamos ver lo que hacía la máquina, y cuando acababa ésta lo que queríamos era devolverle los golpes y hacerla recular. Un sencillo círculo vicioso del que era muy difícil salir, y que convertía esta experiencia en una de las más adictivas de su género. Al terminar una batalla no me resultaba especialmente difícil abandonar el juego para retomarlo próximamente, pero dejar un combate a medias, especialmente si la cosa estaba emocionante, requería una buena dosis de fuerza de voluntad, y así partidas que iban a duran 10 minutillos acababan suponiendo fácilmente una horita pegado a la Advance o a la DS de marras.
Algo similar me sucedió con otros juegos de un estilo similar como Disgaea, Final Fantasy Tactics, Fire Emblem o Tactics Ogre, Jeanne D’Arc, si bien estos eran juegos de estrategia con más toques de rol, pero muy similares a nivel jugable. No recuerdo que ninguno de ellos me viciase tanto como los Advance Wars, pero sí que eran experiencias muy enganchantes, pese a compartir unos estereotipos bastante similares y poco originales.
Éstas son algunas de mis experiencias con una tradicional característica de muchos videojuegos, que puede resultar un coñazo o un vicio según como esté implementada, pero en el segundo caso me ha supuesto algunas de las experiencias más adictivas de mi trayectoria como videojugador. ¿Y vosotros, cuáles son vuestros juegos por turnos favoritos?, ¿os habéis enganchado especialmente con alguno de ellos?
Los caminos de internet son inescrutables. La red de redes es imprevisible y en ella pueden triunfar las ideas más extrañas, como demuestra el último fenómeno humorístico-viral, del que reconozco que me parece absolutamente ridículo, pero también que no he podido evitar reírme con algunas de las imágenes, y es que tienen tela. La idea es sencilla, un test de embarazo dando positivo de forma que parece que el personaje en cuestión lo sostiene con una mano y lo señala con la otra. A partir de ahí, la imaginación y el humor de los usuarios se ha encargado de todo lo demás. A ver cuál de los siguientes os hace más gracia.
Y aquí tenéis los famosos elementos por si queréis participar de esta divertida absurdez…
Aportación de nuestro lector 3xcl4m4t10n
Aportación de nuestro lector runig006
Vía: Kotaku, donde podéis ver todavía más ejemplos.
Disegnodacoloraremondo.com quiere ser tu portal favorito donde dar rienda suelta a tu amor por los colores, ofreciéndote una amplia y…