Análisis de Sonic Riders: Zero Gravity
El Sonic Team vuelve a ofrecernos otro juego de velocidad con la mascota de SEGA, el erizo Sonic, de por medio. En este caso se trata de una secuela de Sonic Riders, que apareció en 2006 para Play Station 2, XBOX, Game Cube y PC; y ahora las plataformas agraciadas son Wii y de nuevo Play Station 2.
La excusa es más o menos la misma de siempre, el malvado Eggman o Robotnik quiere dominar el mundo y para ello está dispuesto a valerse de un enorme ejército de robots a su servicio. En esta ocasión el objetivo son unas piedras con poderes extraordinarios, una de las cuales ha llegado por casualidad a las manos de Sonic, que debe desmontar los planes de su archienemigo. Poco más, con esto y unas secuencias introductorias bastante bien realizadas nos meteremos en faena, teniendo que superar una serie de circuitos (siempre llegando los primeros) para que la historia siga avanzando y ver más secuencias. Con una o dos horas y un poco de habilidad habremos superado la historia principal de Sonic, Knuckles y Tails, y podremos acceder a otra con sus rivales Jet, Wave y Storm, de duración y objetivos similares. A eso hay que añadir que desbloqueamos algunas pistas para jugar con objetivos especiales y eso es todo lo que da de sí el modo Historia.
Luego tenemos un modo Contrarreloj, en el que tratar de lograr el mejor tiempo posible, un tiempo que en la versión Wii luego podremos comparar con el de otros usuarios gracias a la conexión wi-fi de Nintendo, lo que nos permitirá conocer si somos realmente buenos, e incluso podremos competir contra los fantasmas de esos mejores registros. Otro modo que extiende algo más la vida del juego es el Supervivencia, que nos propone diversas pruebas en las que podremos competir con otros jugadores, como carreras de relevos, batalla y una especie de “mete la bola por el aro” (desgraciadamente, el multijugador no es online, y tanto en Play Station 2 como en Wii solo podremos jugar a pantalla partida).
Finalmente, en el modo Tienda podremos desbloquear algunos extras con los anillos que hayamos recolectado en nuestras carreras.
En el caso de Wii el juego dispone de tres formas diferentes de controlarlo, dos de ellas con el Wiimote y una más (de largo la mejor) con el mando de Game Cube. En las dos primeras cogemos el mando de Wii, en un caso en posición vertical y en el otro en horizontal, y manejamos a nuestro personaje en función de hacia donde orientemos el mando, pudiendo además realizar turbos si lo agitamos rápidamente, y el resto de funciones están disponibles en los botones. Con el mando de Game Cube todo es mucho más tradicional, y también notablemente más cómodo, al hacerse los movimientos con el joystick; en la versión de Play Station 2, como es natural, el único control posible es con el Dual Shock, resultando prácticamente igual al del mando de Game Cube.
Podemos realizar saltos en determinadas zonas, y si lo hacemos en el momento oportuno, obtendremos los fundamentales puntos gravitatorios, que nos permitirán realizar algunas acciones especiales sin las que resultará difícil ganar las carreras. Como en todo Sonic, no podían faltar los anillos, que aparecen con mucha frecuencia en las pistas, y que resultan imprescindibles para desbloquear ciertas habilidades especiales y vehículos que nos ayudarán a imponernos a nuestros rivales.
No es nada fácil acostumbrarse a todas las posibilidades que ofrece, pero con el mando de Game Cube y el Dual Shock el control es muy bueno, de modo que con práctica y prestando atención a la tutorial que el juego nos ofrece al principio lograremos salir adelante, y superar sin demasiadas dificultades las pistas, especialmente tras correrlas un par de veces y memorizar los atajos o las complicaciones que puedan presentar.
Los circuitos que componen Sonic Riders: Zero Gravity tienen algunos detalles interesantes, aunque en general recuerdan mucho a los de juegos de carreras futuristas como F-Zero GX. Las variantes de los recorridos y sus múltiples elementos hacen que no se reduzcan a tomar curvas, y deberemos aprovechar todas las posibilidades que nos ofrecen para ganar o batir los tiempos en contrarreloj.
También habrá diferencias dependiendo del piloto al que manejemos, pues sus características como potencia, aceleración o adherencia son diferentes, y hay un total de 18, aunque la mayoría no estén disponibles desde el principio y habrá que desbloquearlos.
A nivel gráfico nos encontramos con que el juego es casi idéntico en las versiones para Play Station 2 y Wii, algo que ya se ha convertido en bastante habitual. Es cierto que en el juego para la consola de Nintendo se aprecia una mayor definición y nitidez, pero el salto generacional no se nota por ningún lado. Hay bastantes aspectos de los gráficos que no están al nivel que cabría esperar, como las simples texturas, los sencillos modelados o un cierto popping, aunque también hay otros aspectos que los salvan un tanto, como la fluidez de los movimientos o la lograda sensación de velocidad.
La banda sonora es bastante movidita, con melodías tecno aceleradas y que ambientan bien para un juego de velocidad, aunque resulten algo repetitivas y no destaquen especialmente. Por su parte los efectos son correctos y las voces, en inglés, son casi siempre las mismas durante las carreras, con un puñado de frases por personaje.
En general el juego resulta bastante entretenido, y el modo Historia, aunque muy corto, consigue picar al jugador lo suficiente como para llegar al final manteniendo el interés, pero ni la experiencia aporta nada nuevo, ni dura demasiado, ni una vez que terminemos el modo principal los secundarios consiguen mantener alto el interés. Si lo comparamos con F-Zero GX, al que recuerda por sus trazados, o al Mario Kart, al que recuerda por sus pretensiones multijugador, es claramente superado en ambos casos. De todos modos, resulta un juego, cuando menos, agradable de probar y con una cierta capacidad de divertir. Finalmente añadir que la versión de PS2 cuesta 30 euros por los 60 de la de Wii, lo que, dadas las similitudes, resulta en una relación calidad-precio mucho mejor en el primer caso.
LO MEJOR
+ Sensación de velocidad.
+ Control bastante bueno (usando joystick al menos).
+ Sonic.
LO PEOR
– Gráficos pobres, especialmente para Wii.
– Duración muy escasa.
– No se puede jugar online.
– La historia es una mera excusa.
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