Análisis de Demolition Company
Los que me conocen un poco saben de mi afición por los simuladores de todo tipo, y en cuanto me percate de este título en Steam sentí todo un flechazo. ¡¡Nada menos que un simulador de demoliciones de edificios!! Ni os imagináis el tiempo que llevaba esperando un juego así.
Entiendo que no es un juego para todos los públicos, obviamente no por su violencia o escenas subidas de tono, sino por la esencia del mismo que puede resultar la mar de aburrida si no le encuentras ningún aliciente a ver edificios derrumbarse. No obstante si a alguno le ha llamado la atención me gustaría comentar algunos puntos sobre este curioso simulador.
Lo primero a destacar y que además es la parte más importante, es la simulación física. Los edificios se derrumban de una forma muy realista, aunque probablemente no tal y como sucedería en la realidad. Lo cual mucho me temo que no llegaremos a ver a corto plazo, debido a la gran cantidad de recursos necesarios para realizar una simulación de este tipo. Los que habéis jugado a Red Faction Guerrilla os podéis hacer una idea muy aproximada de lo que se encuentra en Demolition Company, aunque en este caso los escombros no desaparecen como por arte de magia como si ocurría en el título de Volition. Lo cual, es todo un acierto.
Por otro lado nos encontramos con una gran diversidad de maquinaria para llevar a cabo nuestra tarea destructiva. Desde un simple martillo neumático a una gigante bola de demolición, pasando por explosivos o tractores de obras. El manejo de estos se realiza conjuntamente entre ratón y teclado y al principio puede parecer un poco complejo pero todo es cuestión de acostumbrarse.
Lamentablemente en cuanto a escenarios la cosa anda algo más escasa. Existen 24 misiones para completar, cada una con un edificio o parte del mismo para destruir. El resto de edificios que aparezcan en el escenario no son destructibles, así que simplemente son de relleno pero nada más. Lo que da por resultado que no tardaremos más de un par de horas, o tres a la sumo, en completar todas las misiones. No obstante el público al que va dirigido este simulador disfrutara derribando edificios varias veces y de más de una forma distinta cada vez, con lo que la duración del título se alarga notablemente. Además, en esta web podéis encontrar nuevas misiones, vehículos y dispositivos creados por la comunidad, aunque actualmente son bastante escasos.
A mí personalmente me ha gustado, aunque como ya dije al principio no es un simulador para todo el mundo, y es muy probable que os resulte aburrido. No obstante, si os pica la curiosidad merece la pena que probéis la demo que hay disponible en la web del juego y si te termina de convencer Demolition Company puede ser adquirido por Steam por 19,99€, aunque hasta el 27 de este mismo mes esta rebajado un 15%.
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