Análisis de Black & White
Lionhead, 2001, Estrategia.
Allá por 2001 el genial Peter Molyneux sorprendió al mundo con Black & White, un juego que nos permitía asumir el papel de un dios, en un innovador y original exponente de la estrategia en tiempo real, una maravilla jugable que nos permite sentirnos poderosos con el ratón y el teclado del ordenador, a la vez que criamos y educamos a una criatura que se convertirá en nuestro brazo ejecutor ante los habitantes del mundo de Black & White.
Nuestro control sobre el juego se realiza a través de una mano, que hace las veces de cursor, pero que también nos sirve para coger objetos y aldeanos, o incluso acariciar o abofetear a nuestra criatura. El objetivo en cada escenario será lograr el mayor número posible de adeptos, de aldeanos que crean en nosotros como su dios, y generalmente debemos competir con otras deidades, intentando birlarles fieles para expandir nuestro poder. Y es que nuestra influencia sólo afecta a aquellas zonas en las que los aldeanos creen mayoritariamente en nosotros, y que aparecen en el mapa delimitadas por nuestro color.
Además, la criatura no es un simple personaje controlable, sino que actúa por sí misma y desarrolla su propia personalidad, en función de lo que nosotros le enseñemos. Gracias a tres tipos de correas podemos definir su actitud: entre generosa, agresiva y curiosa (esta última sirve para que se fije en nuestras acciones y trate de imitarlas). Por otra parte, los restantes dioses a los que nos enfrentamos cuentan con sus propias criaturas, contra las que habrá de luchar la nuestra si lo consideramos necesario, algo imprescindible para minar la fe en nuestros enemigos y conseguir más adeptos.
Si una aldea cree mayoritariamente en nosotros, esto nos reportará grandes beneficios, pues nuestra área de influencia se expande por cada nuevo adepto, y porque aquellos pueblos que están bajo nuestro control nos permitirán realizar milagros gracias a la fe y las oraciones de los que nos rinden culto. Nuestro poder sólo tiene efecto dentro de nuestra área de influencia; fuera de ella deberá ser la criatura la que actúe como intermediaria y nos permita impresionar a los aldeanos.
Para obtener la adhesión de los aldeanos disponemos de dos medios básicos: la bondad y el terror. Tan útil puede ser conceder alimentos o lluvia a la gente, como demostrar nuestro poder destructivo o nuestra ausencia de compasión; el agradecimiento o el miedo pueden poner más adeptos de nuestra parte. Lo que sí es imprescindible es que las aldeas prosperen, ya que si la población no se va incrementando, nuestro poder nunca será demasiado. Para favorecer el crecimiento de nuestros pueblos podemos proporcionar alimento o madera a nuestros siervos, así como planificar la estructura del poblamiento, eligiendo los emplazamientos de las viviendas o las zonas de cultivo.
Como ya hemos comentado y como se indica en el propio título del juego, nuestra inclinación hacia el bien o hacia el mal será decisiva en el desarrollo de Black & White. Los consejos para aprender a manejarnos nos los darán alternativamente un diablillo cabroncete y un afable anciano, que representan nuestra conciencia, y que nos tratarán de encaminar hacia una u otra orientación.
Para que nuestro lado sea el bueno debemos estar pendientes de lo que la gente necesita, y tratar de resolver las misiones causando el menor daño posible. También deberemos enseñar a la criatura a tratar bien a los aldeanos, reprendiéndola cuando se los coma o les haga daño. De este modo podremos realizar milagros gracias a las oraciones de nuestros fieles, y recibir ciertas recompensas en las misiones que nos pueden ser de gran ayuda.
El camino del mal suele ser más fácil, y buen parte de las misiones se pueden resolver «a lo bestia» en vez de andar con complicaciones (para qué cumplir los deseos de un aldeano para obtener una recompensa cuando podemos matarlo, destrozar su casa y tomarla nosotros mismos…). No necesitamos que los aldeanos nos recen, basta con que hagan sacrificios y nuestro poder aumentará. Respecto a la criatura, si le enseñamos a hacer maldades o simplemente pasamos de ella, se alineará más hacia el mal, y probablemente también crezca rebelde y poco inteligente. En todo caso, sólo a nosotros nos corresponde elegir nuestro camino.
A nivel visual el trabajo realizado con Black & White ha sido estupendo, y las diversas islas por las que vamos a movernos están realizadas con mucho detalle y unas texturas bastante realistas. El mar y el cielo también merecen una mención especial, pues su aspecto es magnífico, y diversos efectos como la lluvia también están a un gran nivel. Los aldeanos y sus estructuras son algo más modestos (salvando nuestro templo), pero dan el nivel, y hay que tener en cuenta que todo el entorno es tridimensional y podemos alejar o acercar la cámara a nuestro gusto, lo que hace todavía más meritorios los gráficos.
El apartado sonoro de Black & White es un complemento ideal para sus gráficos, creando entre ambos una de las mejores ambientaciones que hasta entonces se habían visto en un juego de estrategia en tiempo real. El sonido ambiente resulta especialmente logrado, con el ruido del mar, del viento, las exclamaciones de los aldeanos, las magias que hagamos y un largo etcétera. Todos ellos están muy poco forzados y se complementan con una agradable música para hacer muy agradable la simple observación del entorno. Además el juego cuenta con voces en español, en un doblaje bastante bueno, en el que destacan las siempre presentes voces de nuestras conciencias.
A nivel de control muy pocos defectos se le pueden achacar al juego de Lionhead. La interfaz es muy cómoda pese a su extrema simpleza, pues no hay un menú siempre presente y lleno de cosas como en la mayoría de juegos de estrategia, sino que gracias al versátil cursor e interactuando con los escenarios podremos hacer casi todo cuanto imaginemos. Incluso las magias podremos realizarlas sin elegir ninguna opción, sino simplemente trazando el símbolo correspondiente con el movimiento del cursor. Por otra parte, el desarrollo del juego es muy fácil de seguir, en parte por resultar bastante lento y pausado, especialmente al principio, y podremos ir a nuestro ritmo realizando las actividades que queramos gracias a la poca linealidad que nos encontraremos.
Black & White es una experiencia muy diferente a todo lo que estamos acostumbrados a ver. Aunque pueda ser considerado un juego de estrategia en tiempo real, poco tiene que ver con exponentes de este género que tienden hacia el combate (Starcraft, Age of Empires…) o la planificación (Sim City, Civilization). Mezcla un poco de todo pero a la vez aporta gran cantidad de conceptos originales e innovadores, que lo convierten en un juego único, ensalzado aún más por su cuidado apartado técnico y por las indudables dosis de diversión que puede ofrecer a aquellos que encuentren atractivo su planteamiento.
LO MEJOR
+ La frescura y originalidad de su planteamiento.
+ Control y jugabilidad sobresalientes.
+ Muy cuidado en el plano técnico.
+ Fantástica ambientación de las islas.
+ Las criaturas.
LO PEOR
– El argumento es algo simple.
– Según nos acercamos al final se hace un pelín reiterativo.
Review de Black & White – Pixfans
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