Los Arcades Soviéticos perdidos en la Guerra Fría
Si los adolescentes americanos se preguntaron cómo pasaban el fin de semana los chicos del este, tal vez imaginarían a un grupo de chavales cantando himnos comunistas y discutiendo sobre el socialismo y las glorias de la Unión Soviética. Seguramente se sorprenderían si supieran que en cines, estaciones de trenes y centros de recreo al rededor de la USSR, se agrupaban montones de máquinas de videojuegos.
A finales de los 70 hasta principios de los 90, las fábricas militares soviéticas produjeron unos 70 modelos distintos de máquinas arcade, basándose sobre todo en los primeros modelos japoneses.
Los videojuegos fueron distribuidos, según palabras de un manual militar, para fomentar la hospitalidad y el ocio como también para el desarrollo de las capacidades visuales. La producción de los juegos cesó con el derrumbamiento del comunismo con la llegada de las consolas de Nintendo y de los ordenadores PC, los viejos arcades fueron destruidos o guardados en almacenes y sótanos.
Cuatro chicos de la Universidad de Moscú se pusieron de acuerdo para intentar rescatar estas máquinas del olvido. Han localizado por ahora 32 de ellas y están haciendo todo lo posible para que vuelvan a funcionar. El mes pasado los cuatro abrieron oficialmente el Museo de las Máquinas Soviéticas de Arcade en un refugio de bomba de la era de Stalin debajo de un dormitorio de la Universidad.
Las máquinas están en varios estados, mientras unas funcionan perfectamente, otras lo hacen solo unos minutos y luego pierden el color de la pantalla mientras que otras ni encienden.
Una característica curiosa de estas máquinas es que no tienen un ranking de puntuaciones. «Si consigues bastantes puntos ganas en un juego libre, pero no hay ranking» Según cuenta Alexander Stakhanov, uno de los creadores del museo.
Los juegos de conducción son uno de los géneros más tratados en los juegos soviéticos. El título de este es Obgon que significa pasar o alcanzar. Solamente dispone de un pedal en el suelo para acelerar. Los juegos de coches soviéticos no tenían cambios de marcha o pedales de freno.
En esta foto se puede apreciar la ranura de monedas y el hueco de devolución de dinero. Todas las máquinas costaban 15 kopecks por partida. Las máquinas estaban hechas para la mayoría de las ciudades Rusas, de la Europa Oriental y de Asia central.
Gorodki está basada en un juego popular tradicional ruso parecido a los bolos con unos palos. Este es uno de los juegos soviéticos más antiguos datado de la era de Brezhnev.
En el Gorodki el palo se controla dirigiendo la palanca de mando a la izquierda y a la derecha. El botón de tiro está integrado en la palanca. El objetivo es recoger tantos palillos en la cesta como sea posible.
Una foto de la famosa moneda de 15 kopeck. A mediados de los 80 con 15 kopecks podías comprar varias barras de pan o un plato barato de comida. Los videojuegos no eran negocios en la economía soviética, tampoco era un lujo, pero la mayoría de gente no podía permitirse jugar a diario, más bien una vez por semana.
Esta mezcla entre «Lost in Space» y «Pole Position» llamado Magistral («super autopista») es el primer juego soviético que permite enfrentarse a dos jugadores.
Esta máquina todavía no ha sido reparada pero los creadores del museo están trabajando en ella para que vuelva a ser funcional.
Konek Gorbunok está basada en un cuento de hadas Ruso. Es el Zelda soviético, con montones de castillos, princesas y bosques oscuros y profundos.
Alexander Stakhanov (izquierda) y Alexander Vucman posan con la máquina Magistral, una de las primeras que han reparado.
Balls es uno de los últimos juegos soviéticos lanzado antes de que cayera el comunismo. El juego es muy similar al billar.
O1 es el nombre de este arcade y también el número de teléfono de los bomberos. El objetivo es apagar tantos fuegos como sea posible.
Dos máquinas más esperando piezas para poder volver a la vida.
Sniper-2 es uno de los pocos juegos soviéticos en el que se utiliza un arma. No es un juego violento, a pesar de su apariencia no se dispara a personas si no a objetivos móviles.
Los creadores del museo a veces tienen que combinar piezas de varias máquinas iguales en una para poder hacerla funcional. Una vez hecho, el juego quedará para siempre.
Ni pukha, ni pera es el Duck Hunt soviético. El museo está buscando todavía por una pistola original.
Morskoi Boi (ataque desde el mar) es el juego más popular de todos. Simula una guerra de submarinos ambientada en el pacífico en la Segunda Guerra Mundial, conocida por los rusos como «La mayor guerra patriótica».
Vozdushini Boi (pelea de perros) fue también uno de los arcade más famosos. Es el típico shooter de derribar aviones.
Dos máquinas Magistral funcionando correctamente. El museo ha sido contactado varias veces por parte de gente que quería comprar estas máquinas para dar un toque soviético a alguna fiesta de Moscú.
Istrebiteli (planes de lucha) es un juego de combate de aviones parecido a Vozdushini Boi.
Aquí podemos observar el contador de puntuación mecánico y el joystick metálico.
Una vista de la entrada del único salón de recreativos retro que a su vez es refugio de bombas.
Skachki es un juego de carreras de caballos con elementos electrónicos y mecánicos.
Los del museo encontraron también estos planos de una copia soviética pirata del Apple II. Vienen en unas bolsas militares como las que eran usadas para transportar las cajas de granadas.
¡Acaba con el capitalismo destrozando sus aviones del cielo!
Autorally es otro juego de conducción. Los comunistas nunca consiguieron la sofisticación de juegos como Pole Position o Spy Racer.
Vía: Mira y Calla – Wired
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