Gal Panix – El clásico completamente reformado
¿Quién no recuerda ese viejo arcade en el que más de uno pudo asociar por primera vez la palabra “sexo” con “videojuegos”. Hablo, como no, del Gals Panic, aquel juego en el que, manejando a un punto, podíamos ir trazando la silueta de una chica y a la que, según íbamos pasando pantallas, podíamos acabar viendo tal como la trajo dios al mundo en una “preciosa” (apréciense las comillas) ilustración o fotografía.
Pues el estudio D5 de desarrolladores amateur decidió dar una vuelta de tuerca a eso de siluetear a chicas lindas y creó el juego del que estoy hablando ahora mismo: Gal Panix.
Libertad relativa de movimiento
La primera diferencia que se aprecia al jugar en esta versión del clásico es la libertad de movimientos que te dan: Ya no se trata sólo de moverse por los bordes de la silueta sino que puedes pasearte libremente por toda la superficie liberada. Esto, pensaréis, le quita toda la gracia al juego porque así podréis evitar a los monstruos simplemente yéndoos al otro lado del dibujo.
Pero no, si puedes moverte de esa manera por el dibujo es por una buena razón: Si bien los monstruos y demás bichos que pueblan la pantalla no pueden hacerte nada mientras estés dentro del dibujo, sí que lo podrán hacer sus disparos. Porque, gente, esto ya no se trata simplemente de ocultarse de los disparos esperando a momento propicio: Tendréis que esquivarlos.
Bienvenidos al nuevo género del “Danmaku Silhouette”.
Por lo demás, todo se trata de conseguir cubrir el 80% de la silueta de la chica evitando que te toquen a ti o a tus líneas con el añadido de que ahora mismo puedes usar “bombas” que borren las balas que pueblen la pantalla. Lo gracioso es que, en la perspectiva de tener que esquivar disparos lanzados en cantidades astronómicas tienes que darte muchísima prisa en ir aumentando el tamaño de tu campo de juego so pena de encontrarte con un dibujo de 2×2 centímetros que no te deja espacio ni a imaginación ni a un punto decente. Ergo, la agresividad del juego está presente en el juego desde el principio, tanto por este detalle como el tiempo. Por suerte (o por desgracia para los que lo encuentran desafiante), los enemigos nos son capaces de destruir tu dibujo.
¡Jo! ¿No hay intercambio de fluidos?
Las chicas presentes en este juego son las protagonistas de un juego ren’ai (uno de tantos) muy famoso en Japón: To Heart!. Pero antes de que empecéis a babear esperando a ver un juego hentai en toda regla en la que las chicas aparecen mostrando todas sus virtudes en posiciones de lo más sugerentes, decir que el erotismo del juego es tirando a nulo o muy muy básico. Es lo que se definiría como “ecchi”, vamos, casi nada de carne. Tendréis suerte si lográis ver una bragas o a una tipa en bikini.
Pero, si os decidís a jugar, ése será el menor de vuestros problemas puesto que el ritmo del juego os obligará a estar esquivando las decenas y decenas de disparos, bombas y ataques imprevistos que os mandarán las extrañas criaturas que pueblan cada pantalla.
Montones de enemigos
Hay una enorme variedad de enemigos en el juego. Ya puedo advertiros que, llegados cierto punto se llega a pensar que, literalmente, cada pantalla tiene un monstruo propio. Porque esto no es como los Gals Panic que conocíamos en los que, a lo sumo, había cinco enemigos que iban apareciendo en el juego más repetidos que el ajo. No, en estos cada enemigo es casi único, si bien se pueden llegar a repetir sprites aunque de diferente color o con algún detalle cambiado (como, por ejemplo, el oso de peluche que fue convertido, por arte de birlibirloque en un pikachu). Cada enemigo siempre va acompañado de una pequeña legión de compañeros, tan únicos como su jefe y que, al destruirlos, te dan diferentes potenciadores, ya sean aumentos de velocidad, bombas, protecciones y, por supuesto, items de puntuación en cantidades grotescas.
Casi todos los enemigos, ya sean los mayores, ya los menores, tienen sus propios patrones de disparo. En el caso de los jefes, pueden llegar a desencadenar enormes barreras de tiros que lleguen a hacer que no sean visibles en absoluto. Patrones de disparos mayormente homenajes de otros patrones de otros muchísimos juegos. Seguro que al jugar, más de uno se da cuenta de que esa forma de disparar le suena de algo y, puede ser también, que algunos enemigos se le hagan muy familiares (NdD: Es ver la Vic Viper y despertar). Al igual que Sispri Gauntlet (del mismo estudio), el juego homenajea a otros juegos en los disparos que aparecen y, en menor medida, en los mismos enemigos.
Desafiante
El juego te permite, en el modo arcade, seleccionar una pantalla entre dos a cada pantalla que pasas. Ergo, te acabas encontrando con un juego que permite muchos caminos diferentes (quince pantallas en total) y que, al llegar a la quinta, si logras pasar las pantallas con un porcentaje del 100% de silueta cubierta, podrás seguir avanzando de manera no sé si indefinida pero sí más desafiante. Porque, a partir de la sexta pantalla, es un maldito infierno mantenerte con vida (y ya no digamos tratar de siluetear a la chica en cuestión…). Cada pantalla normal, incluye una pantalla extra con la misma chica (en un dibujo diferente) y enemigo si logras pasárte la pantalla con un porcentaje de silueta del 100% por lo que las cinco primeras pantallas bien pueden convertirse en 10.
El juego también tiene un modo de desafíos en el que te dan unas reglas muy concretas para pasarte según qué pantallas con ilustraciones preparadas para la ocasión. Bien puede ser el simple “pásate la pantalla en menos de 150 segundos” a un “pásate la pantalla con un porcentaje del 100% de la silueta cubierta y un 99% del espacio del juego cubierto con el enemigo atrapado en el punto en el que te señalemos”. Si bien algunas son muy simples, otras son simplemente delirantes. Si te acaba gustando este modo, seguro que te acabarás pasando más de seis horas tratando de pasarte esa pantalla imposible sólo por el placer de aplastar el orgullo de la máquina (NdD: ¿Orgullo?).
Por supuesto, como buen arcade que es, tiene su propio sistema de rankings para que puedas superar tus puntuaciones cuanto quieras, además de tener la posibilidad de grabar cada pantalla que hagas para poder comprobar después o dónde has fallado o lo bueno que eres.
De todas maneras, se echa de menos un sistema de juego a dobles (el juego bien podría soportar a dos jugadores en movimiento).
Arte, música y demás cosas que inspiran las musas
Gráficamente, las ilustraciones son preciosas, fieles al arte de To Heart, bien coloreadas, con buena definición. Como ya se dijo, poco tienen de eróticas pero sí que son muy lindas, muy “moe” como dirían los japoneses, mostrando caritas preciosas o situaciones comprometidas que te hacen pensar que son más bonitas aún.
Los enemigos suelen tener su propia animación y no suele ser mala (aunque no os esperéis un “Street Fighter 3”). Como ya se mencionó, hay una enormísima variedad de criaturas raras (y muy cucas) que querrán hacerte la vida imposible con su estrafalario aspecto (lo de los conejos dentro de zapatillas ya me descolocó en su momento…).
En cuanto a música, suele ser bien relajada y otras veces, simplemente divertida. No es que te meta fuego en la sangre pero puede que llegues a tararear alguna de las melodías. Por lo demás, no suele destacar.
Para terminar
Un juego para quien guste de clásicos revisitados. No es un remake sino que da más la impresión de que es un juego completamente nuevo dentro del género. Sea como sea, es muy divertido aunque, a la par, es muy frustrante que no puedas pasar de la quinta pantalla por la cantidad de disparos y, además, es completamente gratuito. Seguro que a los novatos les gustarán las primeras pantallas (más bien relajadas) y que más adelante se horrorizarán con los bichos que hay más allá de la tercera pantalla pero que, tras un poco de práctica en las primeras pantallas, logrando sus primeros porcentajes completos, ya le pillarán la tónica. La cuestión es darse cuenta de que los de D5 no hacen juegos sencillos. Teniendo eso en cuenta, puede que logréis pillarle su encanto.
Hasta más leer
Link: Página oficial de Gal Panix
Descarga: Gal Panix
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