¡No matéis a la gallina de los huevos de oro!
El éxito de la Wii y de la DS ha traspasado fronteras y jugadores de todas las edades y de ambos sexos se han apuntado a la generación actual de consolas de Nintendo. Para este nuevo público han surgido una serie de juegos que se han denominado “casual”. Juegos sencillos y simples que pueden ser disfrutados por cualquiera. Solos, en familia o con los amigos estos títulos no requieren horas delante de la pantalla, están pensados para disfrutarlos al momento y pasar con ellos un buen rato.
Pero esta reciente universalización de los videojuegos ha traído consigo una serie de títulos mediocres que copan las estanterías de los centros comerciales. Juegos creados para vender a los que no les importa en ningún caso la satisfacción del nuevo usuario final, aún inexperto, desinformado y carente de criterio.
¿Para qué gastar más y procurar que sea divertido si con esto es suficiente?, se preguntarán algunas compañías. Y razón no les falta puesto que actualmente las superproducciones se ven en ocasiones superadas en ventas por juegos del estilo de “Cuida a tu Koala”. Y lo bueno de sacar el “Cuida a tu Koala” es que también se puede lanzar al mismo tiempo el “Cuida a tu Armadillo” y el “Cuida a tu Sardina” con un par de retoques obteniendo buenos resultados económicos. Mientras la gallina de los huevos de oro siga poniendo, las desarrolladoras necesitarán bolsillos extra para introducir sus enormes ganancias, y al mismo tiempo seguirán copando el mercado con más y más juegos basura.
Una situación parecida ocurrió hace años, tantos en relación con la corta historia de los videojuegos que parece muchas compañías lo hayan olvidado. A principios de la década de los 80 el negocio de los videojuegos no paraba de crecer, y la Atari 2600 reinaba por encima de los demás sistemas. Pero Atari cometió el error de no patentar los cartuchos de su máquina ni de controlar la calidad de los mismos. Por ello, las tiendas se llenaron de juegos clónicos y de baja calidad que no valían ni como posavasos. Cabe recordar que por aquél entonces el usuario típico elegía un juego basándose en los gráficos que se mostraban en la contraportada puesto que no existían publicaciones especializadas; y tras ser defraudado una y otra vez por sus adquisiciones optó por no hacerse con más, propiciando la gran crisis de los videojuegos de 1983. Es cierto que influyeron más factores, pero la baja calidad de los juegos fue uno de los más determinantes.
Volviendo al tema me gustaría puntualizar que no estoy en contra de los juegos casual y de hecho me parece genial que existan. De lo que estoy en contra es de todas esas desarrolladoras que piensan mucho en el bolsillo y muy poco en el consumidor, y de todos esos juegos basura con un bonito envoltorio que engañan y se aprovechan de los compradores novatos.
Es posible hacer juegos casual buenos, bonitos y baratos. Juegos que se puedan disfrutar y que no aburran a los 5 minutos. El Guitar Hero, el SingStar, el Buzz, el Animal Crossing o el Boom Blox son ejemplos de cómo tienen que ser: accesibles, de calidad y divertidos.
Como esto continúe como hasta ahora se acabará matando a la gallina de los huevos de oro. Podemos ganar todos, usuarios y compañías, pero sólo los primeros hemos puesto de nuestra parte.
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