Xenosaga Episode I: Der Wille zur Macht
En 1998 la compañía Squaresoft, en el clímax de su apogeo videojueguil, lanzó Xenogears, un maravilloso RPG que marcó a muchos jugadores por su cuidada realización y apoteósico argumento. Pero sólo un año después, un grupo de unas 20 personas, encabezado por Tetsuya Takahashi (director y guionista de Xenogears, que había participado en todos los grandes juegos de la compañía) se separaba para formar un nuevo grupo, Monolith Software, financiado por Namco y cuyo debut sería este Xenosaga Episode I, que recuperó algunos aspectos de Xenogears, pero que no puede ser considerado una precuela o secuela del mismo, pues no existen conexiones argumentales directas entre ambos.
Xenosaga estaba concebido originalmente como una historia en 5 episodios, de los que por el momento se han publicado tres, y que probablemente quede inconclusa. Pero del que vamos a hablar aquí es del primer episodio de la saga, lanzado en 2002 para Play Station 2, con el subtítulo Der Wille zur Match (nombre en alemán de la obra “La voluntad de poder”, del filósofo Friedrich Nietzsche).
El argumento es uno de los puntos fuertes de Xenosaga, siendo la trama muy compleja, interesante, bien escrita y con un enorme trasfondo, aunque el juego se limita a unos cuantos hechos, realmente pocos si tenemos en cuenta su enorme duración, y que dejan una cierta impresión de historia a trozos por el gran número de cosas que quedan sin resolver.
La historia nos sitúa en un futuro muy lejano, en el que la humanidad se ha extendido por el espacio, habitando en diferentes planetas y colonias artificiales, en una situación convulsa tras el descubrimiento del Zohar, un misterioso artefacto de gran poder que pudo haber causado la desaparición de La Tierra, pero que parece la clave para la destrucción de los Gnosis, unas misteriosas criaturas que han aparecido por millones y que están atacando las colonias humanas. Varias facciones se pelean por conseguir tan trascendental artefacto, del que existen algunos “emuladores” capaces de reproducir su poder pero a muy pequeña escala, por lo que el original, celosamente protegido, estará en el punto de mira.
El conflicto se complica con un sinfín de variables, pero dan un poco igual para la parte que vamos a vivir en este Episode I, que son una serie de hechos bastante concretos. El personaje cuyo control tomaremos es Shion Uzuki, una investigadora de robótica de las industrias Vector, la mayor experta en un modelo especial de androide militar, especialmente ideado para combatir los gnosis y que responde al nombre de KOS-MOS. Este robot de aspecto femenino es el verdadero emblema de la saga, y su participación en la trama totalmente decisiva, pues resulta ser prácticamente la única arma verdaderamente efectiva para enfrentarse a la macro invasión alienígena, pues esconde más de una sorpresa que iremos descubriendo y que sin duda nos sorprenderá. Otro personaje fundamental será MOMO, una Relian (un tipo de criaturas artificiales más humanizadas que los androides), que esconde en su interior información decisiva para recuperar el Zohar original.
Todo este rollo es tan solo una pequeña parte de todo el jugo argumental que tiene Xenosaga ya en su primer episodio, y que lo convierte en un juego muy atractivo para aquellos que gusten de la ciencia-ficción bien trabajada y que no les importe leer mucho y asistir a largas escenas de diálogo en las que se va vertebrando tan compleja trama, de la que en las 40 horas que fácilmente puede durar este primer capítulo sólo conoceremos unas pocas.
Monolith Software quiso que el trabajado argumento estuviese arropado por una puesta en escena a la altura, y para ello desenvolvió un motor en 3D bastante sólido, aunque que queda muy lejos de lo que otros juegos similares ofrecieron para Play Station 2 en la época. Los escenarios pecan de excesivamente repetitivos (interiores de naves hasta cansarnos) y se ven bastante vacíos, además de mostrar su origen poligonal en buena medida; pero pese a todo esto en general aguantan el tipo. En cuanto a los personajes, sus diseños son buenos, muestran un aspecto sólido y unas buenas animaciones. Mención aparte merecen las escenas cinemáticas, cuyo nivel de calidad es muy alto y logran elevar la media general de los gráficos.
Musicalmente el juego es una delicia, y es que detrás de su banda sonora se encuentra nada menos que Yasunori Mitsuda, que ya había realizado un trabajo sublime para Xenogears, y que vuelve a regalarnos con su talento algunas composiciones verdaderamente preciosas, y perfectas para ambientar la trama en ciertos momentos, incluso con algún tema vocal de maravillosa factura. Pese a todo, en mi opinión es una banda sonora que en conjunto queda por debajo de la de Xenogears, porque deja menos temas para el recuerdo y porque algunas composiciones nos toca oírlas tantas veces que llegan a aburrir (especialmente la de batalla, que es la misma casi toda la aventura).
Los personajes tienen voces dobladas al inglés en la versión americana del juego, que aparecen en muchas de las numerosas secuencias del juego, y que están a un buen nivel, aunque no siempre se corresponden correctamente con los movimientos de la boca. De los efectos de sonido no hay mucho especial que decir, pero explosiones y demás dan la talla sin ningún tipo de problema.
El sistema de batalla nos permite utilizar hasta 3 personajes para unos combates por turnos que resultan muy elaborados y bastante complejos, y que en mi opinión presentan un gran defecto y una gran virtud. El defecto es que son tremendamente lentos, por la parsimonia con la que los personajes ejecutan las acciones que nosotros le ordenamos, y quedan muy lejos de la fluidez que presentaban los de Xenogears, haciéndole bastante daño al ritmo general del juego. Su virtud es que resultan muy exigentes y estratégicos, incluso al enfrentarnos con enemigos ordinarios, por lo que se evita la típica monotonía de muchos juegos de rol por turnos, en los que podemos ganar la mayoría de combates sin mirar con sólo pulsar atacar una y otra vez; en Xenosaga Ep. I vamos a necesitar concentración y dominio de las mejoras que vayamos obteniendo, o de lo contrario hasta el más cutre de los enemigos nos dará complicaciones. Al margen de estos dos aspectos, podemos hablar de un sistema de combate bastante completo, con distintas variables como la posibilidad de cargar para combinar ataques, un sistema de combos con un cierto interés o unas cuantas magias de un repertorio que resulta algo escaso.
Fuera de los combates, tenemos menús cuyo dominio resulta indispensable para poder superar unos combates que, como ya hemos comentado, son bastante exigentes, y sin el equipamiento correcto, desarrollo de las habilidades y magias, y demás aspectos de ese tipo, no vamos a pintar nada cuando algún enemigo nos asalte y pasemos al escenario de batalla. Lo peor de esto no es que las opciones sean tan típicas que ya las hayamos visto antes en tropecientos juegos de rol, sino el hecho de que resultan absolutamente escasas, y es que la cantidad de objetos, armas, equipamiento, magias o habilidades de este juego resulta verdaderamente escasa, y nos cansaremos bastante de estar casi todo el juego repitiendo una y otra vez las mismas opciones. Una pena.
Con respecto a la dificultad, a la que nos hemos referido un par de veces por ser especialmente alta, hay que decir que es lo único que salva a los combates de poder ser considerados aburridos, y es que la tensión de tener que hacerlo todo bien para no tener problemas nos compensará la lentitud de las batallas. Pero aún así la dificultad está un poco descompensada, ya que al haber enemigos limitados no podemos entrenar como en la mayoría de juegos del género, y hay adversarios a los que sólo podemos derrotar con técnicas de un tipo concreto que no siempre son fáciles de conseguir, lo que puede llevara a los menos expertos y pacientes a desquiciarse en medio de la aventura.
Y ahora que me estoy enrollando como una persiana vamos con la pregunta clave: ¿Es Xenosaga Episode I un juego divertido?, en mi opinión sí lo es, pero no lo recomendaría a todo el mundo, y tiene aspectos que pueden hacerlo bastante monótono, como la parsimonia con la que va avanzando el argumento, la extrema lentitud de los combates y la casi total ausencia de acción que lo caracteriza. De este modo se pueden ir absteniendo todos aquellos que aborrezcan los combates por turnos, los juegos en los que hay que leer mucho, y que busquen algo rápido y directo. Xenosaga está pensado para aquellos más pacientes a los que les guste ir degustando poco a poco un buen guión, descubriendo cosas y enlazándolas poco a poco, con mucho texto y mucho diálogo; además de no importarles unos combates muy estratégicos pero muy lentos.
En definitiva, estamos ante un buen RPG, pero que en mi opinión debería haber apostado por un desarrollo más intenso de su excelente trama, y emplear un sistema de combate más fluido, sin perder el alto componente estratégico que tiene, como pasaba en Xenogears. Este último juego es quizá uno de los grandes problemas de Xenosaga, y es que su sombra es demasiado alargada, y aunque el que nos ocupa pueda ser considerado una especie de secuela espiritual, quedó netamente por debajo por desarrollo y combates, y porque aquella trama presentada en 1998 es casi insuperable.
Como último dato señalar que esta saga, de la que han salido los tres primeros episodios (todos ellos en Play Station 2), podría quedar inconclusa según sus creadores, y no salir ningún episodio más. Recordemos que ahora Monolith es propiedad de Nintendo, que compró a Namco el 80% de las acciones.
LO MEJOR
+ Una trama compleja y bien vertebrada.
+ Sistema de combate muy estratégico.
+ Excelente banda sonora.
+ Las secuencias cinemáticas.
LO PEOR
-Al desarrollo le falta intensidad.
-Que la música de combate sea la misma todo el juego.
-La lentitud de la que adolecen los combates.
–Escasez de técnicas y magias.
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