Videojuegos: un cacho de cultura posmoderna

sólo dos amores: el amor a dios y a mi terminal; me logueo, luego existo

Tuve la suerte de criarme en un ambiente bastante liberal y permisivo: mis padres nunca tuvieron problemas a la hora de dejarme leer, jugar y consumir casi cualquier cosa que estuviera a mi alcance (he tenido amigos a los que les prohibían ver anime por ser considerado “satánico”, aunque como todos sabemos, las prohibiciones generan más consumo, mucho más cuando uno es niño y quiere ser un superhéroe-doctor-bombero-presidente-et al). También tuve la suerte de tener un hermano siete años mayor que yo, apasionado y amante de la informática. Esto me dio acceso desde temprana edad a las computadoras y consolas (algunos nacen con una pelota bajo el brazo, yo lo hice con una computadora), artefactos preciados de la era moderna que permiten nuevas formas de interactuar y pensar la realidad; pero, también, crean nuevos rituales paganos para alterar y hackear nuestra vida, nuestra cotidianeidad.

Cuando unos es chico, todo le parece más grande, más hermoso y mas fabulantástico. En esa época, recibimos estímulos de todos lados y crecemos minuto a minuto: nuestro organismo se prepara constantemente para llegar a la edad adulta y para eso hay un paso muy importante en la vida de todo niño moderno: la educación y la escolarización (dos cosas totalmente distintas). No voy a hablar de la escuela, cada uno tendrá sus experiencias personales, pero si voy a hablar de algo que siempre se le criticó (injustamente) a los videojuegos, y es su capacidad de ayudar en el proceso de aprendizaje de un niño (o, de al menos, un niño como yo). Hablemos, entonces, de cómo los videojuegos nos han ayudado a formarnos culturalmente.
 

Clases magistrales de Historia Universal:

aoeI

A mediados de los noventa, ya a pocos años de finalizar el primer milenio, Encarta dominaba las computadoras hogareñas y nuestros PCs comenzaban a transformarse en bibliotecas de conocimiento universal. Pero Encarta no era muy divertida que digamos. Microsoft hizo cosas magnificas, pese a todas las críticas insulsas que se le puedan hacer. Age of Empires fue una obra magistral, un RTS magnifico en su modalidad de juego… y en su estilo de enseñarnos historia universal. En su primer versión, nos situábamos en el mundo de las primeras grandes civilizaciones y, como niños, aprendíamos muchísimo sobre historia clásica de la humanidad. Todas las misiones relataban grandes acontecimientos de las campañas militares de los imperios clásicos, con detalles más que suficientes para un chico curioso, como lo era yo. Por ejemplo, recuerdo muy bien estar en los primeros años de escolarización y estudiar las diferentes edades por las que pasó el hombre antiguo, que se correspondían a la evolución de nuestra civilización en el juego (Edad de piedra, herramientas, de bronce y de hierro). Otra cosa muy interesante del AoE I que me quedó como conocimiento general son civilizaciones “poco conocidas” (que al menos yo no vi luego en la escuela), pero de gran impacto, importancia y trascendencia: los Hititas, por ejemplo, fueron participes de una de las batallas más gloriosas del oriente: La batalla de Qadesh, en la que participó nada mas ni nada menos que el mítico Ramses II. Es decir, el AoE se nos presenta, con sus campañas, con sus informaciones históricas básicas, como un pequeño manual de historia de la humanidad para cualquier niño que gozara tanto de jugar a los videojuegos como de aprender. Inevitablemente, mientras se jugaba, uno algo aprendía, algo base quedaba si no leíamos las descripciones: pequeños conceptos básicos sobre las culturas, tales como saber que el poderío militar de los egipcios estaba en sus carros de asaltos y su alto desarrollo científico-religioso; o algo más vistoso, como los diferentes estilos arquitectónicos o, también, cómo olvidarlo, el conocimiento de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Luego, llegó Age of Empires II, el clásico de clásicos, y ademas de crear campañas mas llevaderas, con más información, trajo consigo una pequeña enciclopedia sobre todo lo que había en el juego, con datos muy lindos y simples para los pequeños jugones curiosos. (un paréntesis, AoE I detallaba el inicio del Imperio del Sol Naciente, cosa que desde las escuelas occidentales, casi no se toca para nada).

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Y si de clases magistrales de historia hablamos, no podemos olvidar, por supuesto, al magnifico Civilization. Ese gran juego que nos paseaba por la historia de toda la humanidad, desde sus albores hasta su expansión al espacio. Mis recuerdos de ese juego son ya siendo mas grande, porque estamos ante un juego un poco más complejo que el AoE, pero que no deja de ser un compendio de saberes humanos, de la llamada “cultura general”. Allí profundizamos un poco más en cada uno de los grandes desarrollos y descubrimientos por los que nuestra pequeña tribu llamada humanidad tuvo que pasar. Cada civilización contaba, de entrada, con algún descubrimiento ya incorporado, lo que nos hacia pensar que fueron los pioneros en desarrollarlas.

Yes, aprendé inglés, eh?

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Una de las grandes complicaciones de los gamers hispanos (más aún, de los gamers latinoamericanos) fue el idioma. En esa época, la gran mayoría de los videojuegos se publicaba en inglés, por lo cual, inevitablemente, había que aprender ciertas palabras para poder entender, primero, la interfaz del juego y segundo (no necesario,claro está) la historia del juego en cuestión. Siempre, desde muy chico, fui un fan absoluto y converso de Blizzard, especialmente de sus dos primeras sagas exitosas: Warcraft y Diablo. Como supongo que ya saben todos, tanto uno como el otro, cuentan con una gran trama. La saga de Warcraft posee una historia muy atrapante y compleja: estamos ante un mundo mitológico, con sus propias historias, leyendas, geografías, conflictos, guerras, etc, lo cual se traslada directamente al juego en cada una de las misiones que debemos realizar. Me fascinaba el contexto de este juego y sus narraciones al inicio de cada misión: me sacaba los pelos para intentar comprenderlas, buscaba palabras en el diccionario, preguntaba a mi hermano. Una anécdota graciosa: teniendo unos 10 años, en la escuela, me acerqué a un compañero de escuela que iba a un instituto privado de ingles para preguntarle, con arrogancia y prepotencia, si sabía el significado de las palabras “Ogre” y “Knight”. ¡Y claro que no lo sabía! (aunque hoy en día, él sabe mucho mas inglés que yo 😛 ) . Lo mismo sucedía con los juegos de rol, si uno quería seguir la trama y entender un poco más qué es lo que se estaba haciendo, no quedaba otra opción que aprender un poco de inglés a la fuerza, lo mínimo aunque sea. El conocimiento es información y la información es la nueva mercancía del milenio y obtenerla, por lo medios que sea, nos abre puertas hacía otras realidades.

Nada es verdad, todo es risible

roedores

¿Cuántos robles roería un roedor, si los roedores royeran robles?

Hace poco, una amiga me dijo que una de las cosas que yo más valoraba era el humor en la gente. El chiste, la risa, se encuentran presentes en las estructuras mismas de nuestro universo, toda la creación puede ser reducida a un chiste y la antigua fórmula del viejo del montaña “nada es verdad, todo es permisible”  es fácilmente representable en el humor. Y los videojuegos han sido, lejos, mis mentores a la hora de concebir una forma de ver la realidad y encontrar la broma eterna que en ella se desata. Monkey Island es, quizá, una de las influencias más grandes que tuve de niño. Repetía constantemente los diálogos, los chistes, las situaciones, esperando encontrar una respuesta positiva del lado del oyente. Hoy, siendo ya mas grande (y comprendiendo más la importancia del humor en el día a día), me doy cuenta de cuanto aprendí riéndome con Guybrush. El universo es un absurdo inabarcable, la vida es un chiste que el cosmos nos hace día a día, ¿cómo no reírnos de ello? ¿cómo no pensar en el absurdo y sentirlo propio? Debemos salir de nuestros hogares, todos los días, equipados con un pollo de goma con una polea en el medio, solo por si acaso.

Mitología, dioses y literatura

Vault

De chico también me fascinaban los RPGs. Hijos de la cultura rolera de fines de los 70, estos juegos lograron llevar el género a nuevas dimensiones. No es sencillo jugar un RPG ni es un estilo de juego que el común de la gente conozca y respete: la imagen del rolero es la de un friki encerrado leyendo a Tolkien y jugando Final Fantasy. Y tienen razón, ¡por supuesto que la tienen! Los RPGs nos llevan a los otros mundos que existen, además de éste. Luego de conocer otros mundos, debemos imbuirnos con los trajes que allí se usen, las máscaras, los valores, los dilemas: nos metemos de lleno en otras tribus, extrañas a la nuestra, para embarcarnos en un viaje hacia lo desconocido, un lugar de aprendizaje. Como si de antiguos rituales de religiones perdidas se tratara, debemos pasar por una serie de pasos antes de convertirnos en héroes (el inicio de Fallout II retrata esto casi a la perfección, donde debemos pasar por unas pruebas antes de abandonar nuestra tribu y buscar el jardín del edén, el paraíso), en adultos. Los universos de los RPGs están creados de forma mucha mas detallada que cualquier otro juego, pues nos encontramos en otro mundo distinto al nuestro, con distintas historias, leyendas y dioses (pero sin embargo, todo se nos presenta tan familiar). Los Reinos Olvidados son un escenario creado para jugar partidas de rol y ampliamente explotado en las sagas de RPGs que publicó Black Isle. Lo fabuloso de este mundo es la gigantesca extensión del mismo, las conexiones que hay y toda la historia, mitología y panteones de dioses creados. Jugar Baldur’s Gate o Icewind Dale es tan placentero como leer a Tolkien; sumergirse en los conflictos de los seres que habitan esos planos, hacerlos propios y ayudarlos a superarlos es una forma de aprehender una nueva realidad. Y si hablamos de realidades paralelas, no puedo dejar de nombrar al Fallout I. Se nos situá en una ucronía, producto del delirio armamentístico de la Guerra Fría. El juego retoma muchísimas tradiciones y elementos de la cultura norteamericana de la inmediata posguerra: la estética del juego reproduce fielmente las publicidades y el modo de pensar yankee de la época; las ideas acerca del invierno nuclear y la paranoia que esto generó en ambos lados del mundo. Describió, pintó, escribió e imaginó con el mismo talento que cualquier escritor de sci-fi de los años 70 el mundo postapocalíptico. Nos mostró y nos enseñó las ideas locas del fin del mundo nuclear de una manera sublime.

Let the music be your master

Rock and roll, música clásica, música electrónica, folk, blues, todo aparece fusionado en los videojuegos y todo se nos presenta como nuevo. Rock and Roll Racing reinterpreta obras clásicas del rock mientras competimos a muerte con extraterrestres en otros planetas. Super Castlevania IV nos ofrece una de las mejores bandas sonoras hechas en toda la historia de los videojuegos; Earthworm Jim 2 genera un clímax musical delirante con la interpretación del primer movimiento de la Sonata Claro de Luna, en el nivel en que nos transformamos en una salamandra ciega que recorre lo que parece, de a ratos, un tracto intestinal lisérgico. La música de Final Fantasy es tocada en diferentes teatros de todo el mundo. Nuestros oídos crecieron escuchando y conociendo grandes delicias interpretadas con escasos recursos y muchísima imaginación.

 

Superdioses

 

Y entonces los superhéroes nos llovieron desde el otro lado del Atlántico, en una deslumbrante luz prismática de trajes heráldicos, trayendo una nueva forma de ver, escuchar y pensar sobre todo.

 

En Supergods, Grant Morrison hace una semblanza hermosa sobre los superhéroes y los dioses, sobre cómo éstos se “colaron” en nuestro mundo para enseñarnos, para ayudarnos, para guiarnos. En cierto sentido, en realidad, siempre estuvieron con nosotros: son arquetipos de dioses antiguos. Me gusta pensar a los videojuegos un poco de esta manera. Fallout nos habla de los peligros de la bomba. Como dice Morrison, Antes de la Bomba, la Bomba fue una Idea. Superman se ríe con la idea de la bomba, él es una batería nuclear que se alimenta del sol. Guybrush Threepwood es un gran pirata dispuesto a todo y también se ríe de la bomba. Él se ríe de todo, porque descubrió la broma oculta en todas las cosas. Igual que nuestro pirata favorito, Max, el conejo hiperquinético, psicótico y de dudosa moral (o carente de ella) ríe, se burla y transgrede todas las normas sociales que en nuestro túnel de la realidad son la Ley. Nada es verdad, todo es risible. Los personajes trascienden las fronteras de sus bits y se colan en nuestro mundo, como superhéroes, como guías para destruir las fronteras que imperan en nuestro mapa (o derribar las futuras limitaciones que no han sido, todavía, establecidas)

The game remains the same

 

Los videojuegos enseñan. La información es el petróleo del nuevo eon. Todo vale en el proceso de aprendizaje; conocimientos tan simples como ideas vagas del antiguo Egipto expanden nuestra conciencia hacia lugares que antes no conocíamos (Egipto, cuna de la civilización, las religiones, la ciencia). Con el tiempo, todo este equipaje, todas estas horas invertidas, pueden catapultarse hacia distintas áreas. En contra de la idea corriente que imperaba (y tal vez lo siga haciendo) en mi infancia, los videojuegos me ayudaron a crecer intelectualmente. De distintas maneras, algunos más que otros, otros menos (cada vez menos, diría yo), los videojuegos enseñan. Pero al igual que en la escuela, los videojuegos enseñan a quien quiera aprender. La infancia me marco a fuego grandes juegos, algunos pocos he podido nombrar, otros es mejor obviar, pero creo que la idea base se entiende: aprendemos todo el tiempo y jugando lo hacemos. Y como sucede en todas las esferas de la vida, hay ciertas experiencias que sentimos nos enseñan más que otras. Todas las experiencias son válidas, ninguna anula a la otra; pensar en esto como aislamiento, como torpeza mental es, sencillamente, hablar con desconocimiento. Quienes hablan de esta manera son quienes jamás han pasado toda una madrugada matando trasgos en las minas de Nashkell y dibujando mapas en papel para no perdernos en las catacumbas del Elvira II Jaws of Cerberus.

PD: La frase inicial corresponde a una cita de un libro que escribió mi gurú, @ferostabio

Sergio Andrés

las dos pasiones de mi vida son los videojuegos y la literatura; el tiempo que invertí en videojuegos es casi el mismo que invertí en lectura; fan de king, lovecraft, puig, dick, RAW, Blzzard y Westwood, entre otros malos vicios; también uso linux, entre otros defectos

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26 Respuestas

  1. Amorin Uzuki dice:

    Yo tengo claro que aprendí más inglés en los videojuegos que en el instituto. Y esa afición por la historia que tengo en parte me la inculcaron los videojuegos, de eso tampoco hay duda.

    El que diga que los videojuegos no sirven para aprender nada es que simplemente no se ha sumergido en ellos.

  2. bkr_man dice:

    Anda que no le dí yo vueltas al diccionario inglés/español para pasarme el Chrono Trigger, más que en todos los años de clases de inglés juntos.

  3. Cm_Blast dice:

    Warcraft y Diablo en inglés y otros tantísimos juegos en ese idioma.

    De hecho, yo «aprendí» con el primer Civilization. Aún me acuerdo que nada más empezar cuando tenías tu primera carretilla salía una buena pantalla con texto en la que se te decía que tecla debías pulsar para fundar tu nueva ciudad.

    Además de todas las investigaciones que traía, que si el «bronze working» que si «gunpowder» y toda la sub-historia que traía cada nuevo descubrimiento.

  4. darthtravis28 dice:

    debo decir que gracias a los videojuegos es que trabajo en una empresa tan grande como lo es Coca Cola USA, sin el ingles aprendido con los juegos y la musica que escucho no hubiese avanzado mucho en cuanto a logros personales

  5. Master Vaitor dice:

    Cuando andaba en secundaria sabía más de inglés que la «profesora» y eso que aún me concideraba un ignorante…
    He aprendido más de historia y de política en juegos que en la «vida real»….
    He obtenido más habilidades y aptitudes mientras juego que en los primeros 18 años de mi educación.
    Ahora en mi vida laboral, sigo aplicando cuanto puedo lo aprendido en el entretenimiento electrónico,

  6. bababui dice:

    Pues sí los videojeugos y la educación van de la mano de hecho el hombre aprende mediante el jeugo y como él muchos animales. Acaso la leona no enseña a sus crías a cazar con el juego?. Los videojeugos son simplemente la evolución lógica del mismo

  7. año 20xx dice:

    Otro gran artículo @Sergio, es verdaderamente increíble lo que podemos aprender con los videojuegos al buscar información de los mismos. Por ejemplo, al buscar las influencias que sirvieron de base a sus credores para hacer sus obras. Hay un montón de películas, series, cómics, anime, etc. que he visto sólo porque en tal lugar decían que influenciaron a tal juego XD
    Para no ir más lejos el primer Silent Hill tiene calles de escritores, está basado en una mezcla entre Jacob’s Ladder y The Mist de Stephen King (que me dan ganas de leerme sólo para ver que tanto tienen en común) entre otras cosas, una de ellas el nombre de Algernon en una tienda o algo así, que para todos los que nos gusta la literatura de horror debe de ser de sobra conocido, al menos por su mención en el principio de Call of Cthulhu.
    Y por cierto gran detalle hacer mención a tu propio comentario al final del texto: «y dibujando mapas en papel para no perdernos en las catacumbas del Elvira II Jaws of Cerberus».

  8. flakcym dice:

    puedo dar la razon que yo aprendi ingles con los videojuegos (y con la musica claro) y aprendi mas que cuando fui a clases especializadas porque siempre jugaba con un diccionario en la mano y aun hoy que descubri las aventuras graficas el lenguaje no es un problema

    PD: hoy que se que es monkey island a veces tambien digo alguno que otro chiste de ahi para ver que me contestan la mayoria de veces me dicen que de que rayos estoy hablando!

  9. Avach dice:

    Genial articulo! y que gran verdad!! quizas como muchos… creci con los videojuegos y tenia opcion de jugar al computador en la casa de un tio en una epoca donde el internet ni se asomaba para un simple mortal y de la poca relevancia para la sociedad de meterse en un videojuego por aquellos años.

    Sencillamente creci con los 8 bits y el genero que mas me marcó fueron los RPG`s, todavia me acuerdo que entre los amigos que tenia cuando niño circulaba un juego que nadie quería… el primer Dragon Warrior de NES, denso y tosco para el iniciado y de un lenguaje Shakespeareano que nadie quería comprender. Cuando cayó en mis manos este juego, me propuse terminarlo mas o menos a los 10 años de mi niñez, con diccionario en mano y aprendiéndome las palabras a la fuerza y después conjugando oraciones, de a poquito mi nivel de ingles empezó a aumentar y después de un tiempo pude lograr terminar esa gran aventura que me dio el juego.

    Eso de sumergirte en un mundo y explorarlo en cada rincón, buscando detalles e información, aumentando las posibilidades de tu personaje mediante el equipo o experiencia fue lo mejor. Y aunque el primer Dragon Quest fue algo no digerible para mis amigos, yo lo disfrute como ninguno y aprendí mucho de él, aunque debo reconocer que ese juego no fue mi primer RPG. Despues de eso trataba de buscar cualquier juego referente al genero en una época donde este tipo de información escaseaba y de un genero que no era muy popular para los jugones.

    Juegos de PC… siempre me atrajeron en aquella epoca, tras esas aparatosas y costosas maquinas, extraños comandos y una logica no muy difícil de asimilar en el sistema, los juegos de PC siempre fueron algo como «prohibido» de usar, de que el computador sirve para trabajar y no para jugar, todavia recuerdo cuando niño me sumergía como loco en el Wolfenstein 3D, me amanecí jugando sin darme cuenta cuando niño, tan acostumbrado a los 8 bits que en este juego me hacia desear como nunca un computador en vez de una consola, cosa bastante improbable porque tener tal maquina por aquellos años era tener un lujo en el hogar.

    Cuando tuve mi primer PC fue un 486DX2 66 mhz con 32mb ram y un disco duro de 200Mb. Practicamente no se podia hacer mucho en él, fue una epoca donde el formato CD-ROM estaba tomando fuerzas y de que los juegos ya no pesaban un par de Mb, Administrar 200 Mb era cosa de todos los dias y contaba con cada mega del disco para poder jugar algun juego, jugué a muchos juegos de PC antiguos y de los primeros emuladores que use como fueron el genial NESticle y el Genecyst, ya que mencionaste al primer Fallout, este fue un RPG que me marcó de por vida, mas que el primer Diablo o el genial Warcraft. Un mundo devastado y adulto, con la pesada mision de traer agua para tu gente en un ambiente postapocaliptico, simplemente me rayé con ese juego y me marco para siempre el estilo de los RPG gringos en comparación a lo japoneses (eso sin hablar de los juegos tipo calabozos).

    He crecido con los videojuegos y ya llevo mas de 25 años jugando, he aprendido mucho de ello y no solo me ha enseñado Ingles o Historia, también ha desarrollado el nivel de mis sentidos, agudizando reflejos, perseverancia y estados anímicos.

    No me arrepiento para nada de los años invertidos y me siento como muchos de aquí, alguien longevo, con experiencia y de sentirte como niño al sumergirte en algún juego. Después de todo esencia esta ahí. Jugar hasta perder la noción del tiempo, en ese instante te daras cuentas que te divertiste con el juego.

  10. Frank dice:

    Muy buen artículo, te felicito.
    Además me veo muy reflejado en varios de los puntos expuestos.

  11. año 20xx dice:

    @flakcym: Si con Monkey Island los dejas perplejos, entonces nunca intentes usar palabras o diálogos de Naranja Mecánica o te van a llevar al «manicure» XD

  12. TLOZ dice:

    Excelente articulo! Sin duda yo también aprendí mucho con los videojuegos, con la serie AoE conocí a tantos personajes históricos, personajes que en la escuela ni los mencionaban, las invocaciones de Final Fantasy son criaturas mitológicas, las cuales conocemos por esta gran saga y así hay tantos videojuegos que cultivan a las personas.

  13. David dice:

    te pasaste, muy bueno el articulo 🙂
    muchas gracias 😉

  14. necro dice:

    Amigo poco a poco vas llenando ese vacio que dejaron en Pixfans grandes colaboradores como Velvet Underground o Un Tipo Feliz, sin demeritar el trabajo de los demas ni mucho menos el de Amorin que siempre ha estado al pie del cañon. Traes una buena racha, si le imprimieras un toque mas, no se, «emocional», o «nostalgico», no lo se, no encuentro la palabra, pero algo que nos haga empatizar aun mas con lo que expresas puedes llegar a ser un grande dentro de Pix…

    Suerte y me quedo esperando tu siguiente aporte…

  15. ceporro dice:

    Artículos como este me hacen amar pixfans, no como otros que hacen que pierda mis ‘amorines’ por la página.

    Yo también aprendí inglés a través de los videojuegos.

  16. lupoperro dice:

    Mis sobrinas cuando eran pequeñas se quejaban que no le gustaba aprender ingles por el método escolar; yo también aprendí mucho jugando y con el diccionario al lado.

    Cuando haces algo que es divertido o entretenido para ti, la carga educativa que lleve la aprehendes mucho más rápido y mejor.

    Grax por el articulo!

  17. morlock155 dice:

    Hoy en día no me hallo con juegos traducidos al español, fue tal la costumbre de ver todo en inglés que pareciera ser un idioma nativo aparte, el usado para sumergirte en el universo virtual de los videojuegos.
    Muchas de las veces cambio la opción del idioma porque es más fácil reconocer las cosas por su nombre original.

  18. morlock155 dice:

    Respecto al punto 5 me pasó con el tetris para NES, de chico se me qedó grabada la canción de El Cascanueces mucho antes de saber de dónde provenía.

  19. diseño web dice:

    muy buen artículo 🙂
    es ver el monkey island y pensar en instalar el scummvm inmediatamente jaja qué recuerdos..

  20. el_chespio dice:

    uff, le saqué tiempito para leerlo y me recordó muchisimas cosas que habia olvidado…
    Mi tesis de grado se basaba precisamente en las teorías de un señor (Huizinga si mi memoria no me falla) que plantea la necesidad del ser humano por el juego y como esto le ayudó a evolucionar…
    Por otro lado mi obsesión por las historias… desde pequeño mi abuelo me contaba las mil y una noches que leyó cuando joven y para mi fue increíble ver gradualmente como una serie de personajes míticos empezaban a tomar una forma «tangible» en un videojuego.
    A la final, yo creo que este medio siembra una semilla en todos y nos motiva a mejorar ciertos aspectos de nuestra vida cotidiana y si que deseo ver la manera de dejar ese gran legado a mis hijos (tarea dificil, porque hay cosas que si se han perdido en la marcha)…

  21. cesarpunk dice:

    Totalmente cierto sobre los AoE, tenía ese nose qué que te atrapaba con las historias – cosa que pocos videojuegos pueden lograr – y lo mejor, con historia universal verdadera contada de una manera tan increiblemente sencilla y masticable, que luego de jugar te daban ganas de ir a investigar más sobre Genghis khan, Atila, Juana de Arco, Barbarroja, el Cid (mi favorito) y un largo etc…

    Aunque también han existido muchos videojuegos con esa intención de enseñar cultura (mayoría de ellas de estrategia,real y por turnos) creo que MS logró el equilibrio perfecto, que a mi parecer, ya no hay en los videojuegos.

    Doy mención de otro juego que me encantó: Pharaoh, uno de los primeros (supongo después de los SimCity) y más lindos City Builder que hay … éste juego a parte de su aterradora adicción, te enamorabas de la cultura egipcia debido al increible detalle que te mostraba el juego: cosecha, trabajo, religión… obviamente con datos históricos.

  22. El fabuloso Dr. Manga dice:

    @morlock155
    A mí me pasa lo mismo…
    Desde los tiempos del Spectrum con las aventuras conversacionales y las videoaventuras de Ultimate, el diccionario a mano y, por supuesto, las ganas de entender. Ahora los juegos van en inglés con subtítulos en inglés, y lo mismo puedo decir para las películas de blu-ray.

  23. ICEC00L dice:

    Sin dudas, cuando llegó la PlayStation a casa de la mano de juegazos como Castlevania SOTN, Final Fantasy VII, Medievil, Spyro The Dragon, Metal Gear Solid, Breath of Fire III entre otros juegos sublimes. Estos juegos no solo rebozaban de calidad, sino que además tenían extensos diálogos que impedían que avancemos sin tener un mínimo de suerte o en su defecto conocimiento del lenguaje sajón para poder avanzar. Los textos extensos y los puzzles me hicieron invertir horas y horas de traducción manual y rudimentaria, pero eso me sirvió mucho en mis estudios. Recuerdo como mis docentes de inglés me decían: a qué academia de inglés vas? y yo no sabía qué responder, porque nunca fui a una, solo sabía inglés por mis propios medios, por el espíritu de saber qué me decía ese juego en ESE momento preciso para poder avanzar sorteando ese acertijo que me aquejaba.

    Muy buena entrada, entretenida, con un lenguaje muy correcto, de lo mejor que leí en semanas.

  24. seburo dice:

    Gran artículo. Desde luego cualquier expresión cultural que estimule la imaginación es mejor que ver la tele o hacer el ganso con los «guays» de la clase. De ahí que los frikis somos más cultos y sensibles ya sea desde los videojuegos, literatura, el rol, los cómics o lo que se tercie. 🙂

  1. Sep 6, 2013

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