Un gesto que todos hemos hecho alguna vez en nuestra vida. Estábamos entre los años 80 y la primera mitad de los 90, la videoconsola daba un error cuando dejaba de funcionar correctamente la conexión del cartucho. La apagábamos, lo sacábamos y soplábamos el cartucho de NES. Y se arreglaba de forma milagrosa.
Hace un tiempo salió un estudio que contradecía este axioma universal entre los videojugadores. Nos venía a decir que, cuando un cartucho no funcionaba, normalmente era a causa de una mala conexión entre el cartucho y la ranura, que podía ser causada por empañamiento, corrosión, polvo acumulado o clavijas en mal estado, entre las principales causas.
Además, también apuntaba que soplar el cartucho era contraproducente, ya que, al soplarlo, se provoca que este se humedezca con la saliva y, poco a poco, se van deteriorando más las conexiones. El que la acción de quitar el cartucho, soplar en él y volverlo a colocar funcionara, era debido a que se le daba otra oportunidad, y que se obtendría el mismo resultado si no se hubiera soplado.
Para comprobar el deterioro que se provoca en el cartucho, se sopló uno una vez al día durante un mes, y aquí se pueden ver los resultados:
Imagen A: Cartucho sin ser soplado.
Imagen B: Cartucho soplado una vez al día durante un mes.
Para evitar este deterioro, por ejemplo, Nintendo empezó a vender un kit de limpieza, para ser utilizado cuando el cartucho dejaba de funcionar y así evitar los efectos de los soplidos.
Pero aquí entramos la comunidad Pixfanera para señalar un problema de este estudio, que no ha tenido en cuenta la mística y el espíritu de arreglar la situación del soplador videojueguil. Sabíamos que el cartucho no iba, y si lo soplábamos a todos nos acababa funcionando; así lo arreglábamos y no conocíamos a nadie que no le hubiera funcionado.
Como todo en esta vida, no se puede abusar, pero tampoco era el plan soplar un cartucho 10 veces al día. Pero, adaptando el dicho, una vez al día no lo dañaría, y no podíamos obviar este ritual videoconsolero.
Yo, igual que todos mis amigos, hemos soplado cartuchos en nuestra infancia, y aún cuando vuelvo a conectar mi NES de forma esporádica, siguen funcionando, y si no van, toca soplar de nuevo.
¿Y quien no recuerda los típicos golpecitos al televisor cuando empezaba a hacer el tonto? ¿También sacarán un estudio diciendo que esto tampoco funcionaba…?