En el mes de mayo de este año se anunció, por primera vez en la historia, la llegada como finalista al Premio Príncipe de Asturias de un creador de videojuegos; el gran Shigeru Miyamoto. Impulsado por la Feria Internacional del Videojuego y el Ocio Interactivo ( conocida como Gamelab) el diseñador nipón de Nintendo conseguía, ante un total de 22 aspirantes, una importante nominación a uno de los premios internacionales más prestigiosos . Para dar fe de ello sólo hace falta repasar algunos de los nombres que han conseguido el galardón en su categoría de comunicación; empezando por Maria Zambrano en 1981 el premio ha recaído en comunicólogos como Umberto Eco (2000), Ryszard Kapuciski (2003) o asociaciones como la National Geographic Society (2006).
No obstante, la nominación estuvo rodeada de cierta polémica. Aunque Miyamoto recibió el apoyo de gran parte del mundo intelectual, así como de su legión de fans en Internet, también es cierto que no pudo escapar a ciertas críticas. La más notable fue la del secretario del Jurado y catedrático de Derecho Mercantil, Juan Luis Iglesias Prada, que consideraba que apoyar a Miyamoto a una posición tan preeminente sólo serviría para empujar a los niños «más lejos de los libros y más cerca del videojuego»