Super Fire Pro Wrestling Special: El polémico debút de Goichi Suda
Si os gustan los videojuegos y no habéis estado recluidos en una cárcel de Siberia probablemente todos sepáis quien es Goichi Suda (Suda51). El actual CEO de Grasshopper Manufacture y ex-empleado de la legendaria Human es uno de los personajes clave en la industria actual, habiendo creado títulos tan importantes como Killer 7, No more heroes o Lollipop chainsaw.
A pesar de haber obtenido reconocimiento a nivel mundial, las señas de identidad que definen sus productos nunca han sido el virtuosismo técnico o unas mecánicas lúdicas muy trabajadas, sino una forma diferente de ver el mundillo y una obsesión enfermiza por ofrecer algo sin parangón. Características como los constantes giros de guión y los dobles sentidos, una mayor interacción de los personajes con el jugador y, sobre todo, el enorme número de referencias a la cultura pop en sus obras lo han elevado a los altares en los círculos de aficionados más exquisitos. Si a esto le sumamos que es una persona ciertamente excéntrica (en la presentación de No more heroes regaló a los miembros de la prensa rollos de papel higiénico con la portada del juego impresa) no es de extrañar que cada nuevo proyecto suyo genere cierta expectación en la comunidad.
Algunos podréis pensar que esta forma de proceder suicida, buscando siempre sorprender y arriesgarse, es el resultado de su (relativamente) reciente éxito y de estar bajo el auspicio de su propia compañía. Que en su carrera, como todo hijo de vecino, tuvo que trabajarse su camino a la fama con proyectos de menor importancia y mucho más convencionales en los que pocas de sus descabelladas ideas tuvieron cabida. Nada más lejos de la realidad. Precisamente de este fulgurante debut y su primer título como director de un proyecto es de lo que os vengo a hablar hoy. Vamos a ver por qué un, a priori, sencillo juego de Wrestling generó tantísima polémica en un país tan permisivo como Japón. Vamos a hablar, como no, de Super Fire Pro Wrestling Special para Super Famicom.
Para los que no la conozcáis, la saga Fire Pro Wrestling esta formada por una enorme cantidad de títulos de lucha libre que han tenido siempre un gran calado en tierras niponas, habiendo sido exportados al resto del mundo en contadísimas ocasiones. Aunque carecía de licencias oficiales (sus personajes se parecían «sospechosamente» a leyendas del wrestling como Hulk Hogan o Rick Flair). Su trabajadísimo sistema de agarres y su potente editor de personajes lo hacían irresistible para los usuarios más exigentes.
Nuestro amigo Suda51 entró a formar parte de Human entertainment justo a tiempo para colaborar como guionista de apoyo en Super Fire Pro Wrestling 3 Final bout, gracias a su amplísimo conocimiento sobre lucha libre (era uno de sus mayores hobbies). Los buenos resultados del título y su valiosa aportación le valieron un sorprendente voto de confianza, siendo nombrado como director de la futura secuela de la saga: Super Fire Pro Wrestling Special. Un movimiento verdaderamente inusual si tenemos en cuenta que Goichi Suda había llegado hace relativamente poco a Human y que le estaban cediendo una de las joyas de la compañía para que hiciera y deshiciera a su antojo.
Sea como fuere, Goichi Suda se hizo con los mandos, y aproximadamente un año más tarde Super Fire Pro Wrestling Special apareció en las tiendas niponas. En principio el título parecía seguir las directrices impuestas en la saga desde que en 1989 apareciera por primera vez en PC Engine, reuniendo en un solo cartucho (sin licencia, por supuesto) a los mejores wrestlers de las distintas federaciones. Su sistema de control permaneció prácticamente inalterado con respecto a su antecesor y su apartado gráfico mejoró en cuanto a definición de los personajes y animaciones, con más frames por movimiento que lograban mejoraban la fluidez de lo que se veía en pantalla. A pesar de dichas mejoras, el título fue vapuleado en Japón y está considerado como uno de los peores juegos de la franquicia. ¿A que se debieron semejantes críticas? ¿Por qué se atacó con tanta dureza a un título que, al menos, era una ligera evolución de un exitoso título anterior? Pues precisamente porque la parte que nadie esperaba que pudiera fallar, falló: el guión.
Suda51, en un intento de hacer algo diferente, decidió que ya estaba harto de las planas historias que contaban todos los juegos de lucha libre existentes hasta el momento. Había que dotar al guión del juego de dramatismo y de cierto toque épico. Lo cierto es que se le fue la mano bastante, creando una historia bastante oscura que no gustó en demasía y cuyo desenlace sigue siendo uno de los finales más sorprendentes de la historia de los videojuegos.
Ya desde el principio la historia se presenta como inusualmente oscura con respecto a otros juegos de la misma temática. Controlamos a un luchador novato cuyo sueño es ser el más grande, un camino lleno de esfuerzo, sacrificio y -sobre todo- sufrimiento, ya que a lo largo del mismo la desgracia parece cebarse sobremanera con nuestro personaje. A la habitual serie de dolorosas derrotas ante los luchadores más poderosos (algo habitual en este tipo de títulos) se unen una serie de eventos que van dando forma a los trágicos sucesos finales.
Durante un combate contra uno de sus mejores amigos, un mal movimiento provoca que nuestro personaje acabe involuntariamente con la vida de este, un hecho que marcaría a cualquiera. Por si eso os parece poco, unos minutos después el pobre tiene que presenciar inmóvil como un desconocido asesina a su entrenador de forma sucia. Para añadir más leña al fuego, justo en la previa al combate final es abandonado por su chica (que precisamente era la hermana de otro luchador). Y ya en la batalla definitiva nuestro héroe presencia como el malvado Dick Slender (clon para la ocasión de Rick Flair) asesina a su compañero de equipo y confiesa haber asesinado también a su entrenador. Vamos, que controlamos a la versión hormonada de Marco, porque más desgraciado no se puede ser.
Después de derrotar a Dick Slender y con todos sus fans vitoreándole como el nuevo campeón mundial que es, nuestro luchador se pregunta si el esfuerzo ha valido la pena, al no tener nadie con quien compartir el éxito y haber perdido lo que más le importaba en el mundo. En ese momento, el protagonista revela que entró a competir simplemente para superar una profunda depresión en la que estaba inmerso. Ya sin nada por lo que luchar y sin nadie a su lado, el nuevo campeón mundial decide suicidarse en su casa tres días después con un tiro en la cabeza (¿?)
Evidentemente, semejante disparate no pasó desapercibido en Japón, país de arraigada tradición por los videojuegos y la lucha libre en el cual el quitarse la vida no es un tema que pueda precisamente tomarse a la ligera (su índice de suicidios es extremadamente alto con respecto al resto del mundo). Pero a pesar de las críticas y del enfado de prensa y jugadores, el juego no sufrió ningún tipo de restricción ni censura, pasando sencillamente a ser un «objeto no deseado» entre los aficionados japoneses.
Por supuesto, Goichi Suda siguió trabajando en Human sin ningún tipo de penalización por el «Wrestlingate» hasta que en el año 1998 decidió dejar la compañía para embarcarse en la creación de su propia empresa. Un verdadero genio cuyo talento ha terminado germinando a nivel mainstream, pero que nunca ha dejado de lado los principios con los que llegó al mundillo. Aunque estos le podrían haber llevado fuera del mismo mucho antes de lo que él hubiera esperado…
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