Streets of Rage: puños al desnudo
Érase una vez una hermosa ciudad. Una urbe llena de vida y felicidad. Sin embargo, una misteriosa organización criminal se ha apoderado de ella. Ha hecho suyos a los gobernantes y a la policía, ya que todo el mundo tiene su precio. Nadie está ahora a salvo en ella
En medio de este caos, tres jóvenes policías van a poner fin a esta situación. Oponiéndose a sus superiores, tratarán de acabar con el Sindicato atravesando las Calles de la Ira…
1991 vivió el nacimiento de una de los beat ‘n up más recordados por los jugadores. La saga Streets of Rage (Bare Knuckle en Japón) surgió como parte de la estrategia de Sega de dotar a Mega Drive de un catálogo de títulos exclusivos suficientemente atractivo para aguantar el empuje de la Super NES. Así, tomando como referencia principal a Final Fight, el Team Shinobi creó una nueva franquicia que nos regaló tres fantásticas entregas.
Streets of Rage
La primera entrega de la saga Streets of Rage cuenta la historia de tres jóvenes policías, Axel Stone, Adam Hunter y Blaze Fielding, que viven en una ciudad totalmente controlada por un sindicato criminal. A pesar de la oposición de sus superiores, este trío de defensores de la ley recorrerán la ciudad para erradicar de raíz al misterioso sindicato.
Jugablemente se trata de un beat’n up de desarrollo bastante clásico, en el que avanzamos según vamos derrotando a distintos enemigos. Sin embargo, no está exento de innovaciones.
En primer lugar hablar de la interacción con los enemigos. Podemos agarrarlos y según nos coloquemos delante o detrás de ellos (podemos cambiar pulsando el botón de salto) realizaremos uno u otro golpe. Esta misma filosofía puede emplearse para realizar ataques conjuntos entre dos jugadores, en el que uno agarra al otro y lo lanza contra sus adversarios en un ataque de gran potencia. Los creadores de Shinobi tampoco se resistieron a poner un ataque de gran potencia (como la magia del juego del ninja), en el que uno de nuestros compañeros de la policía nos echaba una mano.
Los escenarios son bastante variados, aunque no se salen de los cánones establecidos en el género. Empezando en el distrito comercial, posteriormente nos dirigimos, atravesando las calles de la urbe (con un combate contra un primo de Freddie Krueger), a la playa, en donde nos enfrentaremos con un wrestler que parece sacado de la WWF. Atravesaremos un puente por el que llegaremos hasta el muelle, en donde tomaremos un barco que nos conducirá a las instalaciones industriales del Sindicato. Tras abandonarlas, tomaremos un ascensor que nos llevará al edificio desde el que la malvada organización gobierna la ciudad.
Otra de las novedades es que existen diversos finales. Según las decisiones tomadas antes de la lucha contra el jefe final, Mr. X, la ciudad se dirigirá hacia una época de prosperidad… u otra era de terror. Curiosamente, en una partida de dos jugadores, cada uno puede tener una visión distinta de cómo serán las cosas…
Finalmente, destacar la excepcional banda sonora de Yuzo Koshiro, ese genio creador de brillantes partituras como The Revenge of Shinobi o ActRaiser, que destapa el tarro de las esencias con una selección de música difícilmente olvidable.
Streets of Rage 2
A finales de 1992 Sega, y debido al gran éxito del primer juego de la saga, decide continuar la franquicia con el que, tal vez, sea el mejor juego de la saga. Streets of Rage 2 pone en serios aprietos aquello de «segundas partes nunca fueron buenas», potenciando las virtudes del primer juego hasta extremos insospechados.
Se empleó un cartucho de 16 Mb, el doble que en la primera entrega, para recrear el resurgir del sindicato y la vuelta de nuestros policías favoritos a las calles para repartir mamporros. Del reparto original se mantiene a Axel y a Blaze, mientras que Adam Hunter, secuestrado por el sindicato, entrega el relevo a Skate Hunter, su hermano (Sammy en el original japonés), un joven de gran agilidad aunque escasa fuerza. Como contrapunto, el luchador Max remata el cuarteto de justicieros, con un estilo de lucha muy contundente, aunque de escasa velocidad.
Debido a la mayor memoria disponible, se aumentó de forma notable el tamaño de los personajes, así como la calidad de las animaciones. Aunque se prescindió de ciertos elementos del título original (las magias o los ataques combinados a dos jugadores), se ganó en nuevos ataques (como el especial, que resta vida, al igual que en Final Fight, o el adelante, adelante, ataque, especialmente efectivo en el caso de Axel)
La música sigue bajo la batuta de Yuzo Koshiro, con otra excelente banda sonora, en la línea del juego anterior.
Las fases son de mayor tamaño que en el primer juego, y más variadas. Comenzamos de nuevo en las calles, para adentrarnos en un misterioso bar regentado por un tal Barbon. Tras derrotarle, atravesaremos el puente que une ambas márgenes de la ciudad para llegar a un misterioso parque de atracciones, en el que se guarda más de un secreto.
Tras salir del parque, llegamos al estadio de beisbol, que esconde un misterioso ascensor que desciende hasta una arena en la que combatiremos frente a un primo del wrestler de la primera entrega. Tras acabar con el, tomaremos un barco en dirección a la jungla, en donde se oculta una fábrica de armamento (y robots) del Sindicato. Conseguimos llegar hasta la sede de la organización y, de nuevo, nos enfrentamos contra Mr. X y su lugarteniente, Shiva.
En lo jugable, como decíamos, potencia todos y cada uno de los puntos fuertes del anterior juego, diversificando el plantel de luchadores y realizando un trabajo gráfico encomiable.
Streets of Rage 3
Streets of Rage 3 fue la última entrega de la saga de los luchadores callejeros. Planteada más como una evolución de la anterior entrega que como un juego de nueva planta, los seguidores de la saga discrepan sobre si merece ostentar el trono de la saga.
En un cartucho de 24 Mb, nuestros amigos deberán salvar de nuevo a la ciudad. Una misteriosa organización está colocando bombas en la capital, y diversas personalidades han sido secuestradas. Nuestro objetivo, como siempre, es resolver esta delicada situación.
El plantel de luchadores varía ligeramente con respecto a la segunda entrega: Axel, Blaze y Skate continúan con nosotros, pero Max cede su puesto al Doctor Zan, un científico con cuerpo mecánico que guarda valiosa información sobre el misterioso enemigo.
El manejo del personaje es, sin duda, el mejor de la serie. Ahora todos los jugadores pueden correr, tanto hacia los lados como hacia arriba y abajo. Vuelven los ataques combinados entre dos jugadores, y el ataque especial que nos quitaba vida en la segunda entrega ahora podemos emplearlo, con moderación y no de manera infinita, sin preocuparnos de que nos quite energía. El juego, además, premia a los buenos jugadores, potenciando hasta en tres niveles nuestros ataques especiales si conseguimos que no nos maten.
El juego presenta diversas rutas. Tanto distintos caminos dentro de una misma fase (por ejemplo, en la quinta fase, si rompemos ciertos elementos del escenario accederemos a nuevas habitaciones) como rutas que definen el final del juego, con una última fase exclusiva de cada línea argumental.
Comenzamos en los almacenes del puerto, buscando un barco que puede contener las bombas. Tras derrotar a Shiva, atravesaremos las calles de la ciudad hasta un club regentado por Mona & Lisa, en donde descubriremos una pista que nos llevará a un edificio en construcción. En su azotea nos encontraremos con un inesperado enfrentamiento.
Continuamos por los túneles del metro, que conducen hasta un misterioso templo subterráneo, por el que accedemos a las instalaciones del Sindicato, en donde nos enteramos que el jefe de policía ha sido secuestrado.
Según nuestras acciones en su rescate, podremos acceder a una de las dos rutas argumentales. En la primera nos dirigiremos al Ayuntamiento, mientras que en la segunda lucharemos en una misteriosa y apartada instalación industrial.
¿Qué falla, os preguntaréis? En primer lugar, la música, que no llega al nivel de los juegos anteriores y se queda en una partitura que no destaca en absoluto. En segundo lugar, aunque enemigos y fases son distintos, la sensación de reutilización de ideas y situaciones frente al juego anterior, sobre todo en cuanto a sensación general. Estos puntos no le hacen, ni mucho menos, un mal juego, pero le restan puntos que lo alejan de la excelencia.
Al contrario que los dos títulos anteriores, las diferencias entre las versiones japonesa y occidental son especialmente notables, debido al tijeretazo censor realizado en Estados Unidos. La trama se cambia, aparecen medias tapando piernas, se modifican los colores de los personajes principales y, quizá el más llamativo de los cambios, se elimina a Ash, un personaje seleccionable secreto, para evitar que algo ceñido al cliché y a la estética homosexual apareciese en Occidente. Además, la dificultad del juego es bastante superior en la versión occidental.
El juego cuenta con dos personajes secretos: Roo, un canguro contra el que luchamos en la segunda fase, y Shiva, el jefe de la primera fase, y con el que el juego se convierte en un paseo.
Posibles secuelas: rumorología
En los años siguientes numerosos rumores sobre la continuación de la saga surgieron de los mentideros habituales.
Como datos curiosos, decir que Core Design (sí, los creadores de Tomb Raider) realizaron su propia versión de la saga. Tras presentarla a Sega, la compañía japonesa no apoyó su proyecto. Sin embargo, los ingleses consiguieron publicar el juego bajo su sello como Fighting Force.
También circulan por youtube varios videos de una versión preliminar de Streets of Rage 4 para Dreamcast, que no llegó a buen puerto.
Actualmente la franquicia está en punto muerto, y Sega no tiene planes conocidos de revivirla. Su última aparición fue en el recopilatorio Sega Mega Drive Ultimate Collection, en el que están las tres entregas de la saga.
Streets of Rage Remake
Y debemos dejar para el final la guinda del pastel. Hoy en día la saga sigue viva gracias a la titánica labor de Bombergames, que realizan una versión del juego titulado Streets of Rage Remake, en el que sin duda es uno de los mejores y más ambiciosos juegos no profesionales programados en la actualidad. Dentro de poco publicarán su versión definitiva, pero hasta entonces podremos disfrutar como nunca de la lucha a puño descubierto.
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