Street Fighter II V: las otras aventuras de Ryu y Ken
Street Fighter II fue un gran boom a principios de la década de los 90′. En cada bar poseían una recreativa con alguno de los Street Fighter II de aquella epoca: el SF II’, el SFII Hyper Fighting o cualquiera de las múltiples versiones modificadas pirata. Cada tarde, al salir del colegio, una legión de niños se amontonaba en los bares o salas arcade del barrio para echar unos antológicos piques a lo que era el juego del momento. Con la llegada de Super Street Fighter II, seguimos flipando en colores pero el fenómeno empezó a sufrir un lento pero apreciable declive.
Durante el curso de 1996, un chico de clase anunció a bombo y platillo que en el canal autonómico catalán iban a emitir el final de Dragon Ball Z en horario nocturno, precedido nada más y nada menos que por una serie de animación de Street Fighter II. Yo, personalmente, quedé muy intrigado y con muchas ganas de ver a Ryu y Ken en la pequeña pantalla, pero en aquel momento llamó más la atención la emisión del desenlace de Dragon Ball Z. El caso es que cuando empezaron ambas series, los chicos del instituto quedaron completamente enganchados a Street Fighter II V, hasta el punto que en la hora del patio sólo se hablaba de esta serie, dejando de banda, por increíble que parezca, a la mismísima obra magna de Toriyama.
Dejando las historias colegiales de lado, la serie de anime de Street Fighter II V consta de 29 capítulos y está dirigida por Gisaburo Sugii, el mismo director que la fastuosa Street Fighter II: The Animated Movie. La serie narra las aventuras de unos jovenzuelos e inexpertos Ryu y Ken, que emprenden un viaje por todo el mundo para enfrentarse a los mejores luchadores (siempre quedará grabada en nuestra retina la gran paliza que Guile propina a Ryu en el bar de copas), a los que se unirá luego una quinceañera Chun-Li. Sin darse cuenta, nuestros amigos se verán involucrados en los oscuros planes de Vega -sí, nuestro Mr. Bison, ya que en TV3 respetaron los nombres originales japoneses- y Shadaloo.
(La inmensa paliza que le da Guile a Ryu es uno de los momentos más recordados de la serie)
Algo más tarde pude comprobar cómo también aparecían las cintas VHS, editadas por Manga Video, con 3 capítulos por entrega. El problema fue que la serie quedó inconclusa y sólo pudimos ver el final los que la seguíamos en el susodicho canal autonómico (o en el antiguo Buzz de Vía Digital, si no me equivoco). Algún tiempo después Hobby Consolas empezó a incluir cintas de anime, entre ellas la serie que nos ocupa (además de Ranma ½, Tekken y, sobre todo, Dragon Ball)
Por lo visto la serie no obtuvo el éxito esperado en su emisión en TV y mucho menos en su edición en vídeo. En Japón también pudo considerarse un fracaso y sólo en Estados Unidos gozó de éxito, hasta el punto que los yankees quisieron hacer ellos mismos una continuación, aunque afortunadamente Capcom Japón les paró los pies.
Los motivos de su escaso éxito son las libertades que se tomaron los guionistas y diseñadores a la hora de realizar la serie. Por ejemplo, Ryu no es un taciturno karateka sino un inmaduro y fanfarrón adolescente, con el pelo de punta y sin la característica cinta roja en la frente. Chun-Li no lleva su particular traje, sino una especie de versión modificada, y en general todos los personajes están algo cambiados, además de otros como Honda, Dee-Jay o T-Hawk, que directamente ni aparecen. El guión también tomaba nuevos derroteros, ciertamente alejados de la fidelidad de la película de animación, aunque cabe decir que nunca llegaron al nivel de incongruencia de la versión cinematográfica de Van Damme, por ejemplo. El cambio en el guión y la personalidad de los protagonistas no acabó de cuajar entre los japoneses y la serie fue perdiendo patrocinadores y por lo tanto presupuesto, hecho que explica la bajada de calidad de animación en la última mitad de la serie.
Aun así, me veo obligado a romper una lanza a favor de la serie, tan criticada por la mayoría de los fans. SF II V es una serie entretenida y hasta el capítulo 15 (la gloriosa lucha de Ken contra Balrog -nuestro Vega-) me atrevería a decir que es un anime excepcional. Tiene humor, grandes combates y unos carismáticos protagonistas que, aunque con personalidades algo cambiadas, son absolutamente reconocibles y a los cuales se les coge cariño enseguida. Otro punto importante es poder ir siguiendo las aventuras de Ryu y compañía episodio tras episodio, viendo como evolucionan y se enfrentan a situaciones de lo más variopinto (la película quizás se queda corta si eres fan de la serie y quieres saber más sobre los protagonistas). El diseño de personajes, aunque peca de ser demasiado innovador, es realmente bueno, y la música es otra de sus grandes bazas, con un inolvidable opening (cambiado por los americanos por una ‘canción’ absolutamente infame).
Una de las curiosidades más destacables de Street Fighter II Victory (que es lo que significa la enigmática ‘V’) es que, al estar realizada antes que Street Fighter Alpha -empezó a emitirse en Japón en Abril de 1995-, Nash aparece en la serie con un aspecto completamente diferente al que tendría posteriormente. Curiosamente, el Nash del anime tiene un gran parecido al actor francés Jean Reno. En cuanto a la parte final de la serie, sólo podemos destacar el ataque de Guile y Nash a la base de Shadaloo (con el triste desenlace para Nash que todos sabéis) y el aprendizaje por parte de Ryu Y Ken del Hadou Hadouken y el Hadou Shoryuken respectivamente, la versión potenciada de sus característicos ataques. Un final que podría haber sido inolvidable pero que por sus carencias técnicas y sobretodo la cantidad de escenas repetidas (por la anteriormente comentada falta de presupuesto) se queda en un final normalito. Aun así, esta serie es muy recomendable para los fans de SF, así que todo el mundo que no la haya visto a estas alturas, debería darle una segunda oportunidad.
Deja tu huella
Crea tu avatar