Spectrum: el arte de Azpiri para los 8 bits
Para mí es un placer escribir para Pixfans, un blog que sigo diariamente, este artículo que espero que os guste, porque sé que muchos de vosotros, como yo, sois jugones de la vieja escuela, que conocisteis los 8 bits y las recreativas. Soy José Oliver, guionista del cómic El joven Lovecraft, y escribo el blog Cisne Negro (normalmente sobre arte y cultura, pero también a veces sobre videojuegos y nostalgia digital), y hoy me gustaría hablaros sobre la reciente edición por parte de Planeta de un libro que a muchos de vosotros encandilará: se trata de Spectrum, una recopilación de las portadas que hizo Alfonso Azpiri para el mercado de los videojuegos de la época de los 8 bits en España, a finales de los 80 y principios de los 90.
Seguramente algunos de vosotros, como yo, vivisteis esa época feliz de los ordenadores de 8 bits, de comprar (o grabarnos) videojuegos en cinta de cassette, durante esa Epoca de Oro de la industria del videojuego en España, la mayoría de las portadas más recordadas de los juegos de empresas como Topo, Dinamic u Opera fueron realizadas por el ilustrador Alfonso Azpiri. Juegos como Phantomas, Army Moves, Black Beard, Tuareg, Mad Mix Game, etc., que constituirían para muchos la puerta de entrada a un universo nuevo. Es más, en muchas ocasiones, como ya he leído en algún post anterior en este mismo blog, el usuario que quería hacerse con un nuevo juego, muchas veces no tenía más referencias que lo poco que hubiera podido leer en alguna Micromanía de la época, la escueta sinopsis del juego en el reverso de la caja de cassette, y esas subyugantes portadas que te impelían a comprar el juego, a pesar de que luego fuera decepcionante. Muchas veces un juego entraba por su portada, y eso lo sabían los productores, que confiaban en el buen hacer de Azpiri para ello.
Hace un par de años coincidí con Azpiri en una firma de libros en el FNAC de Madrid, y le comenté que admiraba su obra desde esa época. Me comentó que estaba dándole vueltas a un libro que recopilara todo ese material y al que le gustaría llamar Spectrum, como el ordenador de 8 bits para el que fueron diseñados algunos de esos videojuegos. Me explicó que en muchas ocasiones, él no tenía ni siquiera una referencia para poder empezar a trabajar, ni un diseño de personajes ni un proyecto empezado. «Era cuestión de que podían llamarnos y nos decían ‘queremos hacer un juego sobre el Titanic’. Y así, sin más, uno se ponía a dibujar lo que le sugería la idea que le habían dado, pero muchas veces no había más.» Esta anécdota también aparece en el libro. De hecho, algunas de las portadas que aparecen en el libro quedaron inéditas porque nunca llegó a concluirse el proyecto para las que habían sido realizadas (Alhambra Tales, Minotauro, etc.). Junto a ellas, todas las portadas que podáis recordar de Azpiri: Lorna, Mot, Viaje al Centro de la Tierra, Nonamed, Corsarios… Además de algunas ilustraciones suplementarias que el autor hizo como promoción y un índice de portadas con datos de publicación y pequeñas capturas de los juegos.
Concluyendo, tanto si sois fans de las maravillosas ilustraciones de Azpiri como si vivisteis aquellos años y queréis recordar aquellos dulces momentos de esperas de carga con vuestros cassettes, tenéis que haceros con Spectrum. Son 130 páginas a color y tapa dura que publica Planeta. No os decepcionará.
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