Shovel Knight
Hace ya un tiempo que los videojuegos considerados triple A no me acaban de llamar la atención, y son pocos los que me enganchan como antaño. La mayoría los pongo, me los paso y poco más, sin efectuar misiones secundarias o ir a buscar siempre la enfermiza partida con el 100% completado.
No obstante, gracias a la aparición de los indies, han salido a la luz diferentes joyas de bajo presupuesto y que, en muchos casos, respiran un aire retro y de nostalgia que me llama mucho la atención. Si a esto le añadimos que algunos atesoran una calidad excelente (aunque también hay bazofias dignas de mención), la combinación mejora y ya me lo han vendido.
Dicho esto, voy a efectuar un análisis bastante personal, subjetivo y sin poner una puntuación numérica final al último juego indie que he disfrutado como si fuera un niño, os hablo de Shovel Knight, un plataformas de la vieja escuela.
Gráficos
Aquí no vais a encontrar texturas en HD y unos gráficos hiperrealistas y plagados de espectaculares efectos, sino todo lo contrario, estética 8 bits, donde conviven los sprites con píxeles que se perciben a simple vista y los colores llamativos. La intención no es mostrar gráficos realistas, sino que parezcan sacados de una videoconsola antigua, y se nota.
Por un lado tenemos al personaje, enemigos y demás objetos en primer plano, los cuales son bastante variados, bien definidos y coloridos, utilizando los juegos de colores para efectos de sombra y transparencias, por ejemplo. Las animaciones son muy fluidas y los humildes efectos cumplen perfectamente.
Por otro lado existe el paisaje de fondo, que sin ser de una gran elaboración y preciosidad, siempre resulta acorde con la temática de la pantalla en cuestión, incluso ofreciendo en algunos momentos unas vistas que son dignas de admirar durante unos instantes.
El videojuego está formado por alrededor de 20 pantallas, contando aldeas y fases extra, todas ellas con una temática propia y bien diferencias unas de otras, lo que les ayuda a tener personalidad propia. Por ejemplo tenemos la campiña, el laboratorio o el cementerio.
Por último, todos los menús son una clara referencia a los de 8 bits, utilizando fuentes de letra pixeladas e iconos simplistas, pero que cumplen perfectamente con su misión.
En conclusión, se ha dado un aspecto retro muy sólido a todo el videojuego, que te llega a trasladar por momentos a tu infancia y a perder la noción de que lo estás jugando en una Wii U, pudiendo pasar perfectamente por un videojuego de NES.
Sonido
Los efectos de sonido son resultones y cumplen con su cometido, aunque no hay mucha variedad ni tampoco sorprenden por su originalidad.
Respecto a las músicas, son influenciadas claramente por las videoconsolas de 8 bits, siendo composiciones repetitivas hasta decir basta y en formato midi. Las melodías entre sí están bien diferenciadas, pero cuando llevas un rato escuchando la misma llega a cansar. Se hubiera agradecido que cada tema tuviera un poco más de variedad en sí misma.
Además, la música te pone en tensión en ciertos momentos en los que hace falta concentración, algo que no es malo, ya que seguramente es la intención que se buscaba, como en los videojuegos de antaño, pero llega a ser algo estridente en momentos puntuales.
A continuación os dejo toda la banda sonora:
Jugabilidad
El control es simple e intuitivo, utilizando solo la cruceta y dos botones para poder efectuar todas las acciones. Como en la vieja escuela, y debido a esto, también nos encontraremos ciertas «putadas» que de primeras no nos esperamos que nos harán morir por novatos.
La respuesta del personaje a nuestros movimientos es inmediata y fluida, dando una experiencia de uso realmente excelente. Los enemigos tienen todos patrones diferentes, aunque cada uno solo dispone de un mismo patrón, a excepción de los enemigos finales (uno por pantalla), que poseen 3-4 patrones diferentes.
Completar el videojuego no te debería llevar más de unas 4 horas, adquiriendo todas las mejoras del personaje (magia, vida, mejoras de la pala, reliquias y diferentes armaduras), pero si quieres encontrar todos los pergaminos y conseguir todos los logros, la vida se puede alargar tranquilamente por encima de las 20 horas, además de que una vez conseguido todo, es muy probable que quieras volver a jugar en un futuro.
La primera partida es a una dificultad normal tirando a baja, siendo apenas un reto completarlo para jugadores curtidos en plataformas antiguas, aunque siempre puedes destruir los puntos de control para elevar la dificultad. Una vez completado, se desbloquea la dificultad «+», donde ahí si que supone un verdadero reto completar el videojuego, pero sin llegar a desesperar en ningún momento.
Shovel Knight nos ofrece variedad de pantallas (aunque son escasas), rutinas, enemigos y situaciones, teniendo una personalidad bien marcada y única para cada una, lo que nos transmite la sensación de que todo es diferente y nuevo y no son un copiado y pegado entre unas y otras.
Valoración final
Estamos hablando de un señor videojuego de plataformas, el cual me ha transportado a mi infancia, haciéndome estar enganchado al mando hasta completarlo al 100%, y siempre con la típica frase «una partida más y lo dejo«. Si disfrutabas de pequeño con los plataformas de la época, te va a encantar, y vas a soltar alguna sonrisa y lagrimilla mientras estás jugando.
Por ponerle un par de peros, le achaco dos cosas. Primero la banda sonora, que en momentos puntuales está por debajo del resto del videojuego, y segundo que son pocas pantallas para un plataformas, cosa que provoca que te lo conozcas prácticamente de memoria una vez completado la primera vez.
Podrían haber añadido la opción de poner la música como la del vídeo…
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