Ron Perlman (Ídolos dorados)
Se dice, se cuenta, se rumorea que Mike Mignola y Guillermo del Toro se reunieron al comenzar a desarrollar la adaptación cinematográfica de Hellboy. Como es de recibo, el creador y el futuro director coincidían y discrepaban en algunos puntos, ambos pensaban que prácticamente todo era negociable excepto una cuestión muy concreta: el papel protagonista. Uno le dijo al otro que estaba dispuesto a dar su brazo a torcer en muchos aspectos, pero no en aquél; y el otro le dijo que el protagonista ya lo tenia decidido desde hace tiempo. Menudo dilema, podría haber sido lo que los ingleses llaman un «deal-breaker» y nos podríamos haber quedado sin adaptación. Pero ambos dijeron a la vez Ron Perlman. Y eso fue bueno.
Recuerdo el momento en que me contaron, en mi tienda de cómics habitual, quién iba a protagonizar dicha película y mi respuesta mental fue «¿Y quién sino?». Era y fue, sin lugar a dudas, la mejor opción, quizás la única. Luego la película salió como salió, decepcionó a muchos fans y no fue tan buena como esperaba el público. Pero no es de lo que quería hablaros…
Ron Perlman, ha sido y será un actor fácilmente reconocible, su apariencia limita los papeles que le ofrecen: siempre de tipo duro. Por ello le lastra en algunos aspectos a la hora de conseguir papeles, pero le ha granjeado una posición eminente entre esos actores secundarios fáciles de reconocer, aunque poco conocidos.
El papel que le dio un empujoncito hacia la fama, fue algo premonitorio: de Bestia (Vincent) bajo varias capas de maquillaje en la televisiva serie Beauty and the Beast (La Bella y la Bestia), junto a Linda Hamilton (sí, la Sarah Connor original). Otro papel, como el de Hellboy que nació para él. Por que, admitámoslo, tiene una estructura ósea digna de un cruce entre André El Gigante y un Neandertal (sin ánimo de ofender). Hablando de antepasados, uno de sus primeros papeles fue el de Amoukar, en la cinta de Jean-Jacques Annaud, La guerree du feu (En Busca del Fuego) que, cómo muchos de vosotros, vi en clase de ciencias naturales.
Mr. Perlman ha encarnado más de un papel con alto componente friki: también de la mano de Guillermo del Toro apareció en Blade II con un corte de pelo poco favorecedor, en la piel de un carismático personaje llamado Reinhardt cabecilla de una banda «de élite» de vampiros.
No obstante, más allá de su físico se caracteriza por una profunda y penetrante voz, que le ha servido muy bien a la hora de prestarla, ya fuera en videojuegos de la categoría de Halo 2 & 3, Fallout (en varias ocasiones), Tom Clancy’s HAWX 2, Narc o el videojuego (y la serie) de Afro Samurai. E incontables series y películas de animación como la reciente Tangled (Enredados), American Dad!, Star Wars: The Clone Wars, The Batman… Podríamos seguir, pero os hacéis a la idea ¿verdad?
Los aficionados a las series, concretamente a Sons of Anarchy (Hijos de la anarquía) lo recordaréis como Clarence ‘Clay’ Morrow y los que tengáis algo más de edad lo habréis visto como el gigantón One en La cité des enfants perdis (La ciudad de los niños perdidos), con el director Jean-Pierre Jeunet, popularmente conocido por Amelie, volvió a trabajar en la denostada Alien: Resurrection (Alien resurrección). Aún a riesgo de linchamiento público y ataques a mi persona debo confesar que me gustó mucho la película. Sobretodo porque (como los más avispados ya habréis recordado) en ella aparece mi primer ídolo dorado: Brad Dourif.
Es uno de esos actores secundarios que han llegado a protagonistas, con más o menos fortuna. Un rostro familiar, en parte por su rostro hosco, que contrasta con esos pequeños ojos azules. No cabe añadir más. Recordad su cara, cosa fácil, y su nombre. Y si no podéis no os preocupéis: no hace falta conocerlo para poder apreciar su versatilidad, aunque esté tan encasillado como otros tantos, el cine es lo que es, nos tiene que entrar por los ojos y una figura como la suya dificilmente se podrá ver en papeles delicados: el público (que somos nosotros) no lo asumiría con facilidad.
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