Seven Kingdoms – Ancient Adversaries

Existieron otros Siete Reinos…

He de reconocerlo, pese a mi pasado de joven estratega consumado, a día de hoy ya apenas juego en PC. A tenor de la poca chicha existente en cuanto a estrategia consolera (una pena que no se desarrollen más juegazos como Civilization: Revolution), asumiréis que simplemente apenas puedo disfrutar del género a día de hoy. Por desgracia no solo carezco de un equipo adecuado para ello, tampoco dispongo de tiempo para dedicar al que siempre ha sido y aún es uno de mis géneros predilectos, y que por su naturaleza (y la mía) me impide atenerme a esa promesa de jugar alguna partidilla corta que invariablemente acaba por convertirse en una maratoniana sesión de rushes, clicks derechos y escaramuzas varias. Que la guerra no se gana en un rato, leñe. Sin embargo, siempre tengo un buen puñado de juegos viejunos de estrategia instalados y listos para la acción, a los que religiosamente vuelvo de vez en cuando.

Uno de ellos es Seven Kingdoms, una de esas pequeñas obras de arte injustamente ignoradas en su momento. Su nada desdeñable complejidad y la ausencia de una campaña de promoción a la altura provocaron que el juego quedara sepultado bajo una importante cantidad de programas mediocres con la estrategia como base. Por si fuera poco, el juego de Trevor Chan y el equipo de Enlight Software tuvo que competir con no pocos títulos de renombre como Command & Conquer: Red Alert, el Myth: The Fallen Lords de la Bungie pre-Halo y nada menos que un señor Age of Empires, todos ellos ya en el mercado a finales de ese 1997 que vio nacer al peculiar RTS del que hablamos. Para rematar la faena, la llegada del incombustible Starcraft (1998) supuso el último clavo en la tapa del ataúd de la obra de Chan. A perro flaco todos son pulgas, amigos.

El alzamiento de un nuevo rey

Pero nunca es tarde si la dicha es buena, y tanto si conocías el juego como si son las primeras noticias que tienes de él, ahora es un gran momento para probarlo. Gracias al incansable trabajo de algunos aficionados de 7kfans.com, y a la generosidad de Trevor Chan y Bjorn Lynne (diseñador y responsable de la música, respectivamente) desde hace algún tiempo podemos disfrutar de una versión libre y gratuita, tan fresca como la original y con bugs corregidos, además de actualizaciones periódicas y la expansión “Ancient Adversaries”. Podemos encontrarlo en los repositorios de Ubuntu, o en la página web de 7kfans para sus versiones Windows. De hecho no solo puedes encontrarlo, debes. Sin quererlo ya estás dentro, ya eres un rey. Le explicaré por qué, su Alteza.

Como Build & Battle de corte clásico que es, en Seven Kingdoms se nos propone construir todo un reino, reclutar un poderoso ejército y conquistar el mundo ya sea por el uso de la fuerza, la diplomacia u otras vías más o menos limpias. Para ello partimos de una aldea inicial y de nuestro rey (en el modo mapa aleatorio) o de diferentes escenarios predefinidos, que incluyen desde mapas con situaciones más que comprometidas a grandes reinos establecidos de antemano. En cualquier caso las opciones de personalización son prácticamente infinitas, dando lugar a un juego que constantemente ofrece nuevos retos y posibilidades dentro de su vastísima complejidad.

Para los jugadores más belicosos, cabe señalar que el sustento de nuestro reino y del juego en general es sin duda la economía, y no la guerra. En un juego claramente no enfocado al combate, nuestra habilidad para diseñar y mantener rutas comerciales, así como mantener la infraestructura de aldeas que compren esos productos son las que nos permitirán entrenar soldados y en su caso evitar su deserción a otros reinos por falta de fondos. Todo el sistema económico se basa en tres recursos que controlar. Construyendo una mina sobre un yacimiento de alguno de estos recursos (arcilla, hierro y cobre), extraemos la materia en bruto. Tras ello conectamos de alguna manera (directa o con caravanas) la mina con fábricas y de ahí al mercado. Todo ello debe estar al alcance de una aldea, para que nuestros campesinos puedan trabajar en los edificios de producción y por supuesto comprar los productos finales, llenando nuestras arcas en el proceso.

Con el oro como arma

La segunda gran fuente de ingresos es el cobro de impuestos a las aldeas, por lo que no es difícil imaginar que uno de los puntos importantes del juego es cuidar de las mismas, así como poner a nuestras órdenes cuantas más aldeas neutrales podamos. Centrándonos en las aldeas, éstas son las que diferencian a Seven Kingdoms del batiburrillo de juegos de estrategia de la época, pues cada aldea neutral cuenta con cierto número de aldeanos hasta cubrir un máximo de 60, y con una resistencia. Para conquistar la aldea, tenemos que reducir esa resistencia hasta 0, tarea que podemos llevar a cabo de muy diversas formas. La más sencilla, colocando una fortaleza y asignando un general y soldados, que irán minando la resistencia hasta que la aldea pase a nuestro bando.

A mayor capacidad de liderazgo del general (y dependiendo de otros muchos factores), con mayor brevedad nos ganaremos a los aldeanos. Ofrecerles trabajo en nuestros edificios, dinero, o la poco ortodoxa pero efectiva estrategia de pasar a cuchillo son otras posibilidades a considerar. Una vez bajo nuestro dominio, la aldea adquirirá el parámetro lealtad, y si retiramos la influencia de un general o nos pasamos de duros a la hora de recaudar impuestos, la aldea se alzará en armas con erótico resultado. Mantener nuestras aldeas a salvo del enemigo y robar las suyas se convierte entonces en motivo de frecuentes rifi-rafes con los otros reinos. Puede parecer complicado y de hecho lo es, pero por fortuna todos los conceptos básicos del juego se explican detalladamente en unos necesarios y prácticos tutoriales.

Por si no fuera suficientemente complicado, en el campo de batalla hay otros 6 reinos ávidos de recursos y dispuestos a borrarte del mapa a la mínima de cambio. Cada unidad de los 7 reinos existentes al inicio (Chinos, Japoneses, Normandos, Vikingos, Mayas, Persas y Griegos) más los tres reinos de la expansión Ancient Adversaries (Egipcios, Mogoles y Zulus) tienen mayor afinidad con sus propios conciudadanos, por lo que, poniendo un ejemplo, resultará mucho más fácil ganar una aldea normanda con un general normando. Por otra parte, la convivencia se complica cuantas más civilizaciones distintas compartan una misma aldea; suena políticamente incorrecto, pero en este juego la lealtad de nuestros súbditos cae en picado en estas aldeas multiculturales.

Guerra de razas

Sin embargo la multiculturalidad es imprescindible de cara al crecimiento de nuestro pueblo, y sobre todo, de nuestro ejército. Digamos que, a diferencia de otros juegos, no se pueden “crear” unidades de élite gastando recursos,quedando la opción de un pequeño desembolso para un entrenamiento básico, o un gasto importante para adquirir los servicios de mercenarios en las tabernas. En cualquier caso cada de unidad puede ser soldado, investigador, espía… pero seguirá teniendo las características propias de su civilización. Por eso una unidad de aldeanos persas, con ataque a distancia pero sumamente vulnerables en cuerpo a cuerpo, no llegará muy lejos si no es con el apoyo de otras tropas enfocadas al combate cuerpo a cuerpo como japoneses o vikingos. Combinar distintos tipos de unidades nos llevará a la victoria, con mayor efectividad aún si son apoyadas con buenos generales que mejoren sus parámetros. O quizás alcanzaremos el caos y una derrota honorable.

Sin duda la guerra no es la mejor manera de triunfar, o al menos no de modo exclusivo. Si aún así decidimos escoger la vía de las armas y contamos con un buen soporte económico, podremos investigar poderosas máquinas de guerra y navíos de varios tipos. No en vano nuestro éxito depende en mucha mayor medida de la diplomacia, el sabotaje, el comercio, el espionaje y nuestra capacidad para mantener cierta reputación y paz en nuestro reino. Comprar al general adecuado con un espía hace mucho más daño que enviar a nuestro ejército al fragor del combate, y os aseguro que es algo que experimentaréis por vosotros mismos…

Y es que la trabajada IA del juego será la primera en maquinar a vuestras espaldas, tejer alianzas y apuñalaros vilmente en el momento oportuno. Sus espías engrosarán nuestras filas inadvertidamente, y únicamente un sólido sistema de contraespionaje nos salvará de ver nuestro reino reducido a cenizas desde dentro, a manos de espías enemigos y aliados por igual.

Un último elemento del juego son los Fryhtans. Estos seres monstruosos habitan en guaridas, y suponen una buena fuente de ingresos y una oportunidad de entrenar (o perder) a nuestras tropas, si nuestras relaciones con los otros reinos nos lo permiten. No solo eso, acabando con el líder de una guarida Fryhtan obtenemos un pergamino de poder, también propio de cada civilización. Con él podemos construir la sede de poder, con la que invocar a seres sobrenaturales que nos ayuden de muy diversas maneras, ya sea trayendo la destrucción como es el caso del Thor vikingo o el dragón normando, o mejorando a nuestros combatientes como hace el Kukulkán maya.

Para terminar

A mi parecer aún actualmente este Seven Kingdoms sigue siendo uno de los mejores juegos de estrategia en tiempo real jamás creados. Sus particularidades le hacen distanciarse de buena parte de sus coetáneos, y si bien el apartado gráfico no pasa de ser decente, el acabado general resulta atractivo, y la jugabilidad exquisita. Atrévete a dominar este auténtico laberinto, y descubre esta joya que muchos aún no han podido apreciar.

DarkOuterheaven

Biólogo juntaletras, karateka, guitarrista y amante de lo indie en cualquiera de sus formas. Se rumorea que en una ocasión casi se terminó el Battletoads. Cuando no está pateando cosas, es fácil encontrarlo buceando entre material retro . ¡Síguelo en Twitter para ganar estupendos premios! O igual no.

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18 Respuestas

  1. Marlo y Claudio dice:

    Por desgracia nunca me han terminado de engachar esto juegos 🙁

  2. Maru Yoo dice:

    Hahaha Mi hermano tuvo ese juego, es más, creo q está oculto en algún lugar de la casa si no se tiró en la última «limpieza»… A mi me gustaba mucho, siempre me han molado este tipo de juegos.

  3. Franjo dice:

    Yo tenia el juego Seven Kingdoms II: The Fryhtan Wars. La verdad es muy interesante y para su época era una buena alternativa al Age of Empires.
    Para engancharse la verdad hay que dedicarle bastante tiempo a este tipo de juegos. Hoy por hoy el juego de estrategia que sigo de a poco es El señor del anillo: la guerra del anillo.
    Vamos a ver que tal esta version libre.

  4. ¡Juegazo! Ya tengo con esta versión libre juego para el netbook ^^

  5. ICEC00L dice:

    Que gran artículo. Realmente no soy un amante de este tipo de juegos, pues soy más de la acción directa y mi escaso tiempo me reduce jugar partidas cortas, pero en el análisis que has hecho me hiciste recordar mucho a lo que sentía cuando jugaba al Warcraft II en PlayStation, esa necesidad de abastecerse de recursos y además la enorme cantidad de estructuras que había. Como pasa el tiempo, y como los juegos van en desmedro, pues el Warcraft III no tenía ni la mitad de la magia del anterior.

    Excelente entrada amigo @DarkOuterheaven, tienes una forma de redactar muy buena.

  6. Gracias a todos. El juego en sí es magnífico, pero además el trabajo que se han pegado desde 7kfans es encomiable. Por no mencionar que eso de tener semejante juegazo corriendo en Linux a la perfección ya es un lujazo!

  7. Cpt. Amarao dice:

    Que tiempos aquellos, anda que no le he echado horas a este juego.

  8. cesarpunk dice:

    ¿de qué año es el juego? se ve bien interesante (uf y sobre todo para su época)… pues mi primer juego de estrategia fue el warcraft … pero sin duda el AOE 2 me dejó viciadísimo en éste tipo de juegos. Otro juego que me pareció muy bueno, original y que le tengo cariño es el Imperivm 2… creo que es uno de los poquísimos en el que cada unidad recibía experiencia y niveles (también los generales), también en éste juego vi por primera vez items para los generales y varias otras cositas… la época dorada de los juegos de estrategia.

  9. En el texto viene @cesarpunk, 1997 😉

  10. Elder Gaiden dice:

    Lo de la «resistencia» de las aldeas neutrales también lo vi en juegos como Imperium, en el que no puedes construir tus fortalezas o aldeas, sino que tienes que ir detrás de las que hay desperdigadas por el mapa tomándolas. Me lo apunto este juego, lo desconocía.

    Un saludo!

  11. Buen apunte @Elder Gaiden, si bien ya el Imperivm es del 2002. No conozco ningún juego anterior al 7k con ese concepto o similar ¿alguien sabe de alguno?

  12. Ley dice:

    Juegazo!! Junto al dungeon y el civ fueron mis primeros juegos de estrategia! Ya ni me acordaba. Gracias por rememorarlo!

  13. Chocobo dice:

    Me acuerdo que jugue este juago cuando tenia la 98 hace años ya.
    En ese entonces no le cazaba una y lo deje de jugar en poco tiempo. A ver si ahora le echo un vistazo.

  14. Gero Robs dice:

    yo aun tengo en «ISO» el » Kingdoms – Total Anihilation», una buena opción aparte de age of empires, y aun lo sigo jugando, muy bueno, y lo seguiré jugando aunque salga la playstation 6 o lo que sea que salga, saludos.

  15. ralk dice:

    «la aldea se alzará en armas con erótico resultado»

    ¿eh? ¿que? explicad esto, porque como usáis bizarro en su acepción inglesa, esto tampoco se entiende

  16. @ralk Con erótico resultado es una broma recurrente que hace Homer en un episodio de los Simpson. No tiene más interpretaciones :).

  17. Hidy dice:

    Lo tengo verdadero xD nunca e llegado a jugar del todo bien ya que se me rebelaban xD

  18. Majestic dice:

    como me gustaria pillar este juego

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