Jeanne D’Arc
No siendo hoy ni mañana, cualquier día de la semana
Muchos recordaréis, con más o menos nostalgia, esos tiempos ya lejanos en los que la llegada a Europa de nuestros juegos más esperados era cuestión de puro azar. El concepto hoy en día tan extendido de “importación” era materia de unos pocos afortunados, por no mencionar que el mero hecho de que un juego viniera traducido o incluso doblado al español era per se motivo de jolgorio.
Mientras la industria del videojuego sigue creciendo a una velocidad vertiginosa, aún tenemos el dudoso honor de ver como unos y otros se aprovechan impunemente de ese espíritu conformista que a veces llevamos por bandera los aficionados al aporreamiento de botones. La idea de llevar al público una película de cierto calado sin traducir haría enrojecer incluso al productor más avaro, y sin embargo no parece para tanto no digamos la no-traducción, sino la ausencia de distribución de cualquier juego, caso más sangrante aún si estamos ante uno de los mejores SRPG vistos hasta la fecha.
La guerra de los 100 años
Puede que el SRPG no sea, precisamente, un género de masas. Más allá del conocido e irremisiblemente ignorado Final Fantasy Tactics, series de la talla de Fire Emblem, Disgaea, o los magníficos Shining Force suponen un auténtico oasis para cierto tipo de jugadores que disfrutan enormemente esta aproximación táctica, a la vez que se sumergen en una historia que puede ser más o menos profunda, más o menos fantástica, pero con cierta solidez narrativa a fin de cuentas.
Esto llega a extremos tales que, en mi humilde opinión, Jeanne D’arc se expone más como un auténtico cuento, un libro abierto en cual los autores nos ofrecen una peculiar visión de la leyenda de Juana de Arco. Prescindiendo de cabo a rabo del rigor histórico, los japoneses de Level 5 entremezclan descaradamente la lucha histórica de Juana por liberar su Francia oprimida bajo el yugo inglés, con otra interpretación al amparo de la cual seres demoníacos y artilugios mágicos tienen mucho que decir en el futuro de la nación.
Las verdes llanuras de Domrémy
Quede claro desde el primer instante que el título apuesta por el color, con una más que atractiva estética super deformed y unos videos anime que atesoran una calidad fuera de toda duda. La pena es que para disfrutarlos en toda su extensión se requiere un nivel de inglés algo exigente. A dichas dificultados contribuye la ausencia de cualquier tipo de subtítulos, y la enorme variedad de acentos y distintos “dejes” lingüísticos de cada uno de los personajes, para entendernos, de la misma naturaleza que el clásico acentazo pseudo-ruso en nuestras pelis en español.
El mismo problema se traslada a las conversaciones en texto, donde se expresa el habla de cada personaje fonéticamente, de modo que si ya es complejo leer este inglés algo arcaico (por no decir viejuno), tanto peor si el texto se transforma aquí y allá para parecer francés. En definitiva el idioma supone una barrera importante a la hora de comprender la historia en su plenitud, pero aún en estas circunstancias, con un poco de interés, nos queda un profundísimo y enorme juego por descubrir.
Y si antes disparo a aquel caballero de allí…
La mecánica del juego, a grandes pinceladas, no difiere mucho de la de cualquier otro SRPG. Una variedad de personajes se enfrentan por turnos en un mapa cuadriculado, haciendo uso de toda una gama de poderes y habilidades. Pero esta simplicidad se muestra errónea a poco que rascamos un poco en la superficie de este Jeanne D’Arc. El sistema de afinidades en este caso es el típico de piedras-papel-tijera, representados por los poderes de Sol, Luna y Stella. A diferencia de otros juegos, las afinidades de los personajes no son definitivas, y podemos cambiarlas antes de la batalla, equipando los ítems adecuados, ítems que por otra parte consumen una de nuestras valiosas ranuras.
Cabe señalar que la afinidad es un parámetro de suma importancia, que supone la diferencia entre machacar a un enemigo al primer golpe, frente a matarlo en tres turnos o que él nos despache a nosotros a las primeras de cambio. Como habréis intuido, el juego de dista de ser fácil, debido principalmente a dos factores. El primero, los poco permisivos criterios de derrota. Esto es, que una presumible victoria aplastante se transforma en derrota, por ejemplo, con el simple hecho de que uno de nuestros personajes caiga en combate. El segundo, que no sobran turnos para cumplir las misiones, por lo que se descartan de un plumazo las estrategias ultradefensivas o cobardes. Si bien este enfoque agiliza el juego de manera notable y lo hace pero que mucho más emocionante, también se demuestra inmensamente frustrante en determinados casos.
Para más inri, la CPU puede no ser la más inteligente, pero compensa con creces estas deficiencias con una generosa dosis de malicia, puñetera como ella sola. En esas se dedicará a corretear desesperadamente cuando “observa” que le quedan un par de turnos para la victoria, o ignorará a todo tu ejército para lanzarse de manera suicida sobre ese personaje tuyo cuya derrota se transforma por arte de magia en una pantalla de game over. Touché.
Conclusión
Se podrían llenar decenas de páginas explicando pormenorizadamente la profundidad de la que hace gala la metodología lúdica de este juegazo, pero sería tremendamente aburrido a la par que inútil. Lo mejor que puedo hacer es recomendar encarecidamente esta obra maestra, y dejaros a vosotros, espero que futuros jugadores, el placer de descubrir los entresijos de un sistema duro y desafiante a la par que adictivo. Como colofón, una magnífica banda sonora y montones de cinemáticas fascinantes ¡Por Francia!
Ficha técnica
De: Level 5 (desarrolladores de White Knight Chronicles y Rogue Galaxy)
Nos lo trajo: Por el momento y por desgracia, nadie (en exclusiva para PSP)
Lanzamiento: 22/11/2006 (Japón)
Género: SRPG (RPG Estratégico)
Localización: Textos y voces en inglés o japonés
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