Jade Cocoon
¡Házte con todos!
Infinidad de veces hemos visto en este mundillo como, a raíz de un éxito, sobreviene todo un aluvión de copias más o menos disimuladas pugnando como locas por subirse a la estela del superventas de turno. Sin embargo, en otras ocasiones menos frecuentes como en el caso que nos ocupa, tal fenómeno se transforma en arma de doble filo, asfixiando grandes ideas bajo una montaña de productos de calidad más que cuestionable. Cuando Jade Cocoon ve le luz a finales de 1998, había pasado algo más de un año desde el inicio de la fiebre Pokémon, y vivíamos un momento en el que el mercado (y no solo de videojuegos) estaba saturado de toda clase de variopintos clones algo más que “inspirados” por las criaturillas de Game Freak. Productos que iban un paso más allá del homenaje, de seguro.
En cualquier caso era un mal momento para la lírica entrena-bichos, pero en esas llega a PlayStation este interesantísimo RPG de corte oriental y padres norteamericanos que, si bien es cierto que toma más de un elemento del espíritu Pokémon (captura de criaturas, evolución y combate) el enfoque de corte fantástico, su arrebatadora estética al más puro estilo Ghibli y las infinitas posibilidades que ofrece bien ponen tierra de por medio ante las inevitables comparaciones. Desgraciadamente el mercado manda, y ni el mágico diseño de Katsuya Kondō (¿alguien ha dicho Mi Vecino Totoro o Mononoke Hime?) ni la estupenda jugabilidad fueron suficientes para evitar la gélida acogida que recibió, con su subsiguiente hostiazo en ventas. Curiosamente este hecho no fue óbice de cara al lanzamiento de una notable segunda parte, que llevó a nuevas y decepcionantes cotas el concepto de “fracaso comercial”. Nadie dijo que este mundillo fuera justo, así que sirva esta retro como homenaje.
La historia de Tamamayu
Levant lleva una vida tranquila en la pequeña aldea de Sirus, cuando una horda de criaturas gigantes ataca, y sume en un mal sueño a buena parte de sus habitantes. Los ancianos deciden encontrar la cura a este mal en los bosques, furiosos desde algún tiempo atrás. Para ello, envían al hijo del mejor cazador de la aldea, ya desaparecido. De este modo el joven Levant se pone manos a la obra (¡qué fácil es mandar, pensaría el chaval!) y comienza su aventura en busca de una cura que se antoja tan peligrosa como esquiva.
En el papel de Levant, nuestro rol consiste en atravesar los bosques y encontrar respuesta a estos últimos eventos, así como una cura para nuestros convecinos. Por suerte, no estaremos solos en nuestra empresa. Para ayudarnos contaremos con la fuerza de los espíritus del bosque, unas criaturas llamadas minions, que podemos capturar y poner a nuestro servicio. Al más puro estilo Pokémon, lucharemos por turnos contra todo un elenco de monstruos hasta debilitarlos, capturándolos entonces en un capullo de seda. Tanto se incide en la captura y no en la derrota en combate, que nuestro personaje no mejorará sus atributos en modo alguno al matar a un minion.
De hecho, ni siquiera obtendrá un cochino ítem o premio, ya que el dinero que ganamos es fruto en exclusiva de la venta de nuestras criaturas capturadas y posteriormente hiladas por nuestra esposa. También es trabajo de la misma purificar los minions capturados, y llevar a cabo el ritual de mezcla, la verdadera salsa del juego. Antes de poner a los minions a nuestro servicio, tendremos que purificarlos. Pero si de verdad queremos deshacer el hechizo de Sirus y convertirnos en un buen cazador pellejo intacto mediante, es esencial que aprendamos a jugar con nuestros minions, fusionarlos y experimentar toda clase de perrerías genéticas con ellos, en busca de la criatura mejor dotada y con las mejores habilidades.
El señor de las criaturas
El sistema es bien sencillo, mezclar minions por parejas y comprobar el resultado antes de dar el visto bueno. Las afinidades elementales, atributos básicos e incluso el aspecto de los monstruos cambian en consecuencia. Este proceso aparentemente simple se torna sin embargo harto complejo cuando comenzamos a barajar varias habilidades interesantes junto con subidas de fuerza o magia, a costa de perder el porte combativo o cierta habilidad útil de un minion anterior. Las posibilidades son tantas como tiempo queramos dedicar a la mejora de las más de 150 criaturas que podemos capturar. Comprobar los cambios en el aspecto físico es tan divertido como trastear con los atributos a modo de ensayo y error, y desde luego es evidente el interés que pusieron desde Crave para desarrollar un sistema sólido, si bien es cierto que a visu la representación puede resultar en ocasiones un poco limitada. Nada que no se solucione con más y más experimentos extraños, por fortuna.
En materia gráfica el juego luce unos preciosos escenarios pre-renderizados, visualmente impactantes aunque algo limitados en cuanto a las posibilidades de exploración. Los cuatro bosques disponibles dan para unas 15 horas de juego, puzzles variados y caminos ocultos por descubrir inclusive. Los detalladísimos fondos (cientos y cientos de ellos), así como el movimiento característico del protagonista recuerdan poderosamente a los míticos Resident Evil; consecuentemente, la rigidez del control nos puede que dar algún disgusto mientras intentamos zafarnos de algún minion más poderoso de lo esperado. Junto con la gran carga poligonal y excelente modelado del que hacen gala los personajes, obtenemos un magistral apartado gráfico más que atractivo aún a día de hoy. Por otra parte y haciendo uso de menús desplegables, tendremos acceso a la aldea, pieza central a la que tendremos que volver constantemente en busca de nuevos pertrechos y de la ayuda de nuestra esposa.
El universo de Jade Cocoon es puro amor a nivel visual y artístico, nada extraño considerando los autores tanto del apartado gráfico en sí como de las espectaculares cinemáticas que disfrutaremos a lo largo del título. Su trabajo consigue dotar a este juego de ese mismo aura que confieren a sus películas, una magia especial que enamora a poco que uno disfrute del cine de animación. El correcto apartado sonoro destaca más por los efectos sonoros que por la banda sonora de Kimitaka Matsumae, un trabajo bastante corrientucho del que despuntan apenas un par de temas característicos como este “Legend of Arcana” que hace las veces de tema principal:
Legend of Arcana – Jade Cocoon OST
Para terminar…
Jade Cocoon sigue siendo uno de los RPGs más incomprendidos e injustamente ignorados de su generación. Salvando su corta duración, sólo encontramos virtudes en un juego mágico, maravilloso a nivel visual y desafiante en el jugable, una auténtica joya para cualquier amante del rol, del anime o de la caza, captura y cría de bichejos. Excepcional.
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