Pnickies [Pixelbits]
Compile es una desarrolladora que ha sabido aprovechar al máximo su saga estrella. Tan bien supo hacerlo Masamitsu «Moo» Niitani con la mecánica de Puyo Puyo (1991), que muchas fueron las distribuidoras que se subieron al carro de su brillante puzzle, para intentar destacar por si mismos. Desde Nintendo hasta SEGA, sin ir más lejos, amén de muchas otras. Pero nuestro caso, es la versión particular de CAPCOM, tratada con una receta especial: las vitaminas de todo buen arcade.
Han existido parejas de lo más bizarras en la historia de los videojuegos, y baste decir que la fórmula del juego desarrollado por Compile se basa en criar un hijo con las habilidades del grandioso Tetris (1986) de Alexey Pajitnov, aquello de alinear piezas con determinadas estructuras, y la lógica vista en Columns (1990), la obra de SEGA donde desaparecen las joyas que conservan las mismas similitudes estéticas. Claras las referencias, podemos ver de donde viene la esencia de Puyo Puyo. Y por tanto, el alumno aventajado, Pnickies, también guardará semejanza con éstas. Sin embargo, este último se sirve de una jugabilidad más inmediata, mas ágil y que premia, muy acertadamente, los combos. La respuesta ante esta vuelta de tuerca al género es un bucle casi infinito donde lo más importante es pisotear al enemigo -sea el survival a muerte contra máquina o un colega- disponiendo de forma estratégica numerosos colorines y estrellas con el fin de hacerlo dinamitar como la demolición del rascacielo. Animado por un magnífico fundir de vivas tonalidades, las cuales mucho tenían para envidiar las versiones domésticas lanzadas en 1993, Dr. Robotnik’s Mean Bean Machine y Kirby’s Avalanche, propias de SEGA y Nintendo respectivamente.
Como ocurre muchas veces, el público occidental sufrirá una decepción (o más bien deberían), ya que el título de CAPCOM nunca llegó a salir de tierras niponas. Aunque parco en modos de juego, todo sea dicho, su valor añadido proviene del frenesí del modo multijugador; por ser impecable y simple mantiene a los jugadores expectantes, sufriendo un repentino ataque cardíaco al comprobar que le han endiñado un sinfín de bloques macizos. Pnickies, no dejara indiferente a nadie, especialmente a los amantes de los puzzles. De ahí que sean bien recibidas cualquier tipo de pareja, por muy estrambótica que parezca su unión o por muy antinatural que nos parezca el nacimiento de sus nuevos vástagos.
Pixelbits es una sección destinada a recomendar, de forma breve y concisa, clásicos del arcade que en su día se pudieron disfrutar en los salones, y a los que aún hoy vale la pena darles una oportunidad.
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