Net Yaroze y algunos de sus juegos
Net Yaroze (que en japonés significaría “hagámoslo juntos” o “trabajemos juntos”) era un kit de desarrollo para Playstation dirigido a quienes deseaban desarrollar sus propios juegos a nivel de aficionado. Su apariencia es muy parecida a la de una Playstation convencional, pero negra como el carbón. Lanzado en marzo de 1997, Net Yaroze no se distribuía en tiendas, pero estuvo disponible mediante pedidos por correo y en algunas universidades.
Una vez con el producto en casa, el ilusionado dueño contaba con todo lo necesario para hacer un juego que pudiera competir con Metal Gear Solid o Castlevania: Symphony of the night, comprarse un yate con lo que recaudase y… bueno… no. Si realmente hubo alguien que pagara el elevado precio que costaba este producto sin conocer a fondo sus características, es probable que se llevara más de un desilusión.
Para empezar, aunque la autoría quedaba plenamente reconocida y los creadores eran dueños del código original, tenían que utilizar herramientas de desarrollo de la multinacional japonesa para convertir dicho código en un juego, por lo qué no eran realmente dueños del resultado final y Sony se reservaba el derecho de utilizar su trabajo con fines promocionales. Para que un juego pudiera convertirse en un producto comercial, era necesario encontrar un editor dispuesto a comprarlo y desarrollar más a fondo el concepto. Dicho editor, por supuesto, seguiría las reglas de desarrollo comercial de Sony.
¿Significa eso que los dueños del Yaroze tan sólo podían utilizar su adquisición para divertirse, plasmando sus ideas en pixels? No necesariamente. Según los comentarios de algunas personas importantes del sector, la posibilidad de contratar a una persona que utilizara el Yaroze con efectividad siempre estaba presente. El creador de Ape scape nos da una prueba de esta declaración de intenciones, pues obtuvo su puesto debido a su trabajo con este kit de desarrollo. También podemos fijarnos en el videojuego de puzles comercial Devil Dice, que originalmente fue un experimento realizado con cierta playstation negruzca.
Sony también habló en su momento de la posibilidad de que los autores de juegos totalmente infumables pudieran sacar algún beneficio económico de su obra, citando la posibilidad de que alguna compañía se interesara en su código por el mero hecho de querer adquirir un efecto gráfico interesante. Por lo tanto, aunque no sé cuantos lo lograrían, es posible que el aficionado consiguiera ganar dinero con su creación. Todo ello sin olvidar el aprendizaje desarrollado y la satisfacción de compartir y dar forma a lo que antes eran sólo ideas rondando su cabeza.
Dejando a un margen la falta de experiencia o presupuesto, el principal problema que encontraron aquellos que desarrollaban juegos para el Yaroze debió ser, con toda seguridad, el limitado espacio con el que contaban para sus trabajos: no más de 3.5 megabytes. ¿Por qué tan poco? Este problema surgía porque los creativos no podían grabar sus juegos en discos y dependían del espacio de la Ram. Bien es cierto que títulos profesionales como Ridge racer corren totalmente sobre la ram con excepción de la música, y eso demuestra lo mucho que puede dar de sí tan reducido espacio. Más no por ello deja de ser una limitación
Los juegos de Yaroze se suelen caracterizar por ser poco variados, tanto en su mecánica de juego, como en sus escenarios o enemigos, teniendo mucho más en común con los viejos arcades como Dig-dug o Pac-man, o determinados juegos en flash, que con la mayoría de títulos de Playstation. Es decir, una mecánica de juego muy básica y multitud de pantallas casi idénticas que vas superando sin preocuparte demasiado por un desenlace que quizás no exista. ¿El motivo? Probablemente la antes comentada limitación de espacio, que hacía difícil encontrar elementos ya esenciales por aquel entonces como la división de niveles en zonas temáticas. ¿Escenas de vídeo? Aunque hubiera habido espacio para ellas, los juegos de Net Yaroze no podían reproducir FMVs.
Los trabajos de estos emprendedores se incluían con frecuencia en los CDs de la revista PlayStation magazine. De este modo, junto con la revista y las demos de juegos profesionales, solíamos llevarnos a casa un juego completo amateur. La calidad de estos era variable, aunque si se tiene en cuenta que no hablamos de trabajos profesionales realizados por un extenso equipo, sino de juegos hechos con frecuencia por un único aficionado, a veces te podías llevar una sorpresa agradable. Echemos un vistazo a algunos de estos juegos:
Haunted maze
Debes saber que te ha sido encomendada una misión: tendrás que recorrer pequeños laberintos en busca de objetos mientras intentas impedir que te atrapen tus enemigos. No, no eres Pac-man, sino el protagonista sin rostro de Haunted maze.
Bueno, bromas aparte, lo cierto es, que a la hora de ponerse en acción, este trabajo de Ed Federmayer tampoco resulta tan parecido al clásico de Namco. Aquí se alternan pasillos con escenarios más amplios, no hay objetos que conviertan a nuestro desvalido protagonista en el terror de los enemigos y, en vez de fantasmas, tenemos que huir de una especie de zombis. La calidad de las animaciones es mayor de lo habitual en el Yaroze, con personajes que doblan sus articulaciones y eso… Uno de los más interesantes.
Terra incognita
En este juego, que combina acción y aventura, encarnamos a un viajero que, en compañía de un marinero inútil, cobarde y quejica, se desplaza hasta una isla desconocida en busca de un tesoro.
Antes hablaba del claro enfoque retro que tenían muchos juegos del Yaroze. En este sentido, Terra incognita tiene mucho más en común con los juegos modernos. Para empezar, la jugabilidad es variada. Luchamos con nuestra espada, plataformeamos un poco, resolvemos puzles e incluso nos enfrentamos con un jefe. No hay una sucesión de pantallas casi iguales que nos haga creer que estamos dentro de un bucle, condenando a nuestro protagonista a vagar eternamente por tierras hostiles, incapaz de encontrar la paz. Aquí hay un desenlace. Bueno, de hecho yo he visto dos.
Teniendo en cuenta que hablamos de un juego de Yaroze, debo decir que los gráficos son estupendos (¡Los personajes tienen rostro! ¡Increíble!) En pantallas estáticas podría haber pasado perfectamente por un juego profesional de la época, aunque las animaciones son muy mejorables. Terra incognita es realmente corto, y aunque sólo tienes una hora para finalizar tu pequeño periplo, una vez sabes lo que tienes que hacer ni te molestas en mirar la cuenta atrás. Eso no le impide ser uno de los mejores juegos del Yaroze.
Blitter boy
Ahora nos toca ser un astronauta. Somos enviados a no se sabe donde con dos misiones: rescatar a un grupo de bebés, y acabar con todos los enemigos de las distintas zonas. Para eliminar a nuestros enemigos recurriremos a armas como la pistola que dispara arcoíris (¡podrían haber puesto la música del Rainbow islands!) o el fusil que hace llover fruta. Los desvalidos bebés son tan grandes como nosotros y no mueren al entrar en contacto con el enemigo (supongo que de lo contrario el juego no habría visto la luz), por lo que, bien mirado, quizás nos tendrían que proteger ellos a nosotros.
Al igual que sucede con los pollitos del Flicky de Sega, cuando rescatemos a un bebé tendremos que acompañarle hasta la salida. Si nos topamos con varios de estos enormes llorones podremos formar largas procesiones de personajes que, desgraciadamente, los enemigos podrán deshacer. El juego incluye también un modo supervivencia en el que debemos intentar mantenernos con vida durante el mayor tiempo posible, recogiendo banderas que van apareciendo en la pantalla mientras centenares de fantasmas, muy parecidos a los que nos perseguían en el Pacmania, nos acosan.
The Incredible CONEMAN
Un clon tridimensional de Pac-man. Las pastillas de colores que nos zampábamos en el juego de Namco han sido sustituidas por conos rojos, las pastillas gordas que nos hacían invulnerables por estrellas y los fantasmas por… otros fantasmas. Muchas de las personas que lo han jugado aseguran ser incapaces de borrar de su cabeza las cuatro notas musicales que componen la banda sonora.
Hover car racing
En este juego de conducción con perspectiva aérea podemos correr en distintos circuitos situados en Inglaterra y Japón. Estos últimos transcurren en una especie de carreteras que flotan sobre los edificios, siendo mucho más vistosos que los ingleses.
Nuestro diminuto vehículo personalizado tendrá que recurrir a la marcha atrás cuando se quede enganchado en las paredes. Los coches controlados por la máquina a veces se quedan atascados tras un accidente y si no les molestas ni vas en su auxilio como haría todo buen samaritano que se precie, además de condenar tu alma descubrirás que no vuelven a moverse en toda la carrera. Estos problemas no le impiden ser uno de los juegos yarozeros a los que más tiempo he dedicado. Recuerda un poco a los viejos juegos de Micromachines. Incluye modo para dos jugadores, aunque sin pantalla partida. Cuando uno de los vehículos se queda atrás, el juego se compadece de él y lo vuelve a depositar en la carretera.
A dog tale
Nuestros únicos enemigos en este juego plataformero son los cactus. Los temibles cactus. No se mueven, no escupen sus espinas, no se transforman en criaturas antropomórficas de color verde, ni tan siquiera crecen precipitadamente. Se limitan a estar donde no deberían estar y con eso se bastan para molestarnos. Juego muy corto (te lo puedes acabar, literalmente, en menos de dos minutos) pero con unos saltos ajustadísimos que lo hacen complicado.
Adventure game
Una de las pocas aventuras que he visto en el Yaroze. Este juego, aunque breve, no tiene la monotonía gráfica habitual y nos permitirá recorrer un pueblo lleno de estúpidos aldeanos, un bosque brumoso invadido por unos pájaros que más bien parecen murciélagos, una cueva en la que nos espera un viejo presuntamente sabio, una zona nevada…
¿Y con qué propósito recorreremos dichos escenarios? El objetivo de nuestro inexpresivo y sarcástico protagonista será solucionar, a base de rígidos espadazos, los problemas que tienen los habitantes de un pueblo con unos pájaros que no han dejado de molestar desde… que empezamos nuestra partida.
Los diálogos del juego son claramente humorísticos, por lo que no debemos sorprendernos cuando los aldeanos, que con frecuencia parecen ser conscientes de que están dentro de un videojuego, nos hagan comentarios de este tipo. De los que más me han gustado.
Rocks’n’Gems
En este juego tenemos que ir excavando el escenario para coger joyas, intentando evitar que nos aplasten las rocas… o las propias joyas. Me recuerda a Supaplex o Boulder dash.
Psychon
Juego de acción con perspectiva aérea en el que, aparte de liquidar enemigos, tendremos que encontrar la salida antes de que se acabe el tiempo. Incorpora modo para dos jugadores y una serie de estadísticas que nos serán mostradas al finalizar cada pantalla.
Pushy II
Controlamos a una pelotita gelatinosa que tiene que resolver puzles colocando distintos objetos encima de las cruces blancas que hay en el suelo. No hay música, y escuchar los efectos de sonido durante demasiado tiempo hará que borbotee sangre de tus oídos, por lo que será mejor no poner el volumen demasiado alto.
Between the eyes
Juego de carreras futuristas que te permite competir contra la máquina o contra otro jugador mediante el método de la pantalla partida. Aunque nuestros vehículos son naves voladoras, tan sólo podemos movernos hacia la izquierda o la derecha. Destacan sus gráficos psicodélicos.
Super bub
En este competitivo juego de puzle tenemos que formar cadenas enlazando horizontal o verticalmente piezas del mismo color y luego reventarlas utilizando unas figuras con forma de llamas giratorias. Si conseguimos hacer buenos combos, fastidiaremos al rival. Uno de los juegos más prestigiosos del Yaroze.
Clone
Sencillo juego de acción en primera persona. Empieza la acción, y nos encontramos en un laberinto pantanoso, buscando llaves de colorines. Los enemigos son auténticos engendros regurgitados por la bestia más hedionda del inframundo, y sus estruendosos berridos precederán el regreso al lugar del que proceden. Ellos son lo más interesante, vamos.
Gravitation
En este juego bidimensional controlamos naves espaciales combinando rotación y propulsión. Hay nueve circuitos distintos en los que podemos competir o bien corriendo, o bien disparando. Muy apreciado por su modo multijugador.
Mah Jongg
Mahjong solitario para Yaroze.
Fuentes:
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