Mystical Ninja Starring Goemon
Imaginaos un Japón donde todas las leyendas y mitos ancestrales son reales como la vida misma y a nadie le parece extraño. Un lugar donde el absurdo está a la orden del día y los anacronismos son algo de lo más común (mechas en la época feudal, por poner un ejemplo), con unos habitantes que bien podrían hacer la competencia a los de Villa Pingüino. Este es el Japón donde viven Goemon, Ebisumaru, Sasuke y Yae, los protagonistas de una de las sagas más importantes de Konami -aunque su repercusión en Occidente no es nada comparada con la que tiene en su país de origen- que lleva más de 25 años dando guerra en el mundo consolero. Hablo de Ganbare Goemon, o Mystical Ninja, como le apodaron en Estados Unidos.
Definir los juegos de Goemon no es fácil, ya que esta saga ha abarcado multitud de géneros, pero en su mayoría son juegos de plataformas con toques RPG extremadamente variados (en cualquier juego de la saga encontramos minijuegos a tutiplén o combates entre robots gigantescos, entre otros) en los acompañaremos a Goemon, quien deberá salvar Japón de mil y una amenazas, a cual más ridícula. Y es que el humor es un factor determinante en esta saga, y puedo afirmar que es uno de los pocos juegos en los que me he reído a carcajadas mientras jugaba.
Más que un repaso a toda la saga (que lo haré sin profundizar), este artículo trata de las dos mejores entregas de toda la saga; Mystical Ninja Starring Goemon y su secuela, ambas para Nintendo 64. ¿Y por qué son los mejores de la saga? Primero porque su calidad es soberbia y segundo porque son las únicas entregas “importantes” que han sido traducidas al idioma de Shakespeare y, por tanto, las hemos podido disfrutar en versión PAL. También llegaron a Occidente una entrega para Super Nintendo (donde Goemon y Ebisumaru se llaman Mr.Ying y Mr.Yang… Sí, patético) y otra para Game Boy más bien mediocre, así que destacan por méritos propios estas dos entregas para la 64 bits de Nintendo.
UN POCO DE HISTORIA…
En 1986 Konami lanzó en el mercado arcade una recreativa cuyo protagonista estaba basado en Goemon Ishikawa, el legendario bandido del Japón feudal que murió heroicamente después de marrar su intento de asesinar a Hideyoshi Toyotomi, tras lo cual fue hervido literalmente hasta morir. Mr. Goemon, como se llamaba la recreativa en cuestión, ya sentó las bases de la saga (acción y plataformas con un tono desenfadado) aun siendo muy simple y en la Goemon tiene un diseño más bien feo. Armado ya con su característica kiseru (pipa tradicional japonesa) y lanzando ryos por doquier -la moneda del Japón pre-Meiji-, Goemon se tenía que hacer camino en un folclórico mundo lleno de peligros. Konami se animó pues a lanzar sendos juegos para las plataformas del momento, la Famicom y el MSX2, cosechando un gran éxito y llegando a lanzar 3 secuelas para la consola de Nintendo, en la que se empezaba a explotar el género RPG y donde los puzzles iban ganando importancia. Visualmente también era más cada vez más evidente el todo humorístico y absurdo a lo Dr. Slump. Los juegos de Goemon se convirtieron en un fenómeno entre los niños nipones y esa fiebre ha llegado hasta nuestros días, con 4 secuelas para Super Famicom, 4 más para PlayStation, 4 para Game Boy, una para PS2, otra para Nintendo DS… Nuestro amigo ha llegado hasta a los salones de pachinko, y mejor no hablamos del merchandising o de su salto al anime. Los ingredientes del cóctel son: acción, plataformas, RPG, humor absurdo, un inconfundible aroma japonés y mucho encanto.
MYSTICAL NINJA STARRING GOEMON
Ganbare Goemon: Neo Momoyama Bakufu no Odori apareció en Japón en 1997 para Nintendo 64, llegando a Estado Unidos y Europa un año después (todo un acontecimiento tratándose de un juego de Goemon). El juego, programado por KCEO, la sucursal de Osaka de Konami, es una mezcla de Super Mario 64 y The Legend of Zelda en cuanto a sistema de juego, mezclando elementos de ambos títulos; nos encontramos delante de una aventura de acción en 3D, por primera vez en la saga. Este título llamó mucho la atención en su día por sus grandes gráficos, con un entorno 3D muy superior a lo que podían hacer la Playstation o la Saturn en aquella época, aunque sin llegar, obviamente, a la excelencia de Super Mario 64. Además tuvo el honor de ser el primer juego de Nintendo 64 que alcanzaba la friolera de 128 megas, cuando lo normal hasta el momento eran 64. Este hecho hizo que Konami se planteara no sacar el juego por los altos costes de fabricación, aunque viendo el potencial que tenía el cartucho, al final lo sacaron -a 13.995 pesetas…-. El juego fue un éxito de crítica y público, y popularizó la saga Goemon en Occidente, vendiendo casi 200.000 copias en todo el mundo.
El argumento del juego es de lo más absurdo: Goemon deberá hacer frente a un a los Peach Mountain Shoguns, un grupo musical proveniente del espacio exterior que han llegado a nuestro planeta para implantar su “arte” por la fuerza, transformando el castillo de Oedo en un castillo tradicional europeo con un aterrador rayo, haciendo desaparecer al lord de Oedo y a su preciosa hija. La intención de este grupo de artistas extraterrestes y transformar Japón en un grandioso escenario para llevar a cabo sus obras, algo que Goemon y sus amigos no están dispuestos a permitir. Con este surrealista argumento se nos presenta una emocionante epopeya en la que nuestro protagonista se enfrentará a los susodichos aliens por todo Japón, hasta llegar a un épico final en el mismísimo espacio. Para eso tenemos a nuestra disposición a Goemon, Ebisumaru (un ladrón regordete y mejor amigo de Goemon), Yae (una bella ninjitsu) y Sasuke (un robotejo ninja), además de Impact, un gigantesco robot, parodia clara de Mazinger Z pero con el aspecto de un Goemon gigante, que será imprescindible a la hora de enfrentarnos a la horda de brutos mecánicos de los Peach Mountain Shoguns. No podemos olvidarnos de Wiseman, el maestro de Goemon, que tanto nos da un consejo imprescindible como suelta una chorrada enorme, u Omitsu, la pobre novia de Goemon, que será raptada por los maliciosos alienígenas. En el bando enemigo tenemos a la pareja de artistas megalómanos Dancin’ y Lily y su lacayo Baron, que es humillado constantemente por Goemon, que le llama “weirdo” (rarito) debido a sus amanerados gestos.
El juego mezcla momentos de acción, de plataformas y cuando lleguemos a los pueblos cobra un enfoque RPG, puesto que tendremos que hablar con los aldeanos y cumplir una serie de misiones para poder avanzar. En cada área tenemos una mazmorra en cuyo final nos espera el jefe final de turno, aunque aquí no se acaba todo, ya que cuando lo venzamos nos tendremos que enfrentar a un robot gigantesco. Los combates con Impact se dividen en dos fases; destrucción de escenario y enfrentamiento directo con la bestia mecánica enemiga. Nuestro robot posee una serie de combos y técnicas especiales (como un rayo heredero del Kame Hame Ha) y deberemos descubrir el punto débil del enemigo para poder derrotarlo. Nos encontramos delante de un juego de lo más variado y heterogéneo, ya que en numerosas ocasiones deberemos superar mini-juegos o misiones secundarias de lo más descabellado. Mystical Ninja es un juego sumamente entretenido y jugable, ya que su variedad hace que no aburra en ningún momento: puedes recorrer inmensos mapeados buscando ítems, explorar ciudades del Japón feudal hablando con aldeanos a cual más chiflado y cuando te das cuenta estas dentro de un robot gigantesco a punto de realizar un épico combate. Las parodias a la cultura pop nipona y el surrealismo están a la orden del día y veremos estupefactos como Goemon llega a transformarse en Super Saiyan, o como nuestro mecha Impact se abre camino como actor en Hollywood. Todo vale en este peculiar universo ideado por Konami.
El aspecto musical es otro de los puntos fuertes del juego. La música es una mezcla de instrumentos tradicionales japoneses e instrumentos modernos como guitarra eléctrica, sintetizador, bajo y batería. En las mazmorras, por ejemplo, seremos testigos de una música minimalista que se va haciendo más compleja a medida que avanzamos, llegando hasta límites apoteósicos. Además, fue el primer juego de Nintendo 64 en incluir canciones cantadas: el opening es del inigualable Hironobu Kageyama (Dragon Ball, Saint Seiya), y la escena que precede los combates de Impact, una parodia de las típicas series de mechas, está interpretada por el mismísimo Ichirou Mizuki, el mítico cantante de Mazinger Z entre muchas otras. También seremos testigos de un grandilocuente número musical por parte de Dancin’ y Lily (‘Georgeus My Stage’), interpretado por Toshihiro Tachibaya y Etsuyo Ota. Además, todo suena de maravilla, tanto que cuesta creer que nos encontramos delante de un simple cartucho, mucho más limitado que un CD en el terreno musical. Un apartado musical cuidado hasta el mínimo detalle y es el fruto del esfuerzo de cuatro compositores distintos. Como curiosidad, existe un CD con la banda sonora del juego que apareció en 1997 en Japón, pero no intentéis haceros con él, puesto que es un artículo muy buscado por coleccionistas y del cual se conocen contadas copias, llegando a valer en las webs de subastas hasta 2.500 dólares. Sí, habéis leído bien.
Opening de Hironobu Kageyama
La localización del juego fue bastante criticada en su momento, básicamente por la censura de algunos elementos: el cambio de la esvástica budista de algunos bloques del juego por inofensivas estrellas fue muy comentada. El excéntrico adivino Plasma, quien en la versión japonesa va desnudo, mostrando cicatrices de autoflagelación, aparece vestido, por poner otro ejemplo. También fueron eliminados la mayoría de diálogos hablados (en la intro sobretodo), quizás porque necesitaban espacio para las modificaciones que hicieron y tenían que quitarlo de algún sitio, porque otra explicación posible no le encuentro. La traducción también fue muy criticada, usando un lenguaje bastante ridículo en ocasiones, con errores gramaticales y bromas fatalmente traducidas, perdiendo gran parte de la gracia. Por suerte, aun así los diálogos de los personajes no tienen desperdicio. No todo fue malo, ya que las 3 canciones cantadas se mantuvieron intactas y además el engine 3D fue pulido, eliminando un poco la brusquedad y el popping que aparecía en ocasiones en la versión nipona. Quizás la localización no fue una maravilla, pero desde luego es de agradecer el mero hecho de que lo tradujeran al Inglés y lo comercializaran en Occidente, puesto que prácticamente no se volvería a repetir jamás (exceptuando su secuela, que paso a abordar a continuación).
Secuencia introductoria de Impact de Ichirou Mizuki
MYSTICAL NINJA STARRING GOEMON 2
Denominado Ganbare Goemon: Derodero Dōchū Obake Tenko Mori en Japón y Goemon’s Great Adventure en los USA, a finales de 1998 llegó a nuestras tierras esta esperada secuela, de nuevo de la mano de KCEO (hecho que es de agradecer, puesto que la división de Nagoya programó para PlayStation una entrega de Goemon bastante lamentable). Esta vez la saga vuelve a sus origenes presentando un juego de scroll lateral en 2,5D, al estilo de las entregas para Super Nintendo. Aunque este hecho decepcionó a las revistas del sector (era una época en que si algo no era en 3D, no valía la pena… Incluso obras maestras como Castlevania Simphony of the Night se llevaron mala crítica por ser en 2D) la verdad es que el juego es incluso mejor y más equilibrado en todos los aspectos que su antecesor, que ya es decir, siendo de calle el mejor juego de acción lateral de la Nintendo 64. Pero señores, nos encontramos delante de un Goemon, y por lo tanto no se trata de un simple juego de acción; visitaremos infinidad de aldeas a cual más loca, tendremos a nuestra disposición cantidad de minijuegos, tendremos que superar peligrosas mazmorras, gigantescos jefes finales y los imprescindibles combates entre robots gigantes, que esta vez serán cinco, por tres de su predecesor. Como novedad, esta vez podremos pilotar tanto a Impact como a su novia, Miss. Impact, que también reparte hostias como panes. Además tenemos una opción que se perdió en la anterior entrega: el modo 2 players cooperativo, extremadamente divertido y que le otorga al juego una jugabilidad casi eterna.
‘Smile Again’ de Hironobu Kageyama
Esta vez Goemon deberá enfrentarse a la pérfida monja Sister Bismaru (con un perturbador parecido a Ebisumaru…) que ha robado la ‘máquina de resurrección’ ideada por Wiseman y con la que ha revivido al legendario demonio Dochiku -que parece sacado directamente de Dragon Ball-
El aspecto musical vuelve a brillar con luz propia y supera ampliamente a su predecesor con melodías de corte japonés que no os podréis sacar de la cabeza. Además, Kageyama y Mizuki repiten con sendos openings: ‘Smile Again’ y ‘Double Impact’. La música fue compuesta por cinco compositores distintos que supieron aprovechar las limitaciones del cartucho al 100% y haciéndonos creer que realmente estamos escuchando un CD. La calidad de la música es tan alta tanto en composición como en sonido, que muchas pistas fueron trasladadas tal cual y aprovechadas para la tercera entrega de Goemon para PlayStation, aparecida en 2001, lo cual dice muchísimo de las mismas. Sin más explicaciones, me gustaría que escucharais un par de cortes para que veáis que no exagero.
Ryugu’s Castle
Oedo’s Castle: Burning my soul
Mystical Ninja Starring Goemon 2 fue otro éxito y vendió 160.000 copias en todo el mundo, no pudiendo llegar a la misma cifra de ventas que su antecesor pero resultando un gran negocio para Konami. Esta vez la localización fue mejor, pero incomprensiblemente eliminaron las canciones cantadas, dejando, eso sí, los diálogos hablados en japonés -al contrario que la entrega previa-. En fin, parece ser que si no quitan algo no están contentos… En definitiva, un juego que superó en casi todo a la ya excelente primera parte pero que no alcanzó su éxito, quizás precisamente por su cambio de 3D a 2,5D.
GOEMON FUTURISTA
Después de estas dos entregas para Nintendo 64, la saga Goemon empezó a perder su identidad. Konami intentó renovar la serie para captar a nuevos sectores del público con Goemon: Shin Sedai Shuumei!, en 2001 para PlayStation, donde Goemon deja atrás su cabezota y su cara de loco para convertirse en el típico prota guaperas de serie de anime. Aunque el diseño es ciertamente muy bueno, los fans se llevaron las manos a la cabeza. En esta entrega, la ambientación pasa del Japón mágico y feudal a un Japón futurista post-apocalíptico, cambiando el monte Fuji por la Torre de Tokyo. El humor queda reducido a la mínima expresión, predominando la acción. De los personajes anteriores sobrevive Goemon (aunque descubriremos que no es el mismo que el original sino una especie de descendiente), Yae, a quien han aumentado notablemente el busto, y al pequeño Sasuke, que es el que menos se ha visto afectado por el remozado. ‘¿Y el cachondo de Ebisumaru?’ Os preguntaréis. Pues no está, y en su lugar tenemos a Ebisu, una atractiva jovenzuela, más agradable a la vista pero mucho menos graciosa. También salió otra entrega ‘seria’ para Game Boy Advance, Goemon: New Age Shutsudou!, pero sin ser ni mucho menos malos juegos, no tuvieron la aceptación necesaria entre el fandom como para que Konami continuara por esta senda, y ese mismo año aparecía para PSX Ganbare Goemon: Oedo Daikaiten, otro Goemon de los de siempre, repleto de humor y intentando emular la segunda entrega de N64, incluso utilizando su banda sonora.
La intro de Shin Sedai Shuumei! es una caña
Un año antes, en el 2000, apareció para PS2 Goemon: Bouken Jidai Katsugeki, una entrega a medio camino entre el spin-off futurista y un Goemon de siempre (aunque el tono es más bien serio) en el que nuestro protagonista está acompañado de un pequeño tigre. El juego vuelve a utilizar el sistema de juego de la primera entrega de N64, con un entorno en 3D que debemos explorar, pero para ser un juego de PS2, hay que admitir que los gráficos son decepcionantes. Después de varias entregas para móviles y un remake de las dos primeras partes para GBA, Konami volvió a producir un Goemon como dios manda en 2005 para Nintendo DS: Goemon Toukai Douchuu. Un auténtico juegazo que mezcla escenarios 2D (dibujados con acuarela) con personajes poligonales, y con todos los elementos que han hecho famosa esta franquicia, pero que de nuevo no hemos podido disfrutar en una lengua inteligible para los profanos de japonés. Así hasta llegar a la última entrega conocida, Ganbare Goemon Pachisuro, un triste juego de pachinko (triste para quien no le guste el pachinko claro está).
Opening de la entrega para PS2. Flojito…
OTRAS APARICIONES
Como personaje célebre de la compañía de la pequeña ola, Goemon ha hecho cameos en muchas otras producciones de la empresa japonesa: Podemos verlo en el bar Outer Heaven de Snatcher, como personaje seleccionable en el Konami Krazy Racers de GBA, en varios juegos de la saga Parodius, tenemos también a Goemon en Jykkyou Power Pro Wrestling ’96: Max Voltage, otra vez a Goemon y Ebisumaru en la OVA de Twinbee e incluso en algunas tarjetas de Yu-Gi-Oh. También tenemos los dos Wai Wai World de Famicom, una especie de All-Stars de Konami donde aparecían personajes tan curiosos como Mikey de Los Goonies o el mismísimo King Kong (cuyos juegos para la 8-bit fueron producidos por Konami), además de clásicos de la casa como Simon Belmont, Twinbee, o la Vic Viper de Gradius.
CONCLUSIÓN
Aunque quizás ahora se encuentra en horas bajas, Goemon ha sido y sigue siendo importante en la industria, puesto que pocos personajes cuentan con tantos juegos a sus espaldas como él. Los tiempos cambian, y Konami tiene esta saga en stand-by, intentando adaptarla a los nuevos tiempos (es que los niños cada vez son más complicados… nosotros jugábamos al Super Mario Bros y ellos juegan al Call of Duty, y eso seguro que se nota) de momento sin demasiado éxito. Espero, como fan de esta serie desde la primera entrega de N64, que podamos volver a disfrutar de una aventura con todo el humor y la diversión que se merece este personaje.
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